• Café de Altura

 

Javier Chávez Ataxca/CAMBIO 22 

Están por cumplirse seis meses del grosero e innecesario retiro de la estatua de Andrés Quintana Roo, arrancada como mala hierba de la plazoleta del Congreso para construir una cafetería que beneficie a los trabajadores del Poder Legislativo, evitando que dejen olor a fritangas y huevo cocido en sus exclusivos dominios.

La rechazada obra fue anunciada por el diputado federal morenista Humberto Aldana Navarro cuando el cancunense encabezaba la Junta de Gobierno y Coordinación Política en la anterior Legislatura.

𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐨𝐬 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨𝐬 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐮𝐧 𝐚𝐦𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐞𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐉𝐮𝐳𝐠𝐚𝐝𝐨 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐭𝐨 𝐚 𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧𝐢𝐳𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝𝐚𝐧𝐚𝐬 que a diferencia de nuestros diputados tuvieron la sensatez y el valor civil para reaccionar, dando en el blanco.

𝐃𝐨𝐧 𝐀𝐧𝐝𝐫é𝐬 𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐯𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐟𝐞𝐬𝐭𝐞𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝟓𝟎 𝐚ñ𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐲 𝐚ú𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐞𝐜𝐞 𝐜𝐮𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫𝐚ñ𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐛𝐨𝐝𝐞𝐠𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐧𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨, pero el maltrato tuvo que ser evitado y nuestros diputados están a tiempo de corregir su locura. Está en ellos resolver el caso con oficio político, admitiendo su error con dimensiones de horror.

La responsabilidad mayor la tiene el diputado morenista 𝐉𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐒𝐚𝐧é𝐧 𝐂𝐞𝐫𝐯𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 –𝐥í𝐝𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐉𝐮𝐠𝐨𝐜𝐨𝐩𝐨 𝐲 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐧𝐬𝐞𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐌𝐨𝐫𝐞𝐧𝐚–, 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐝𝐞𝐛𝐞 𝐚𝐧𝐮𝐧𝐜𝐢𝐚𝐫 𝐨𝐟𝐢𝐜𝐢𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐩𝐚𝐳 𝐞𝐬𝐚 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐫 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐟𝐞𝐭𝐞𝐫í𝐚 en un espacio que pertenece a todos los quintanarroenses, no a nuestros diputados.

La cafetería para los trabajadores puede ser necesaria y esto no se discute, pero el proyecto tienen que reorientarlo para construirla en otro espacio cercano.

 

 

 

redaccionqroo@cambio22.mx

HTR/MA

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