►  Un molino fue puesto en marcha por un grupo de mujeres hace más de 30 años

► Hoy necesita un nuevo impulso

Redacción/CAMBIO 22

JOSÉ MARÍA MORELOS, 12 de julio. –   Con más de 30 años de haberse establecido, un pequeño molino en la comunidad de San Felipe I, creado gracias al desaparecido programa Mujeres en Solidaridad, es un ejemplo de éxito comunitario que hoy requiere de una nueva inyección de recursos.

Gilda Maribel Canche Caamal, una de las fundadoras, comenta que el molino tiene casi cuarenta años beneficiando a múltiples familias. Sin embargo, en la actualidad enfrentan una competencia desleal con la venta de tortillas en tiendas de abarrotes que se distribuyen desde la cabecera municipal de José María Morelos.

El programa Mujeres en Solidaridad fue parte del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), lanzado en 1988 con el objetivo de reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida en comunidades marginadas a través de proyectos comunitarios y de infraestructura básica.

Estas iniciativas buscaban fomentar la autosuficiencia y el desarrollo económico de las comunidades y fueron un componente importante del enfoque del gobierno de Salinas de Gortari para la justicia social y la reducción de la desigualdad.

A pesar de experiencias exitosas como la de San Felipe I y el trabajo de mujeres como Doña Gilda Maribel, estos programas no reciben el impulso necesario para continuar con su actividad y, sobre todo, para enfrentar la competencia desleal. La comunidad de San Felipe I y su molino son un testimonio del impacto positivo de los programas sociales bien implementados y del potencial que aún tienen para transformar vidas si se les brinda el apoyo adecuado.

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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