• Trump asume la presidencia en un clima polarizado y enfrenta múltiples casos legales, lo que plantea interrogantes sobre su gestión y la justicia en EE.UU.

 

  • La victoria electoral del ex presidente podría influir en el futuro de los procesos judiciales que lo acosan, mientras el país se prepara para una nueva era de políticas controversiales.

 

Redacción/CAMBIO 22

El expresidente de EE.UU. y candidato republicano Donald Trump volverá a la Casa Blanca tras derrotar en las elecciones a Kamala Harris, según la proyección de CNN. Trump, quien fue presidente entre 2017 y 2021, regresará a la Presidencia tras una campaña marcada por la retórica antiinmigrante.

La victoria del republicano provino de un público tan desencantado con la trayectoria de Estados Unidos que acogió su enfoque brusco y disruptivo. Alrededor de 3 de cada 10 votantes dijeron que querían una revolución total en cómo se gobierna el país, según AP VoteCast, una amplia encuesta de más de 120 mil votantes a nivel nacional. Incluso si no buscaban algo tan dramático, más de la mitad de los votantes en general dijeron que querían ver un cambio sustancial.

Tanto a nivel nacional como en los estados indecisos clave, el republicano ganó a votantes que estaban alarmados por la economía y priorizaron una aplicación más agresiva de las leyes de inmigración. Estos temas eclipsaron en gran medida el enfoque de muchos votantes en el futuro de la democracia y la protección del aborto —prioridades clave para los votantes de Harris, pero no suficientes para inclinar la elección a su favor.

Donald Trump sorprende en condados demócratas

Comparado con 2020, es una gran derrota para los demócratas, pues en las elecciones de 2020 Joe Biden se hizo con el 68 % de los votos y Trump solo con el 30 %, pero entonces no había comenzado la guerra de Gaza, que hizo que una gran parte de la comunidad árabe de Míchigan volviera la espalda al Partido Demócrata.

En Hamtramck, otra ciudad de mayoría árabe de Míchigan y también con un alcalde de ese mismo origen, la victoria en las presidenciales la tuvo Kamala Harris (46 % frente a 42 % para Trump), pero en este caso destaca el gran desgaste de los demócratas, que en 2020 lograron el 85 % de los votos para Biden.

Michigan hace parte de los últimos estados donde aún no hay anunciado un ganador -junto con Arizona y Nevada-, aunque ya hay datos del 95 % de colegios y Donald Trump lidera el recuento por dos puntos de diferencia, según los datos de la agencia AP.

Comunidad clave

La comunidad árabe de Míchigan, la consideraron clave durante la campaña porque su importancia numérica resulta mayor que en cualquier estado, pero finalmente los ‘estados bisagra’ dieron la victoria para Trump, que ha ganado en Georgia, Wisconsin y Carolina del Norte, y lidera el recuento en los cuatro restantes.

Pero durante la campaña, cuando se suponía que la pelea electoral sería más ajustada, los demócratas temían que la comunidad árabe, tradicionalmente demócrata, les diera la espalda por el férreo apoyo que Biden había dado al Gobierno de Israel, que provocó abundantes protestas a nivel local pero también en toda la nación, con manifestaciones en los campus universitarios que no se veían desde la guerra de Vietnam.

Donald Trump gana con claridad en la ‘ciudad árabe’ por excelencia de Míchigan

Donald Trump ha vencido con claridad en Dearborn, la ‘ciudad árabe’ por excelencia de Míchigan, uno de los estados bisagra en los que se jugaban las elecciones presidenciales y donde la comunidad árabe ha sido cortejada durante la campaña por ambos candidatos en un año de gran descontento por la guerra de Gaza.

 

A lo largo de la campaña, Trump difundió noticias falsas sobre los migrantes. En un debate repitió la mentira de que los inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, se comen a los perros y gatos, algo desmentido por autoridades locales y estatales. Trump luego dijo que solo estaba repitiendo “lo que se informó” cuando hizo las afirmaciones falsas.

En su primer paso por la Casa Blanca, llegó como el primer presidente sin experiencia política o militar previa y enfrentó la crisis del covid-19, en medio de acusaciones de vínculos con Rusia.

Trump dejó claro su deseo de volver a la presidencia y a lo largo de su aspiración electoral sus iniciativas para la recaudación de fondos incluyeron una línea de zapatillas y vendiendo biblias con su respaldo. A pesar de tener detractores en el Partido Republicano, aseguró la candidatura sin oposición significativa y cerró la Convención Nacional con sus cinco hijos en el escenario.

Tras el primer debate presidencial con el presidente Joe Biden, organizado por CNN, Biden se retiró de la carrera tras caer en las encuestas. El 13 de julio, Trump fue herido en un mitin en Pensilvania en un intento de magnicidio; el atacante fue abatido. En septiembre, un hombre armado fue arrestado en el complejo de Trump en West Palm Beach.

Kamala Harris fue nominada por los demócratas y confrontó a Trump en el segundo debate en ABC News, haciendo la contienda más reñida. Trump prometió mejoras en comercio con China, salud, política exterior e inmigración, incluyendo “la deportación más grande de la historia” y continuar la construcción del muro, mientras difundía noticias falsas sobre migrantes.

Su primera presidencia

Trump fue elegido presidente en 2016, derrotando a Hillary Clinton. Su presidencia estuvo marcada por acusaciones de vínculos con Rusia, que él negó, aunque informes posteriores confirmaron intentos rusos de influir en su favor.

La política exterior de Trump desafió el status quo occidental: presionó a la OTAN, tensó relaciones con China, retiró a EE.UU. del Acuerdo de París y amenazó a Corea del Norte, aunque luego se reunió con Kim Jong-Un sin lograr la desnuclearización. En Medio Oriente, reconoció a Jerusalén como capital de Israel y ordenó el asesinato de Qasem Soleimani.

Trump intentó revertir políticas de Obama, retirándose del Tratado Transpacífico, intentando cancelar DACA, y buscando eliminar Obamacare. Su proyecto del muro fronterizo enfrentó oposición demócrata, causando un cierre gubernamental en 2019 y fue declarado emergencia nacional para obtener fondos.

En 2019, Trump fue sometido a juicio político por presunta solicitud de ayuda a Ucrania para su campaña, pero fue absuelto. Perdió la reelección ante Joe Biden en 2020, pero no reconoció la derrota y alegó fraude sin pruebas. Sus cuentas en redes sociales fueron suspendidas por incitar a la violencia.

En 2020, perdió la reelección frente al candidato demócrata, el entonces exvicepresidente Joe Biden.

El 6 de enero de 2021, tras un discurso de Trump tras semanas de cuestionar su derrota electoral, sus seguidores asaltaron el Capitolio en Washington, resultando en cinco muertes. Fue acusado de incitar los disturbios y enfrentó un segundo juicio político, del cual fue absuelto.

Trump terminó su mandato con una fuerte contracción económica debido a la pandemia de covid-19, enfrentando más de 400.000 muertes en EE.UU. y confrontando a la OMS al retirar su apoyo.

La vida mediática y las polémicas de Trump

Donald Trump nació el 14 de junio de 1946 en Queens, Nueva York. Es un empresario que a lo largo de su vida se ha esforzado por mostrarse como un hombre de negocios exitoso.

Donald Trump, autor de bestsellers como “Trump: el arte de la negociación”, apareció en películas y series como “Home Alone 2” y “Sex and the City”. En 1996, adquirió los concursos de Miss Universo, Miss USA y Miss Teen USA, y fue su director ejecutivo hasta 2015. Su fama creció con el reality show “The Apprentice” en 2004, donde los participantes competían por un premio de $250,000 y la oportunidad de trabajar en una de sus empresas. El programa fue un éxito en NBC, promediando 20 millones de espectadores, y contó con la participación de sus hijos como asesores.

En 2015, Trump anunció su candidatura presidencial desde la Trump Tower, haciendo comentarios ofensivos sobre inmigrantes mexicanos. Aunque había considerado postularse en 1999, fue en 2015 cuando compitió por el Partido Republicano, destacándose por su retórica confrontativa. Prometió revitalizar la economía y construir un muro en la frontera con México, además de prohibir la entrada de musulmanes al país. Su eslogan “Make America Great Again” se convirtió en un movimiento político.

En 2016, un video de 2005 reveló comentarios inapropiados de Trump sobre mujeres, lo que llevó a disculpas públicas. En 2023, un tribunal lo encontró responsable de abusar sexualmente de la periodista E. Jean Carroll en 1996, resultando en compensaciones millonarias.

Tras dejar la presidencia, Trump enfrentó varios procesos judiciales. En mayo de 2024, fue condenado por 34 cargos de falsificación de registros comerciales relacionados con pagos a Stormy Daniels en 2016, convirtiéndose en el primer expresidente de EE.UU. condenado por un delito grave. Una orden de mordaza le impide hablar públicamente sobre el caso.

También fue acusado de retener documentos clasificados de defensa nacional, enfrentando cargos como obstrucción de la justicia y violación de la Ley de Espionaje, pero el caso fue desestimado en julio de 2024.

Además, tiene un juicio penal pendiente en Washington por interferir en las elecciones de 2020, enfrentando cargos de conspiración y obstrucción, aunque se ha declarado inocente.

Ahora que Trump logró un contundente triunfo ante Kamala Harris que le permite un épico regreso a la presidencia de Estados Unidos, los analistas adelantan que esto probablemente resultará en la desestimación de los dos casos penales federales que enfrenta, el congelamiento de los casos penales estatales hasta que deje el cargo y retrasos adicionales en sus diversos procesos civiles pendientes.

A continuación te explicamos cuál es el panorama de las cuatro causas penales que enfrenta y cuál es su evolución más probable.

1. Caso “Stormy Daniels”

Es un caso estatal y el más urgente.

En mayo un jurado popular declaró a Trump culpable de los 34 delitos que se le imputaban por falsificar registros contables para encubrir el pago de un soborno por US$130.000 a la actriz de cine porno Stephanie Cliffords, conocida como Stormy Daniels, con fines electorales, ante la campaña para las presidenciales de 2016.

Fue por unanimidad, como se requería para alcanzar el veredicto. Y así, Trump se convirtió en el primer expresidente de EE.UU. condenado en un juicio penal.

La sentencia estaba inicialmente prevista para el 11 de julio, pero tras el fallo con el que Tribunal Supremo concedió una amplia inmunidad penal a los presidentes por sus actos oficiales, el juez Juan Merchán, del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York, les dio plazo a las partes para presentar alegaciones y fijó una nueva fecha: 18 de septiembre.

Pero Trump pidió que la sentencia se retrasase, alegando que un fallo tan cercano a la cita en las urnas sería una forma de interferencia electoral. Merchán se lo concedió, estableciendo como fecha última el 26 de noviembre.

La falsificación de registros comerciales puede castigarse con hasta cuatro años de cárcel, aunque en el caso de Trump los expertos en leyes no se ponen de acuerdo sobre el desenlace más probable.

Algunos apuntan a que el juez Merchán podría dictar una pena de prisión por las especificidades de su caso, como que Trump fue hallado en desacato 10 veces y el objetivo del pago fue influir en unas elecciones.

Otros aseguran que lo más probable es que imponga una condena leve o vuelva a retrasar la fecha de la sentencia hasta después de que Trump dejase la Casa Blanca.

“Si gana las elecciones, no habrá una sentencia significativa”, le dijo hace unas semanas Karen Friedman Agnifilo, quien fue jefa de la división de juicios del fiscal de distrito de Manhattan, a la cadena estadounidense ABC.

“Un presidente en ejercicio no se vería obligado a ingresar en la cárcel, por lo que en teoría, si es condenado a prisión, podría cumplirlo una vez dejado el cargo”, le dijo a ese mismo medio Jeffrey Cohen, profesor de Derecho del Boston College.

2. Caso federal por presunta interferencia electoral

Es un caso federal. Lo está llevando el Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito de Columbia, Washington.

Desde 2020 Trump sostiene que le robaron aquellas elecciones ganadas por Joe Biden, pero el fiscal especial Jack Smith, nombrado específicamente por el Departamento de Justicia, no lo acusa por esa afirmación que se ha probado sin fundamento.

La acusación se centra en sus presuntos esfuerzos para alterar el resultado e impedir la certificación de la victoria de Biden.

Según el acta judicial que se hizo público en octubre, Smith acusa a Trump de cuatro delitos: conspiración para defraudar al gobierno estadounidense, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción o intento de obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para violar derechos civiles.

Si bien la “conspiración de Trump para permanecer en el cargo” comenzó el 13 de noviembre de 2020, dice el documento, él ya la venía preparando desde antes.

De acuerdo a la acusación, los esfuerzos de Trump para revertir el desenlace electoral de hace cuatro años incluyeron mentir a funcionarios estatales para inducirlos a ignorar los recuentos de votos y fabricar votos en siete estados en los que quiso cambiar el resultado: Pensilvania, Georgia, Arizona, Nevada, Michigan, Wisconsin y Nuevo México.

También lo señalan de intentar reclutar al entonces vicepresidente, Mike Pence, en su papel de presidente del Senado, para obstruir la certificación de la elección.

Además, la acusación responsabiliza al entonces presidente del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

“El acusado también sabía que solo le quedaba una última esperanza para impedir la certificación de Biden como presidente: la gran multitud enfurecida que tenía delante. Así que durante más de una hora, el acusado pronunció un discurso diseñado para enardecer a sus partidarios y motivarlos a marchar hacia el Capitolio”, se lee en el acta publicada en octubre.
Trump se declaró inocente de los cargos.

Han pasado 15 meses de ello y, tras múltiples retrasos por las maniobras dilatorias de la defensa, no hay una fecha fijada para el juicio.

La jueza de distrito Tanya Chutkan está considerando cómo debe proceder el caso a la luz del fallo de julio del Supremo sobre la inmunidad de Trump. Mientras, ha establecido fechas clave del procedimiento que van más allá de las elecciones. La siguiente es el 19 de diciembre.

¿Pero qué puede pasar ahora que Trump ganó?

El republicano prometió quitar del cargo al fiscal Smith si se alzaba con la victoria, aunque podría no tener que echar mano de esa carta, logrando que el Departamento de Justicia retire los cargos.

Y es que una antigua política de este departamento impide el procesamiento de un presidente en ejercicio, con lo que los casos federales en su contra podrían quedar en nada una vez asuma el cargo.

Si bien el fiscal Smith podría tratar de avanzar con el procesamiento en los dos meses que hay de las elecciones a la toma de posesión, los expertos creen que tiene pocas probabilidades de revivir el caso.

Los expertos concuerdan, pues, en que el caso terminaría diluyéndose. Lo que no está tan claro es la forma exacta en la que eso ocurriría.

3. Los documentos clasificados de Mar-a-Lago

Es el segundo caso penal federal que enfrenta Trump.

El mandatario electo está imputado por los documentos confidenciales que se llevó a Mar-a-Lago, su mansión de Palm Beach (Florida), y que retuvo allí tras dejar la presidencia, en enero de 2021.

El 8 de agosto de 2022 agentes del FBI recolectaron en la residencia más de 20 cajas que incluían más de un centenar de documentos marcados con distintos grados de clasificación: desde “confidencial” hasta “top secret”.

En total son más de 10.000 documentos que por ley pertenecen al gobierno de EE.UU., así como unas 90 carpetas vacías con marcas que indicaban que contenían material clasificado o que debían ser devueltas al personal de secretaría de la Casa Blanca o a un asistente militar.

Por ello, el republicano enfrenta siete cargos: uno en virtud de la Ley de Espionaje, así como cargos de obstrucción de la justicia, destrucción o falsificación de registros, conspiración y declaraciones falsas.

Sin embargo, desde que la jueza de distrito Aileen Cannon asumió el control del caso en junio de 2023, muchas de sus decisiones se han salido tanto de la norma que han avivado las preguntas sobre su favoritismo hacia Trump.

“Tenemos una jueza excelente en Florida. Es una jueza brillante. No la conozco. Nunca hablé con ella. Pero es valiente y brillante”, ha dicho de ella el propio acusado.

El 15 de julio la jueza Cannon dictaminó que el fiscal Smith fue nombrado de forma inconstitucional para el cargo y, tras desestimar los cargos, decidió archivar y dar por cerrado el procedimiento.

Ante ello, el fiscal Smith presentó un recurso ante un tribunal de apelaciones, argumentando que la jueza “pone en peligro la forma en la que el Departamento de Justicia funciona desde hace tiempo y pone en duda cientos de nombramientos en todo el Poder Ejecutivo”.

Sin embargo, los expertos adelantan que con Trump en la Casa Blanca, lo más probable es que el fiscal no tenga más remedio que retirar la apelación.

En caso de que decidiera proseguir, Smith tendría que lograr convencer al tribunal de apelaciones de que revoque la decisión de la jueza Cannon y el equipo de Trump ya ha planteado una defensa construida sobre la inmunidad presidencial, que podría convertirse en la base de una futura apelación.

Como en el otro caso federal ya mencionado, Trump también podría conseguir que el Departamento de Justicia retire los cargos.

4. Caso por presunta interferencia electoral en el condado de Fulton (Georgia)

En este caso estatal Trump enfrenta —junto con otros acusados— cargos por conspirar para subvertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia, como parte de una trama mayor para mantenerse en la Casa Blanca.

Los fiscales presentaron originalmente 41 cargos contra 19 acusados ​​en agosto de 2023.

Desde entonces, cuatro acusados ​​se declararon culpables y el juez que está al frente del caso, Scott McAfee, del Tribunal Superior del condado de Fulton, anuló nueve de los cargos, aunque la mayor parte del auto de procesamiento sigue intacto.

La evidencia clave es la conversación telefónica de Trump con el secretario del estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que el republicano le pidió que “encontrara” los votos que necesitaba para imponerse en el estado.

El caso está en suspenso hasta diciembre, cuando un tribunal de apelaciones sopesará si se debe permitir a la fiscal de distrito Fani Willis y su equipo sigan liderando el caso.

Y es que Trump y otros acusados alegan que la relación personal de Willis con el fiscal especial Nathan Wade, a quien ella contrató para ayudar a llevar el caso, crea un conflicto de intereses. El juez McAfee optó por no descalificarla, pero el equipo de Trump apeló la decisión.

Los argumentos orales está programados para el 6 de diciembre.

Si el tribunal de apelaciones desestima la impugnación, esto podría allanar el camino para que el juez McAfee fije una fecha para el juicio. Aunque los expertos apuntan a que lo más probable es que el equipo de defensa lo apele en otras instancias, generando más retrasos.

Si, por el contrario, el tribunal decide que hay que retirar a la fiscal y su oficina del caso, eso también traería retrasos. Es que, para empezar, habría que buscar otro fiscal.

Los expertos aseguran que, a diferencia de los cargos de subversión electoral presentados por el fiscal especial Jack Smith, el caso de Willis estará aislado de cualquier posible intromisión de Trump.

Así, no podría perdonarse a sí mismo ni a sus aliados ante una condena a nivel estatal, ni quitar del cargo a los fiscales del condado de Fulton que presentaron los cargos.

En cualquier caso, los expertos prevén que el caso quedaría congelado mientras Trump sea presidente.

Durante una audiencia en diciembre del año pasado, cuando el juez McAfee le preguntó al abogado de Trump, Steve Sadow, cuándo podría enfrentar un juicio su cliente, este le respondió: “La respuesta a eso es que creo que bajo la cláusula de la supremacía y sus deberes como presidente de Estados Unidos, el juicio no podría tener lugar hasta después del fin de su mandato”.

“Lo más probable es que ambos casos penales estatales (el de Georgia y el de Stormy) se suspendan y se reanuden cuando expire su mandato”, le dijo Barbara McQuade, ex fiscal federal, al medio NBC News.

 

 

 

Con información de CNN en español y BBC news

redaccionqroo@diariocambio22.mx

HTR/GCH

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