Redacción / CAMBIO 22

José María Morelos, 3 de octubre. –  Baltazar Aké Pech, un joven ingeniero en Desarrollo Empresarial recién egresado, ve en José María Morelos un diamante en bruto, un municipio con un enorme potencial logístico y de crecimiento que, sin embargo, aún está por pulirse. En entrevista, Baltazar compartió su visión para el futuro del lugar donde creció y se formó, describiéndolo como un “punto geográficamente privilegiado” que podría convertirse en un centro clave de distribución y negocios a gran escala.

“Morelos está en el cruce de caminos hacia Chetumal, Cancún y Mérida, lo que lo coloca en una posición estratégica para el tránsito de mercancías”, explicó entusiasta. “Imagina, con la infraestructura adecuada y el financiamiento necesario, podríamos ser mucho más que un municipio pequeño; podríamos ser un nodo logístico importante, un lugar de concentración de productos y grandes negocios.”

Sin embargo, Baltazar reconoce que no es tarea fácil. Para poder aplicar lo aprendido en la universidad y desatar todo ese potencial, aún faltan las herramientas, los recursos y, sobre todo, el apoyo de instituciones y empresarios. “Por ahora, ejercer aquí es un reto enorme. No existen las estructuras necesarias para levantar un proyecto de gran escala, como debería ser. Eso me ha hecho pensar en migrar a ciudades más grandes como Mérida, Cancún o Tulum, donde el panorama es más prometedor para desarrollar mi carrera.”

Pero su espíritu emprendedor y la visión que tiene para su municipio no se apagan. Baltazar cree firmemente que, con la colaboración adecuada, José María Morelos podría cambiar su destino. “Si gobierno, inversionistas y la comunidad unieran fuerzas, podríamos crear un megaproyecto agrícola o logístico que haría despegar la economía local. Las oportunidades están ahí, solo necesitamos coordinarnos, tomar los riesgos y aprovechar nuestro potencial”, afirmó con convicción.

Para el joven ingeniero, no solo es un tema de recursos, sino también de mentalidad. Durante sus investigaciones, ha notado que el miedo a fracasar frena a muchos en la comunidad. “Aquí la gente tiene miedo de arriesgarse, pero cualquier inversión conlleva un riesgo. Si no abrazamos esos riesgos, nunca tendremos grandes resultados. Este municipio está en una posición envidiable; solo necesitamos las condiciones adecuadas y perder el miedo para hacer cosas realmente grandes.”

Baltazar, quien culminó sus estudios en 2024 después de cuatro años de dedicación, está decidido a poner en marcha sus conocimientos, ya sea en su municipio o en otros lugares. “José María Morelos tiene todo el potencial, solo hace falta que se alineen los elementos. Si logramos eso, este lugar podría transformarse de una pequeña comunidad a un motor regional de negocios y desarrollo.”

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

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