“Sentí una descarga eléctrica que recorrió la parte posterior de ambos brazos hasta los codos… fue el golpe más fuerte que jamás me hayan golpeado en un set de película”, recordó con impresión como si volviera a sentir la electricidad.
El dolor sufrido en ese momento fue tan intenso que Smith solo podía pensar en una cosa: “¿Dónde carajo están mis llaves? ¿Dónde están mis llaves del coche?”, recordó.
Valió la pena
La dedicación que Smith puso en retratar al pionero boxeador no fue en vano: su interpretación en Ali le valió la primera de sus tres nominaciones al Oscar. Michael Mann, el director de la película, es conocido por su obsesión con la autenticidad, un rasgo que Smith resaltó durante la entrevista con Evans.
Recordó con detalle cómo Mann no permitía que en el set se reprodujera música que hubiera sido creada después del período que estaban filmando. “Así de apasionado es capturar la autenticidad de un momento”, sentenció Smith.
Cuando Muhammad Ali falleció a los 74 años en 2016, Smith tuvo el honor de desempeñar un papel especial en su funeral. Fue uno de los portadores del féretro del difunto campeón de peso pesado. Esta fue una muestra del profundo respeto y conexión que Smith sentía hacia el ícono deportivo que tan orgullosamente interpretó en la pantalla grande.
Todo eso quedó atrás para el actor y rapero norteamericano. En la actualidad está enfocado en lo que fue el lanzamiento del cuarto filme de Bad Boys y las repercusiones que está teniendo. En Los Ángeles, el estreno de la cinta congregó a una multitud en Hollywood Boulevard, donde Will Smith fue recibido con vítores y aplausos. Los golpes recibidos, en este y otros rodajes, valieron la pena.