• La inauguración de la escultura se llevará a cabo el 18 de agosto, un evento que promete ser un emotivo reconocimiento a la labor y el legado de los pescadores de Punta Allen, además la escultura no estará sola, pues un impresionante mural complementa la instalación, narrando visualmente la historia de Punta Allen desde sus inicios como colonia de pescadores hasta convertirse en una comunidad ejemplar de pesca sustentable

 

Roberto Lemus/ CAMBIO 22

TULUM a 7 de agosto. –  En el corazón de Punta Allen, un pueblo con profundas raíces en la pesca, se erige una nueva escultura que rinde homenaje a la comunidad pesquera que ha sido la columna vertebral de su desarrollo desde 1968, así lo explican langosteros de la cooperativa Vigía Chico, tales como Manuel Mendoza Argaez y Silvia Cristina Chulim García.

La escultura, obra del escultor argentino Israel Romero Peñaloza, captura la dinámica de una pareja de pescadores en su faena, simbolizando la colaboración y el espíritu familiar que caracteriza a la cooperativa, compuesta por 85 miembros, de los cuales 81 son hombres y 4 son mujeres. “La idea es mostrar cómo es la pesca de langosta, ya que así está conformada la cooperativa”, explica también Romero Peñaloza.

El escultor, originario de Buenos Aires, llegó a México de vacaciones y, al enterarse del proyecto, presentó su propuesta al presidente de la cooperativa y con un trabajo de aproximadamente un mes, Romero Peñaloza logró plasmar en la escultura no solo la técnica y el esfuerzo físico, sino también el amor y la dedicación de quienes han vivido del mar por generaciones.

La inauguración de la escultura se llevará a cabo el 18 de agosto, un evento que promete ser un emotivo reconocimiento a la labor y el legado de los pescadores de Punta Allen, además la escultura no estará sola, pues un impresionante mural complementa la instalación, narrando visualmente la historia de Punta Allen desde sus inicios como colonia de pescadores hasta convertirse en una comunidad ejemplar de pesca sustentable.

Este mural no solo es un recordatorio del pasado, sino también una promesa de continuidad para las futuras generaciones que seguirán cuidando y aprovechando los recursos marinos con responsabilidad.

Con esta obra, la cooperativa Vigía Chico no solo celebra su legado, sino que también reafirma su compromiso con la conservación del ecosistema marino, asegurando que Punta Allen siga siendo un modelo de sostenibilidad y tradición pesquera.

 

redaccion@diariocambio22.mx

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