• A pesar de estar tras las rejas, el hijo de Ricardo Rejo Alcocer ayuda a su familia con el hurdido de hamacas, convirtiendo su talento en una fuente de sustento para su hogar.

 

Redacción / CAMBIO 22

José María Morelos, 01 de julio. –  Desde su celda, el joven ha encontrado una manera de contribuir a la economía familiar: tejiendo hermosas hamacas que luego envía a su padre. Ricardo Rejón Alcocer, conocido en el mercado del productor, se encarga de vender estas hamacas, cuya calidad y diseños únicos han ganado la admiración de muchos compradores.

Las hamacas, laboriosamente tejidas, se ofrecen a precios accesibles, con un costo máximo de mil quinientos pesos. “Cada hamaca es un reflejo de la dedicación y el esfuerzo de mi hijo”, comenta Rejón Alcocer, orgulloso de la habilidad y el trabajo de su hijo. “Son piezas que evocan frutas como sandía, Jamaica y papayas, cada una diseñada con esmero y precisión”.

Más allá de ser una fuente de ingresos, este oficio representa una parte esencial en la rehabilitación del joven. A través de esta actividad, no solo puede aportar al gasto familiar, sino que también encuentra una manera de redimir su tiempo y esfuerzo en algo productivo y positivo.

Esta historia de esfuerzo y esperanza es un recordatorio de que, incluso en las circunstancias más difíciles, siempre hay formas de contribuir y de encontrar un propósito.

 

redaccion@diariocambio22.mx

AADG

 

WhatsApp Telegram
Telegram