Redacción / CAMBIO 22

El siglo XIX fue uno bastante complicado y violento para México, con pocos atisbos positivos, siendo uno de ellos la historia de Angela Peralta, “El Ruiseñor Mexicano” que destacó y fue reconocido en distantes partes del mundo debido a su brillante voz, de la cual, no quedó registro alguno.

María de los Ángeles Manuela Tranquilina Cirila Efrena Peralta Castera, mejor conocida como Angela Peralta, nació en la Ciudad de México en 1845. Su talento era tan sobresaliente, que desde niña notaron el potencial de su extraordinaria voz, tan sólo a los 8 años de edad cantó la cavatina del Belisario de Gaetano Donizetti, interpretación que le valió una beca para estudiar en el Conservatorio Nacional de Música.

La fama mundial de Angela Peralta. - Columna Digital

Fue alumna de Agustín Balderas, miembro del jurado del Concurso para musicalizar el Himno Nacional, y su talento estalló. A los 15 años debutó en el Gran Teatro Nacional, interpretando a Leonora de El Trovador de Verdi y su padre, convencido de que su hija estaba destinada a grandes cosas, la acompañó a Europa para que se perfeccionara en la escena. 

Al llegar a Italia, Angela comenzó a interpretar papeles femeninos principales como del bel canto, donde recibió la guía de Pietro Lampertti. Con el tiempo y más interpretaciones, Peralta en su momento fue considerada como la mejor soprano del mundo, hecho que se consolidó con su interpretación de Lucia de Lammermoor (La sonnambula) el 13 de mayo de 1862, función que se volvió memorable en el Teatro de la Scala de Milán, donde incluso salió 32 veces a escena para agradecer las estrepitosas ovaciones.

Ángela Peralta, la soprano mexicana que cantó para Carlota | El Universal

 

Con grandes triunfos recorrió los teatros de Génova, Nápoles, Roma, Florencia, Bolonia, Lisboa, París, Barcelona, Madrid, El Cairo, Alejandría y San Petersburgo, e incluso se presentó en Nueva York y La Habana, antes de regresar a México en 1865 por invitación del emperador Maximiliano.

La infidelidad que marcó el declive de la carrera de Angela Peralta

Antes de realizar su viaje a México, Angela contrajo matrimonio con Eugenio Castera, situación que estaría relacionada con su trágico final. En Europa destacaron composiciones como Adiós a México, Lejos de ti o Nostalgia. Posteriormente, en 1871, Peralta regresó a México para realizar un tour en varios estados de la República, al terminar volvió a Europa.

En 1877, Angela Peralta volvió al país con su gran opera prima, Aída, de Giuseppe Verdi, en el Gran Teatro Nacional, donde también estrenó Gino Corsini, ópera del mexicano Melesio Morales.

No obstante, en pleno apogeo de su carrera, un suceso que en la actualidad podría parecer trivial, en su momento le costó el declive de su trayectoria. Y es que se hizo del dominio público al amorío que sostuvo con Juan Montiel y Duarte, quien era administrador de su compañía operística.

Lo que generó controversia además de la infidelidad, fue que esto sucedió antes de que falleciera su entonces esposo, detalla el sitio web del Gobierno de México.

Aunque recorrió los lugares más recónditos del país en busca de aceptación, no pudo reconquistar al público y finalmente falleció a la edad de 38 años, víctima de una epidemia de fiebre amarilla el 30 de agosto de 1883, día en el que contrajo nupcias con su amante Julián Montiel y Duarte.  in articulo mortis

Al triste final del “Ruiseñor Mexicano”, se le suma que no quedó registró alguno de su extraordinaria voz, por lo que, la mayor aproximación que podríamos tener es a través de testimonios de aquella época.

 

 

 Fuente: El Sol De México

redaccion@diariocambio22.mx

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