Lance Armstrong Ganó Decenas de Competencias, Siete Veces Campeón del Tour de France, Pero Cayó Acusado de Hacer Trampa”; Perdió Casi Toda Su Fortuna, Pero Logró Levantarse y Volvió a Ser Millonario Con una Inesperada Inversión
7 Nov. 2024
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El exciclista de EU fue un súper atleta que tocó la cima e hizo historia, pero fue acusado de dopaje, cayó en desgracia y se quedó con nada. Pudo resurgir gracias a una casual jugada financiera
Redacción / CAMBIO 22
El famoso ex ciclista Lance Armstrong alcanzó la cima del éxito deportivo y económico, pero viajó sin escalas a la bancarrota y luego de algunos años de ser señalado como un tramposo, volvió a ser millonario con una inesperada inversión: casi sin querer, se convirtió en accionista de Uber.
La gloria del ex deportista llegó entre la segunda parte de la década del 90 y los primeros años de los 2000. En aquel momento, Armstrong dominó el mundo de las carreras de bicicletas y conquistó el Tour de Francia en siete ocasiones consecutivas, una hazaña impresionante que lo catapultó a la fama mundial. Pero perdió toda su fortuna por hacer trampa.
Y también su prestigio y reputación personal, ya que historia de vida inspiraba a millones, porque el ciclista multicampeón además había vencido al cáncer antes de alcanzar el éxito deportivo, creando una fundación de lucha contra el cáncer, Livestrong, que recaudaba millones de dólares para la lucha contra esta enfermedad letal.
Sin embargo, detrás de ese gran éxito deportivo, su vida en realidad era un entramado de trampas. Durante los inicios del nuevo siglo, ya circulaban rumores que decían que el ciclista consumía drogas ilegales para mejorar su rendimiento con la bicicleta.
Y en 2012 que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) lo acusó de liderar “el programa de doping más sofisticado que vio el deporte”. Acto seguido, lo despojaron de todos sus títulos desde 1998 en adelante y la Unión Ciclista Internacional lo sancionó de por vida.
Todo se derrumbó para el atleta. Su imagen, su trabajo y su economía. Perdió importantes contratos de patrocinio con Nike, que lo acompañó durante 16 años de carrera. Por ese entonces, la marca anunció la ruptura de los vínculos con Armstrong en un comunicado y argumentó que el ciclista engañó a la empresa durante más de una década. “Nike no aprueba el uso de sustancias ilegales de ningún tipo para mejorar el rendimiento”, dijeron
Otras empresas patrocinadoras también le soltaron la mano, como Trek, que fabrica bicicletas; Anheuser-Busch, empresa dedicada a la producción de cervezas; y Honey Stinger, de nutrición orgánica.
Un año después del escándalo, el Servicio Postal de Estados Unidos y dueño del equipo US Postal con el que Armstrong compitió toda la vida, lo demandó por fraude. Millones de dólares se escurrían de sus bolsillos todo el tiempo, al punto de que tuvo que vender propiedades para cubrir los gastos legales.
Un llamado y una inversión que lo sacó de la ruina
En pleno momento de crisis, recibió un llamado de Chris Sacca para proponerle la compra de acciones de alguna empresa. El reconocido inversionista de riesgo de Estados Unidos le ofreció un sueño del que Armstrong no tenía idea. “Cuando Chris me llamó y me preguntó si quería invertir, pensé: ‘Este tipo tiene una gran personalidad, pero también es muy inteligente y tiene muchos contactos, ¿Por qué no?”, recordó el atleta en una entrevista a la cadena CNBC en 2018.
Armstrong pensó que estaba invirtiendo en acciones de Twitter (hoy X) o de Google, empresas en las que Sacca solía invertir. Pero no. Esta vez fue diferente.
La propuesta del inversor incluyó la compra de acciones de nada más y nada menos que de Uber, pero cuando la empresa de transporte no era el gigante que es hoy. Por aquella época, apenas era una startup recién había comenzado a funcionar. El ciclista invirtió USD 100.000 y esperó. Lo que no sabía era que Uber, que valía 3,7 millones de dólares en 2009, pasó a cotizar alrededor de 70.000 millones en 2024. Sin dudas, una decisión que le cambió la vida.
Según dijo en una entrevista en la televisión estadounidense, toda la situación fue “demasiado buena para ser verdad”. A pesar de que nunca quiso revelar cuánto fue lo que ganó con aquella maniobra de inversión, Armstrong reconoció que dio tan buenos frutos que salvó a su familia.
El tiempo pasó y el ciclista está tranquilo. Sin embargo, nunca se disculpó por haber tomado la decisión de consumir drogas para mejorar su rendimiento físico en las competencias. Para él, “era lo que tenía que hacer para ganar”.
Fuente: TN Deportivo
OSM/ DSF