Inicio / Otorgan Reconocimiento al Rock Seri de Hamac Cazim, en la Feria Internacional de la Música

Cerca de la última semana de abril, en la localidad de Punta Chueca, Sonora se realiza el Xepe An Cöicoos y las músicas del mundo, el arte y la cultura. Con once años de vida, este festival se ha convertido en un evento único por su forma de involucrar y promover la cultura Seri.

Su historia está ligada a Francisco Molina “El Indio”, fundador del grupo de rock Hamac Caziim, una banda que por medio del heavy metal promueve el idioma de su comunidad, y quien recién recibió el Premio Música México 2024, durante la Feria Internacional de la Música que se celebra en Guadalajara, por “su valiosa aportación a la transformación social por medio de la música, desde los ejes de preservación de identidad, construcción de puentes culturales y sensibilización sobre el territorio cultural y natural del pueblo Comcáac”.

“El indio” es un hombre que lleva música en la sangre. “Mi primer contacto con el rock fue en 1985, cuando salí del pueblo para estudiar la secundaria en Hermosillo”. La conexión con los acordes de Angus Young, guitarrista de AC/DC, fue inmediata. “Ahí empezó la magia, las palabras no me impresionaron tanto, lo que más me entusiasmó fueron los guitarrazos”.

Pasaron diez años antes de que aquel joven formara Hamac Caziim, una banda ya legendaria en la comunidad conformada por Francisco Molina Sesma “el indio” (voz y líder), Anselmo Morales Astorga (guitarra), Jeremías López Félix (bajo) y Eliezer Barnett Herrera (batería).

“Durante mi adolescencia descubrí un montón de música, pero siempre me quedé con el rock, lo escuchaba en otros idiomas, hasta en euskera. Cuando vi que en mi pueblo los jóvenes estaban usando más el español que el seri, se me ocurrió que podía usar la música para defender nuestra lengua, cultura y tradiciones”.

Hamac Caziim quiere decir “fuego divino”, el nombre tuvo algo de profético en tanto que pese a explorar un género musical ajeno a su cultura, de inmediato fue bien recibido. “No somos perita en dulce, pero nunca fuimos rechazados de manera directa. El rock conecta con los jóvenes, por eso los mayores apoyaron y entendieron nuestro objetivo”.

Hoy la banda lleva 28 años de vida y han grabado tres discos. Es verdad que cada vez se reúnen con menos frecuencia, el trabajo y la vida familiar la aleja de las tocadas. “El indio” por ejemplo, asegura tener cinco modos de ganarse la vida: músico, cazador, pescador, guía de científicos y conferencista.

Sin embargo, en cada edición del Xepe An Cöicoos hacen una aparición estelar. Además, se juntan para las festividades locales: el 1 de junio cuando es el año nuevo Seri, durante la Fiesta de Pubertad (cuando las niñas tienen su primera menstruación), la fiesta de la Canasta Grande y la de la Caguama, que es para celebrar el hallazgo de una tortuga de siete picos.

“Nuestras canciones se insertan en nuestra cultura, son para danzar, las tocamos en nuestras fiestas y ceremonias, pero su objetivo es defender el idioma. Metimos guitarras con distorsión, bajo y batería para que suenen metaleras, pero los cantos son de nuestro pueblo”.

Música y cambio social

Punta Chueca es una localidad pequeña, con poco más de quinientos habitantes. No obstante, Xepe An Cöicoos alcanza a convocar hasta dos mil personas. Cada edición es temática y destina un espacio especial para la reflexión y busca en principio dinamizar la vida cultural de la gran Nación Comcáac e incidir en el desarrollo sociocultural a través del arte y la cultura.

Cómplice de “El indio” en esta aventura, es Diana Reyes, representante de la banda. “Los conocía cuando ya llevaban diez años juntos, yo estaba en Culturas Populares de Sonora. Se acercaron a mí e hicimos el primer disco, después me invitaron a que los representara”.

Juntos han viajado por Rusia, Berlín y al Smithsonian de Estados Unidos. “A lo largo del tiempo atestiguamos un cambio para mal en la comunidad, la lengua se estaba perdiendo y en cambio aumentó el consumo de droga. Nos preguntamos cómo cambiar esto y así fue como se nos ocurrió Xepe An Cöicoos”.

El festival al igual que el rock de Hamac Caziim, busca defender su lengua. La columna es la música, pero hoy día tiene medicina tradicional, canto, danza, teatro, conversatorios, talleres artísticos. “Incluimos los componentes que la comunidad solicitaba como educación y deporte. Crecimos de una manera colectiva y horizontal. Los artesanos venden sus productos, mostramos la gastronomía”.

La próxima edición del encuentro se realizará del 26 al 28 de abril con el fondo de las Islas Tiburón en un sitio totalmente natural donde normalmente no hay luz eléctrica, ni agua potable. En su primera edición, recuerda Diana Reyes, tuvieron seis actividades, después crecieron a 25 y hoy ya suman cincuenta. “Ahora además rock Seri hay rap, canción de autor y diseño de modas local. El festival es una puerta para interculturalidad”.