• La primera película en la que apareció fue *Santo contra los zombies* (1957), y a partir de ahí, El Santo protagonizó más de 50 películas, muchas de ellas de acción y ciencia ficción, que lo consolidaron como un ícono de la cultura popular.

 

 

Redacción/CAMBIO 22  

La Lucha Libre Mexicana ha tenido grandes leyendas, pues muchos hombres decidieron portar la máscara para volverse leyendas; sin embargo hubo uno que entre todos logró posicionarse no solo como una leyenda, sino que el concepto de “Luchador” no sería el mismo sin él.

Este luchador cuyo nombre real era Rodolfo Guzmán Huerta, es una de las figuras más emblemáticas de la lucha libre mexicana y un ícono de la cultura popular no solo en México, sino también en gran parte de América Latina así nació el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo.

El Santo alcanzó una fama extraordinaria tanto dentro como fuera del cuadrilátero, transformándose en un verdadero símbolo del heroísmo y la justicia, así Rodolfo Guzmán Huerta comenzó su carrera como luchador en la década de 1930, inicialmente luchando bajo varios nombres, pero fue en 1942 cuando adoptó el personaje de “El Santo”, un enmascarado cuya identidad real debía permanecer oculta.

La máscara no solo lo protegía físicamente durante las luchas, sino que también simbolizaba su lucha por el bien y la justicia, enfrentando a villanos y monstruos en el ring, ya que desde su debut como El Santo, su popularidad creció rápidamente, gracias a su estilo técnico y su imagen de héroe intachable, un verdadero “caballero de la lucha libre”.

¿Cómo se convirtió El Santo en una leyenda?

Además de su éxito en la lucha libre, El Santo también se convirtió en una estrella del cine mexicano, pues apartir de la década de 1950, protagonizó una serie de películas en las que encarnaba a un superhéroe enmascarado que luchaba contra científicos malvados, monstruos, vampiros y otros villanos.

La primera película en la que apareció fue *Santo contra los zombies* (1957), y a partir de ahí, El Santo protagonizó más de 50 películas, muchas de ellas de acción y ciencia ficción, que lo consolidaron como un ícono de la cultura popular.

Las películas de El Santo son una mezcla de lucha libre, acción y fantasía, y aunque no eran grandes obras de cine, su influencia y atractivo fueron innegables, atrayendo a audiencias de todas las edadesy es que con estas pelíuclas  El Santo se convirtió en un símbolo de la lucha del bien contra el mal, en un contexto donde la fantasía y la realidad se fusionaban, y donde el enmascarado siempre salía victorioso.

A pesar de su fama como luchador y estrella de cine, El Santo siempre mantuvo una gran discreción sobre su vida persona, pues la identidad de Rodolfo Guzmán Huerta se mantuvo en secreto durante toda su carrera, alimentando el misterio que rodeaba al personaje y es que se decía que su vida fuera del ring era completamente diferente a la de su personaje público, pero siempre se mostró como un hombre dedicado a su familia y al deporte.

En sus últimos años, El Santo continuó luchando, aunque su presencia en los ring comenzó a disminuir debido a la edad; sin embargo, su legado perduró gracias a la inmensa popularidad que había alcanzado y a su imagen como el más grande héroe de la lucha libre.

El peleador mexicano no solo fue una figura clave en la lucha libre mexicana, sino también un embajador cultural de México. Su imagen enmascarada y su eterna lucha contra el mal hicieron de él un ícono intemporal que trasciende el deporte. Su influencia se extiende más allá del cuadrilátero y del cine, marcando a generaciones de fanáticos y siendo una fuente de inspiración para otros luchadores y artistas.

 

 

 

 

 

Fuente: El Heraldo

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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