La Guerra en Gaza Paraliza la Ayuda de UNRWA, Poniendo en Riesgo la Asistencia a los Refugiados Palestinos
6 Nov. 2024
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El Conflicto Ha Destruido Infraestructuras Clave, Dificultando La Entrega De Servicios Esenciales En Gaza, Lo Que Afecta Gravemente La Capacidad De La Agencia De La ONU Para Apoyar A La Población Palestina
Redacción/CAMBIO 22
La ofensiva de Israel sobre Gaza desde el 7 de octubre pasado ha causado un tremendo daño a las infraestructuras y la ayuda humanitaria en la Franja. Noticias ONU ha preparado este artículo en el que te explicamos cómo la destrucción generalizada ha afectado las capacidades la agencia para los refugiados palestinos (UNRWA) para operar y entregar la asistencia que el pueblo palestino necesita.
Para ello, hemos dividido el trabajo de la agencia de la ONU en lo que hacía antes de que estallara la guerra y lo que ha hecho desde entonces.
Antes de la guerra:
Se calcula que más de un millón de refugiados palestinos vivían en la más absoluta pobreza, lo que significa que no pueden satisfacer sus necesidades alimentarias más básicas.
Los que vivían en la Franja de Gaza tenían que luchar para hacer frente a la vida bajo el bloqueo aéreo, terrestre y marítimo de Israel durante 15 años.
Para aliviar esas condiciones, UNRWA ayudaba con la entrega de alimentos, la asistencia médica y las transferencias basadas en efectivo.
Desde la guerra:
La capacidad de UNRWA para proporcionar cualquier tipo de ayuda se ha visto drásticamente afectada. Esto no se debe a la falta de ayuda disponible, sino a las restricciones de acceso impuestas por las autoridades israelíes, que impiden a la UNRWA distribuir suministros
El director de la agencia, Philippe Lazzarini, anunció en octubre de este año que unos 30 camiones humanitarios entraban en Gaza cada día, sólo el 6% de la cantidad de suministros comerciales y humanitarios permitidos antes de la guerra
Según la Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA), casi la mitad de la población carece del mínimo de 15 litros de agua por persona y día para beber, cocinar e higienizarse.
La sanidad: pendiendo de un hilo
Antes de la guerra:
UNRWA lleva más de 60 años prestando atención sanitaria primaria integral a los refugiados palestinos.
En Gaza había 22 centros de salud, con instalaciones clínicas y de laboratorio, atención materna personalizada y servicios de planificación familiar.
Había asesores psicosociales en varias escuelas de Gaza y clínicas de necesidades educativas especiales en varios centros de salud, para ayudar a los niños a hacer frente a la ansiedad, la angustia y la depresión.
Desde la guerra:
Desde el 7 de octubre, el ejército israelí ha atacado hospitales en varias ocasiones. En los últimos días, el hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, se ha convertido en una «zona de guerra asediada», en palabras de Adele Khodr, alta funcionaria de UNICEF: «Recién nacidos vulnerables y niños enfermos y heridos que necesitan cuidados intensivos están siendo asesinados en tiendas de campaña, en incubadoras y en los brazos de sus padres», declaró el martes. «Que esto no haya galvanizado suficiente voluntad política para poner fin a la guerra, representa una crisis fundamental de nuestra humanidad».
La agencia ha sido una parte clave de una campaña interinstitucional de vacunación contra la polio, inoculando a unos 560.000 niños en toda la Franja durante la primera ronda, y a unos 545.000 durante la segunda.
Sin embargo, miles de ellos siguen fuera de alcance, y las constantes órdenes de desplazamiento y bombardeos de Israel han supuesto graves retrasos y obstáculos.
No obstante, UNRWA ha podido mantener operativos ocho de sus centros de salud y, a pesar de las condiciones extremadamente peligrosas en las que tienen que operar -se han producido más de 500 ataques contra trabajadores sanitarios, pacientes, hospitales y otras infraestructuras médicas-. Los equipos médicos de UNRWA consiguieron realizar alrededor de 6,2 millones de consultas de atención primaria durante el año pasado (frente a los casi 2,6 millones del año anterior).
Educación: un año perdido
Antes de la guerra:
El programa educativo de la UNRWA en Gaza era el mayor de los gestionados por la agencia, con 284 escuelas funcionando en 183 locales educativos de la Franja, atendidas por más de 10.500 miembros del personal educativo, y unos 300.000 alumnos matriculados.
Aunque UNRWA no tenía mandato para alterar los planes de estudio o los libros de texto (estos son una cuestión de soberanía nacional), la agencia se comprometió a garantizar que lo que se enseña en las escuelas que dirige se adhiere a los valores y principios de la ONU.
Desde la guerra
UNRWA considera que los niños de la Franja no tienen un espacio seguro para aprender pero, a pesar de los peligros, la agencia mantiene su compromiso de proporcionar oportunidades educativas y, en agosto, puso en marcha un programa para proporcionar «espacios de aprendizaje» que ofrecen apoyo básico, incluyendo actividades recreativas y de aprendizaje. Alrededor de 9500 niños, el 60% de ellos niñas, se han beneficiado de estas iniciativas, en 36 refugios específicos repartidos por toda Gaza.
Casi el 85% de las escuelas de la Agencia han sido alcanzadas o dañadas durante la guerra, algunas varias veces. Algunas han sido arrasadas, muchas han sufrido graves daños. Muchas de ellas estaban siendo utilizadas como refugios para personas desplazadas, entre ellas muchos niños, cuando fueron atacadas.
Como resultado, los niños de Gaza sólo han completado seis semanas del curso escolar 2023-2024, de 38 semanas de duración. En esencia, han perdido un año de educación.
El desarrollo económico vuelve a los niveles de 1955
Antes de la guerra:
Durante varios años, UNRWA llevaba a cabo programas para impulsar el desarrollo económico apoyando a los empresarios, ayudando a las mujeres a entrar en la fuerza de trabajo y empoderando a las personas con discapacidad.
Un Departamento de Microfinanzas daba a las personas pobres o marginadas la capacidad de construir formas sostenibles de generar ingresos, extendiendo el crédito a aquellos que de otro modo no tendrían acceso a préstamos.
En 2020, UNRWA creó el Centro de Servicios de TI para hacer frente al desempleo, ayudar a los refugiados de Palestina a acceder a oportunidades en el sector digital y poner en marcha sus carreras.
Desde la guerra:
Estas y otras iniciativas se han visto muy afectadas por la guerra en Gaza: según un informe de la ONU publicado a finales de octubre, el desarrollo económico en Gaza y Cisjordania ha retrocedido casi 70 años (equivalente a los niveles de junio de 1955).
«Nuestras evaluaciones sirven para hacer sonar la alarma sobre los millones de vidas que se están destrozando y las décadas de esfuerzos de desarrollo que se están echando por tierra», declaró Rola Dashti, Directora Ejecutiva de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (UNESCWA).
Campos de refugiados: bajo ataque
Antes de la guerra:
Los programas de la UNRWA destinados a mejorar las condiciones de vida de los refugiados palestinos existen desde hace muchos años y han permitido la construcción de cientos de viviendas, así como el desarrollo de instalaciones de alcantarillado y drenaje.
Desde la guerra:
Las operaciones militares, los combates y la escalada de violencia han dañado o destruido aproximadamente el 66% de todos los edificios de Gaza durante el último año, y han devastado los campos de refugiados densamente poblados durante el último año. 227.591 viviendas se han visto afectadas, según cifras de la ONU.
El campo de refugiados de Jabalia, por ejemplo, se ha visto afectado varias veces por los ataques. En junio, la UNRWA informó de «horribles» escenas de devastación en el campamento, y en noviembre de este año, más de 50 niños murieron en ataques que arrasaron dos edificios residenciales que albergaban a cientos de personas.
Los sistemas de alcantarillado y residuos están a punto de romperse. Durante una visita a la ciudad de Gaza el 5 de noviembre, Muhannad Hadi, Coordinador Residente de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, describió la situación de cientos de personas sin acceso a aseos y de calles cubiertas de basura y aguas residuales.