Tintoretto: El Pintor Genial y Extravagante que Trajo la Oscuridad al Renacimiento
31 May. 2024
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Se cumplen 430 años de la muerte del artista veneciano, quien con su estilo dio inicio al barroco. Un repaso por su vida y obras permiten apreciar aquello que Virginia Woolf llamó un “inteligente poder”.
Redacción/CAMBIO22
“Hasta que no se ha visto a Tintoretto, no se sabe lo que la pintura es capaz de hacer (…) La realidad de su pintura va más allá de las palabras: es difícil decir qué es más impresionante, si el horror del hecho representado o el inteligente poder del artista”, escribióVirginia Woolf luego de encontrarse con la obra del apasionado pintor italiano y que fue tanto un gran representante -si no el mejor- de la escuela veneciana, como también maestro renacentista, manierista y abrió las puertas hacia el barroco.
Se cumplen 430 años de la muerte de este pintor incansable, cuyo legado está compuesto por más de 300 obras, muchas en iglesias, otras en grandes lienzos, que van de retratos a temas santos -la enorme mayoría- como también algunas piezas mitológicas, por lo que en cuanto a los temas no fue un innovador per se.
Nacido como Jacopo Robusti (Venecia, 1518) debe su nombre artístico al oficio de su padre, un tintorero de seda, su vida fue ficcionalizada por dos de los primeros grandes biógrafos del arte, Carlo Ridolfi y Giorgio Vasari, quien lo consideró como el “cerebro más extraordinario que jamás haya tenido la pintura”. Lo que no es poco.

“El pequeño tintorero” comenzó a utilizar los tintes para colorear los dibujos en carbón que realizaba en las paredes del negocio familiar, escribe Ridolfi en Vita di Jacopo Robusti. Allí, asegura que Tintoretto a quien nunca conoció y acudió a los relatos de su hijo Domenico para armar el relato- fue beneficiado por los contactos de su padre, de vida acomodada por la importancia de un oficio de lujo, que le permitió tener entrar como aprendiz al taller del gran Tiziano, aunque aquella relación no se mantuvo por mucho tiempo, ya que el maestro necesitó ver unos pocos bosquejos para entender que el alumno lo superaría y enseñarle a un potencial rival no estaba entre sus planes.

No se sabe con certeza si tuvo algún otro maestro, se especula que mantuvo relaciones de intercambio con los colegas toscanos y boloñeses que habían emigrado a la rica Venecia tras el saqueo de Roma en 1527 por parte de las tropas imperiales de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. También que, junto a Andrea Schiavone, iba al gremio de albañiles para conocer qué casa se estaba por construir y así ofrecer sus servicios, a veces sin paga y cambio de materiales, para hacerse un nombre y a su vez mostraba y vendía obras al aire libre en la concurrida calle la Mercería.
Ya para los 20 tenía su propio taller y en el ingreso a éste un cartel anunciaba a los potenciales clientes: “El dibujo de Miguel Ángel y el colorido de Tiziano”. Y es que Tintoretto abandonó el colorido armónico, suavizante, de los grandes exponentes de la tradición veneciana, Tiziano y Veronés, y para generar mayor dramatismo en sus obras enfatizó en el uso del claroscuro (mucho más oscuros que claros) en las que además sumó las posturas imposibles de los cuerpos de Miguel Ángel. Todo para crear un estilo con elementos ya reconocibles, pero a la vez novedoso.

Tuvo una personalidad a la que caracterizaron de extravagante, irritable y poco afecto a las sonrisas, de respuestas cortantes y que también era descuidado con el dinero y que su mujer, que le dio 8 hijos, se encargaba de todos los detalles fuera del taller, lugar donde no deseaba ser molestado (ni observado) por nadie, salvo por su primogénita Marietta, la ilegítima, la Tintoretta, quien fue su preferida y principal aprendiz, llegando a tener una carrera propia muy prometedora que se cortó por su abrupta muerte a los 36 años.

Tintoretto fue tomando diferentes rumbos a lo largo de su carrera. Primero, bajo la inevitable sombra de Tiziano, con piezas más estáticas de colores vivos, aunque ya en las muchísimas piezas que realizó antes de su consagración se observa esa mutación hacia un mundo más oscuro, fantástico y caótico. A partir de 1540 su pincelada se vuelve manierista, con composiciones laberínticas de líneas serpentinata para generar sensación de movimiento y exagerarlos; con el uso de la anamorfosis -la deformación óptica para causar un efecto de perspectiva de Piero della Francesca; del escorzo, para dar la sensación de profundidad y, entre otras características, la alteración del orden en lo arquitectónico, todos elementos que son el preludio de lo que luego sería el barroco.
Fuente: Infobae
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