• Un estudio de la máxima casa de estudios del país asegura que México se encuentra en grave riesgo de ser invadido por la larva Cochliomyia hominivorax.

 

  • “Los resultados del estudio, cuya versión completa será publicada próximamente, muestran que el parásito se ha estado expandiendo en Centroamérica a un ritmo promedio de 1.6 kilómetros por día”.

 

 

Redacción/CAMBIO 22

03 de noviembre-. La creciente amenaza del gusano barrenador, la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax que afecta al ganado, a la vida silvestre, e incluso a los humanos, está avanzando hacia México. Los últimos estudios realizados por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indican que el contrabando de ganado podría estar acelerando la propagación de la plaga y ampliando la vulnerabilidad en el país.

“Los resultados del estudio, cuya versión completa será publicada próximamente , muestran que el parásito se ha estado expandiendo en Centroamérica a un ritmo promedio de 1.6 kilómetros por día”, destacó Alejandro Zaldívar Gómez, especialista del Laboratorio de Ecología de Enfermedades y Una Salud de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM. “Esta tasa de avance permite proyectar su alcance geográfico en el corto y mediano plazo, proporcionando información crítica para diseñar estrategias de vigilancia y control en áreas vulnerables. Sin embargo, en los últimos meses, la propagación se ha acelerado considerablemente, con brotes reportados hasta 300 kilómetros de distancia respecto a focos previos”.

Zaldívar Gómez señala que estos desplazamientos a larga distancia son otra posible evidencia de que el movimiento ilegal de ganado está impulsando actualmente la expansión de la mosca en Centroamérica, una afirmación respaldada por autoridades sanitarias de la región. Documentos oficiales de inspección en Honduras y Nicaragua, publicados por el Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS), detallan cómo el parásito ha ingresado a estos países mediante ganado de contrabando.

Mapa 1. Modelación de las posibles rutas de introducción del gusano en territorio mexicano. El análisis evalúa la posible llegada de la mosca a tres puntos estratégicos, identificados por su función como centros de acopio y engorda de ganado, a través de rutas de menor costo basadas en condiciones biogeográficas que favorecen la dispersión y supervivencia del parásito. Crédito: Alejandro Zaldívar Gómez y Oscar Rico Chávez.

Mapa 2. Rutas del contrabando de ganado por Centroamérica. Crédito: InSight Crime, Las entrañas del contrabando de ganado de Centroamérica hacia México, 2022.

“Estas largas distancias de propagación solo pueden explicarse por el tráfico transfronterizo de ganado”, afirma Kurt Duchez, Coordinador Regional para Mesoamérica en materia de Delitos contra la Vida Silvestre y Recursos Naturales, de Wildlife Conservation Society (WCS). Duchez resalta esta relación al comparar el mapa de rutas proyectadas para la propagación del gusano barrenador desarrollado por el equipo de la UNAM, con las vías clandestinas de movilización de ganado que atraviesan la región, documentadas en una investigación de InSight Crime. “Si se permite que la propagación avance, lo más probable es que continúe la ruta de tráfico de ganado que atraviesa la Reserva de la Biosfera Maya en Guatemala y llegue hasta México”.

La reciente noticia del primer caso reportado por autoridades en Guatemala brinda mayor seriedad y urgencia a esta probable ruta. Si el gusano barrenador alcanzara México, las áreas con alta densidad ganadera podrían sufrir serias consecuencias en su economía y salud pública. El siguiente mapa muestra las zonas más vulnerables del sur del país, en alto riesgo de infestación por su proximidad a la frontera y alta concentración de ganado. Estos factores se ven agravados por el tráfico ilegal de bovinos, que facilita la propagación de la mosca y aumenta la amenaza de contagio.

Mapa 3. El mapa ilustra la densidad de población bovina en la región. Las áreas de mayor concentración de ganado se destacan en tonalidades más oscuras, indicando zonas de alta vulnerabilidad debido a la disponibilidad de hospedadores susceptibles. Crédito: Alejandro Zaldívar Gómez y Oscar Rico Chávez.

Mapa 4. El mapa ilustra la tendencia temporal de dispersión de la mosca a lo largo de Centroamérica, desarrollada mediante un modelo de regresión lineal. Se destacan los primeros brotes detectados en cada país, así como los brotes reportados en el sistema WAHIS de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). El análisis muestra una velocidad de propagación estimada de 1.6 km por día, además de brotes aislados que indican eventos de dispersión rápida y localizada de hasta 300 kilómetros. Esta modelación sugiere una llegada inminente del parásito a México si la trayectoria actual continúa sin medidas de control. Crédito: Alejandro Zaldívar Gómez y Oscar Rico Chávez.

 

Una vez cruzada la frontera, la expansión del gusano en el territorio mexicano sería difícil de detener. Las experiencias anteriores demuestran lo complejo y costoso que resulta erradicar esta plaga; la eliminación en México y EE. UU. en 1991 costó más de 955 millones de dólares en moneda actual.

Duchez destaca que es urgente implementar acciones de vigilancia y control en la frontera para frenar la entrada y expansión del gusano barrenador en México. Sin estas medidas, se corre el riesgo de una crisis sanitaria y pérdidas de miles de millones de dólares en recursos públicos y del sector ganadero. El experto de WCS argumenta que la estrategia de contención publicada por las autoridades mexicanas no será suficiente si no se aborda la raíz del problema: el tráfico transfronterizo de ganado. “La colaboración y acción coordinada entre los gobiernos regionales y los ganaderos es esencial para contener esta amenaza antes de que sea demasiado tarde”. La ganadería ilegal abarca la cría de ganado en áreas protegidas y territorios indígenas, así como el contrabando transfronterizo.

Esta actividad genera graves consecuencias ambientales, económicas y sanitarias en Centroamérica y México. Está vinculada a la deforestación, la apropiación ilegal de tierras y el desplazamiento de comunidades, además de facilitar el lavado de dinero y la explotación de recursos naturales.

Algunos ganaderos del estado de Veracruz, al este de México, conocen una forma de encontrar ganado barato: conducen a un lugar remoto en la frontera entre Chiapas y Guatemala para adquirir reses traídas ilegalmente desde el otro lado de la frontera. Más allá de contrabandistas e intermediarios, quienes manejan y permiten la existencia de este negocio se mantienen en la sombra.

– Este es el primer artículo de una serie investigativa compuesta de tres partes, que analiza cómo el ganado producido en Centroamérica se introduce de contrabando en México y es blanqueado de diversas maneras para luego ingresar a la cadena de suministro legal de alimentos.

Benemérito de las Américas es uno de los pueblos más remotos en la frontera entre México y Guatemala. Se ubica en la ribera del río Usumacinta, a cientos de kilómetros del centro urbano más cercano.
El pueblo no tiene presencia de aduanas, ni un cruce fronterizo formal. Tiene una gasolinera, un supermercado, algunos restaurantes, un hotel para clientes que van de paso y mucho comercio informal.

Por el río pasan lanchas y “pangas” de madera para cruzar ganado y otras mercancías de Guatemala hacia puntos de acopio localizados en ranchos cercanos al pueblo. La cantidad de “panzonas” –tráilers cargados de ganado– paradas en el estacionamiento de la gasolinera y en las inmediaciones de la Asociación Ganadera, demuestran que el comercio de ganado es la principal actividad económica del lugar.

De hecho, Benemérito es el epicentro de un boyante negocio ilícito: el contrabando de miles de reses. Para entender cómo funciona esta actividad, nos reunimos con un exdirigente ganadero en el sur de Veracruz que había visitado este pueblo. Por temor a represalias, pidió completo anonimato, por lo que lo llamaremos Eduardo. Eduardo había ido a Benemérito hace unos años para conocer el lugar a donde los ganaderos van de compras y para buscar información que le sirviera para hacer negocio también.

«Los compradores prefieren irse allá [a Benemérito] porque es más barato… y el ganado que viene de Centroamérica no tiene los controles que a nosotros nos obligan a tener”, dijo a InSight Crime. En ese entonces, Eduardo estaba en una posición privilegiada. Formaba parte de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas y utilizó su puesto para pedir acceso a los ranchos de Guatemala donde se acopian las reses que pasan en lanchas de madera hacia México.

Sin embargo, no tardó en decepcionarse. Eduardo cuenta que unos metros antes de entrar a la mancha urbana de Benemérito hay una calle que conduce a una rampa hacia el río Usumacinta. Ahí pasan unos “barcos”, que son largas canoas de madera con cubiertas de madera, con decenas de becerros y vacas, generalmente en mal estado. Él describe a este ganado como “corriente, viejo y bronco”.

«Viene ganado hasta de Nicaragua y lo juntan en Guatemala para pasarlos para acá. Hay gente armada cuidando el negocio. Fuimos y nos dijeron que no avancemos más”, recordó y concluyó que los que cuidaban el negocio eran integrantes de grupos de delincuencia organizada.

Hablamos con una fuente que vive en la costa de Veracruz y quien durante ocho años compró ganado en Benemérito de las Américas hasta que se retiró del negocio. Lo nombraremos Gilberto. Gilberto es una persona cuyo trabajo ayudaba a satisfacer la demanda de ganado en potreros de la costa central de Veracruz. Su labor era necesaria para los corrales de engorde que, debido a sus bajos niveles de productividad, necesitan complementar su producción con ganado centroamericano y así satisfacer la demanda interna y externa.

“Es muy delicada esa zona [Benemérito]. Tratas con gente mala, mala, mala. Han caído muchas cabezas en este negocio. Pero si tú llegas y respetas tratos, no vas a tener problema”, aseguró a InSight Crime.

Durante el tiempo que Gilberto viajó a Benemérito nunca conoció a la persona que le vendía el ganado. Siempre había por lo menos un intermediario con quién él hacía los tratos. “Es muy difícil llegar [a las personas que venden el ganado]. Tu nunca vas a hablar con ellos, nunca vas a saber quién es quién”, dijo.

Gilberto cuenta que siempre se fue “por la derecha”. Es decir, compraba su ganado y no hacía preguntas. Tampoco decía nada a nadie sobre los detalles que fue conociendo del negocio. En general, el negocio del contrabando de ganado está lleno de secretos. Durante el reporteo de campo en Benemérito, InSight Crime pudo constatar que las identidades de los dueños de terrenos cerca del pueblo también están protegidas.

Por ejemplo, según una fuente de la región cercana a los compradores, hay una aduana “de otro tipo”. Cuando los ganaderos dicen “estos animales los traje de La Aduana” se refieren a una persona que tiene un terreno en la línea divisoria y lo utiliza para comerciar ganado. “La Aduana” es una persona.

“Así le dicen porque sus tierras están mitad en Guatemala y mitad en Chiapas. Entonces echan el ganado al río y dicen que es ganado de La Aduana”, dijo esta fuente, que pidió anonimato.

 

 

Fuente Aristegui Noticias/InSight Crime/Sistema de Noticias CAMBIO 22

redaccionqroo@cambio22.mx

LRE/AGF

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