Suecia Recibe a Jonas Falk, ‘El Pablo Escobar Sueco’, Tras su Extradición Desde España
19 Oct. 2024
-
Jonas Falk, presunto narcotraficante más importante de los países nórdicos, habla sobre su tiempo tras las rejas y los peligros en otras prisiones españolas mientras se enfrenta a graves acusaciones en su país
Redacción / CAMBIO 22
“La cárcel de Valdemoro parecen un museo, es como una prisión de Siberia”. Así definió en Jonas Falk, ‘El Pablo Escobar sueco’, el último centro penitenciario español en el que ha estado, en líneas del diario Aftonbladet. También conoce Brians, en Barcelona. “Es muy peligrosa”. El presunto narcotraficante, el más importante, según la Policía, de todos los países nórdicos, lleva ocho días bajo custodia en su país de origen tras ser extraditado desde España.
La Audiencia Nacional, que espera juzgarle en dos macrocausas por tráfico internacional de cocaína (en ambas, en presunta alianza con narcotraficantes gallegos), aceptó su salida del país a la espera de que sea juzgado allí con celeridad. En Estocolmo le espera una acusación por extorsión, al haber ordenado, supuestamente, que un grupo de sicarios ejerciese la extorsión contra un influyente empresario que, según su criterio, le debe una importante suma de dinero.
La relación de Falk con el narcotráfico viene de lejos. Su primera condena (que fue revocada en apelación) procede de la operación Playa, un caso que ha sido desgranado al detalle por Rikard Anderson en un libro del mismo nombre que saldrá a la luz en su versión en castellano en los próximos días.
Su poder económico siempre ha llamado la atención de la Policía, especialmente cuando compró la discoteca Pachá en Barcelona. Sin embargo, su nombre no se vinculó al narcotráfico gallego hasta 2022, después de la desencriptación de las comunicaciones de los narcotraficantes. Fruto de la caída, entre otras, de la app SKY-ECC, la Brigada Central de Estupefacientes hizo estallar la operación Medellín, que sirvió para relacionar al ‘Pablo Escobar sueco’ con la red de narcoveleros que había liderado el ahora condenado Carlos Silla, de Vilagarcía. En el mismo trabajo policial, cayó Fikri Amellah, otro de los grandes objetivos no solo de la Policía, sino también de la Guardia Civil y de la DEA. Le relacionan con la Mocro Mafia y, además de sus lazos con Galicia y la cocaína, se le presume una influencia clave en las grandes rutas del hachís que enlazan Marruecos con Europa en los últimos años.
Falk, los gallegos y el marroquí, según explica la Udyco Central, compartían proveedor de droga al otro lado del Atlántico: Julio Andrés Murillo Figueroa. Su nombre fue conocido por los lectores de este periódico desde el estallido mismo de la operación, pero no pudo ser detenido hasta hace algunos meses. Residía en el entorno de la capital antioqueña, en una lujosa vivienda con lago privado. Una cojera y los paseos con un perro le delataron ante la Policía Colombiana. Bajo el alias de Zar, no solo fue capturado, sino que la posterior investigación patrimonial a la que fue sometido reveló que había invertido al menos parte de su patrimonio en una gran cadena de restaurantes de comida japonesa (sushi) con establecimientos abiertos en la mayor parte de ciudades del país.
Sin embargo, la relación de Falk con los narcos gallegos, aún por demostrar (ninguno de los juicios se ha celebrado todavía) se extiende también a una operación aún más importante, desarrollada inicialmente en el Levante español y bautizada como ‘Beautiful’. En la cúspide de la misma, según el escrito de acusación presentado por la Fiscalía Antidroga (que sienta en el banquillo a 69 sospechosos, varios de ellos gallegos), se encontrarían cuatro personas. Las dos últimas serían José Constante P.B., alias Costiña, uno de los mirlos blancos del tráfico de cocaína en las Rías Baixas, según las fuerzas de seguridad, y Jonas Falk.
“Esta rama constituida por estas cuatro personas era el eje fundamental de la organización. Los cuatro se encargaban de la dirección y la ejecución de las diferentes operaciones de la organización. Así, eran los encargados de negociar, organizar, planificar y financiar las partidas de cocaína a gran escala procedentes de Sudamérica para introducirlas en territorio español y europeo, para posteriormente transferirlas a los componentes de la rama intermedia, encargadas de distribuir la cocaína a dicha escala”. Así se expresa la fiscal del caso, que sitúa, por ejemplo, en un conocido hotel de Madrid un emplazamiento de reuniones entre el sueco y el gallego, que habría sido identificado y vigilado por los especialistas antidroga de la Udyco Central.
La investigación por la que ha sido extraditado a Suecia está relacionada con el blanqueo de capitales procedente del tráfico internacional de cocaína. En concreto, se le acusa de extorsionar a una gran empresa de su país dirigida por un antiguo socio suyo, Joachim Kuylenstierna, y en cuyo consejo directivo se encuentran, entre otros, el ex primer ministro Carl Bildt, o el ex gobernador de Estocolmo, según revela el libro operación Playa.
La exigencia del narco viene dada por una inversión efectuada en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria. Falk y su tía, Harriette Broman, que en su momento tuvo relación con el citado Kuylenstierna, aportaron el equivalente a cuatro millones de euros para salvar a la firma de la quiebra. Meses después, el ahora extorsionado logró vender aquella empresa y obtuvo cinco millones limpios, con los que comenzó un nuevo negocio muy próspero mediante la compra de activos a muy bajo precio por la crisis del ladrillo. Fue en ese momento cuando introdujo en la misma a los políticos suecos. En 2014 comenzaría a cotizar en la bolsa de Estocolmo.
Al parecer, Falk y su gente consideran que aquella inversión de 2009 se traduciría en la actualidad en una cantidad muy superior. En su momento, Harriette Broman denunció a Joaquim, pero perdió en los tribunales. Ahora, según las autoridades suecas, habría contratado a sicarios para cobrarse esa deuda, habiendo efectuado amenazas de muerte e incluso intentado incendiar propiedades del empresario extorsionado.
Fuente: Narco Diario
GPC/MA