Fallece Don Francisco Conde Medina, Patriarca de la Charrería en el Oriente de Yucatán
22 Ago. 2024
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La sociedad tizimileña despide con profunda tristeza a “Don Pancho Conde Medina” amigo querido de todos.
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Con una trayectoria que abarcó desde la medicina veterinaria hasta la construcción del primer lienzo charro en Tizimín, Don Pancho Conde Medina dejó un legado imborrable en la charrería y la comunidad yucateca.
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Reconocido por su humildad y dedicación, Don Francisco Conde Medina es recordado como un líder y mentor en la charrería y la medicina veterinaria, cuyo legado perdurará en las nuevas generaciones.
Diana Falcón/ CAMBIO 22
TIZIMÍN, YUC. a 22 de agosto.- Don Francisco Conde Medina, mejor conocido como “Don Pancho Conde Medina” por todos sus amigos y familia, nació un 25 de marzo de 1939 en Tizimín Yucatán, fue creador del semillero de charros destacados de Tizimín y toda la península, así como decano de los médicos veterinarios zootecnistas de oriente.
En su juventud siempre fue una persona aguerrida, con sed de aprendizaje y crecimiento, actitud que lo llevó a tomar la decisión de mudarse a la Ciudad de México (en ese entonces Distrito Federal) para estudiar la carrera de medicina veterinaria, donde aprendió de las suertes charras con los mejores charros de México como Urbano González, Paco Aparicio entre otros, personajes que siempre lo motivaron a incursionar en el mundo de la charrería y llevar a su Estado este maravilloso deporte.

Al paso de los años y con los contactos que iba adquiriendo, sus dotes y conocimientos lo llevaron a abrirse muchas puertas, al concluir sus estudios regresó a su tierra de los amores, Tizimín, Yucatán, donde ejerció su tan valiosa profesión y compartió su sabiduría con muchas personas a las cuales ayudó con la humildad que lo caracterizaba, convirtiéndose en una persona ejemplar entre la sociedad tizimileña.
De su propio peculio construyó el primer lienzo charro llamado “Mi ranchito” consolidándolo como uno de sus logros más grandes, bautizándolo como su tesoro, el cual tuvo la bendición de posicionarlo en su ciudad natal.

El Patriarca de la charrería dejó un gran legado entre muchos jóvenes, quienes han destacado en citado deporte ganando concursos a los largo y ancho del país, quienes, a su vez, son propietarios de los mejores lienzos de Yucatán y Quintana Roo.
Hoy el gremio ganadero y todos sus colegas despiden con profunda tristeza a un gran maestro, expresando que su lugar en el cielo está asegurado, ya que siempre fue una persona humilde, humanista y servicial, valores que lo caracterizan a él y toda su familia.

La sociedad yucateca ofrece respetuosas condolencias a su señora esposa la Mtra. María del Carmen Osorio Rico, sus hijos y demás familiares.
Descanse en paz el Patriarca de la charrería Yucateca.

RHM




















