• El cardenal Gérald Lacroix, arzobispo de Quebec, miembro de los poderosos consejos de los Cardenales y para la Economía de la Santa Sede, acusado de abuso.

 

 

 

Redacción/CAMBIO 22

Lacroix forma parte de un grupo de 15 clérigos canadienses acusados este jueves 25 de enero ante la justicia canadiense en una acción colectiva de víctimas de la Iglesia Católica.

El cardenal y arzobispo de la ciudad de Quebec, en la provincia homónima de Canadá, Gérald Cyprien Lacroix fue acusado este jueves 25 de enero de haber abusado de una mujer menor de edad en los años ochenta, cuando Lacroix era seminarista.

La acusación contra Lacroix forma parte de un grupo más amplio de acusaciones presentadas este jueves ante las autoridades de la provincia francófona de Canadá contra 15 clérigos de la Iglesia Católica en ese país.

La víctima de Lacroix tenía en 1987 y 1988, cuando ocurrieron los hechos, 17 y 18 años. Lacroix estaba entonces en el último año de sus estudios en el seminario del así llamado Instituto Secular Pío X, distinto de la tradicionalista y cismática Sociedad Sacerdotal de Pío X, pero ubicada también en el flanco conservador del catolicismo.

La acusación es relevante porque reabre los señalamientos contra la jerarquía católica canadiense, apenas atenuados por la visita del papa Francisco a ese país en 2022, cuando pidió perdón por los muchos abusos perpetrados en los internados que la Iglesia Católica, entre otras, operó con recursos públicos en Canadá desde el siglo XIX.

Canadá fue, además, en los ochenta del siglo XX uno de los primeros países en los que se dieron a conocer casos de abusos que llegaron a involucrar a sacerdotes e incluso a obispos, Dos prelados canadienses fueron obligados a renunciar en lo que entonces fue una novedad pero ahora se ha revelado como un patrón común en países tanto desarrollados, de América del Norte y Europa, así como en países de América Latina de habla española, portuguesa y francesa, lo que ha revelado el alcance del encubrimiento que promovió la curia de Juan Pablo II cuando él y funcionarios clave de su pontificado decían que los abusos se limitaban a los países desarrollados y mayormente de habla inglesa.

Como se hizo ver en la serie dedicada a conmemorar el 40 aniversario del inicio de la crisis de abusos sexuales en la Iglesia Católica que Los Ángeles Press publicó el año pasado, en materia de comisiones que se ocupan de los abusos sexuales del clero en la Iglesia Católica, todo inició en Canadá.

Comisión Winter

Aunque en un principio el arzobispo Alphonsus Liguori Penney parecía estar al margen de los abusos en la arquidiócesis de San Juan en Nueva Foundland y Labrador, una de las provincias del Atlántico de Canadá, lo que reveló la investigación que el propio Penney pidió al exvicegobernador de Nueva Foundland y Labrador, Gordon Arnaud Winter, es que había encubrimiento del propio Penney hacía otro obispo, por lo que debió renunciar.

La investigación de Winter reveló que Raymond John Lahey, obispo de Antigonish, en la provincia de Nova Scotia, en la costa Este de Canadá, acopiaba e incluso quizás producía o contribuía a la producción de pornografía que usaba a menores de edad.

Contó como un apoyo clave de su desempeño como obispo con la confianza de Penney, arzobispo quien encubrió las prácticas de Lahey, quien fue arrestado por las autoridades canadienses con imágenes de pornografía infantil.

La investigación de Winter demostró que, además del apoyo que Penney brindó a Lahey, el mismo Penney encubrió a James Hickey, otro clérigo depredador, cuyos abusos todavía perseguían en 2023 a la jerarquía católica canadiense. Así lo demuestra esta exigencia registrada por una nota de la Canadian Broadcasting Corporation a principios del año pasado.

La Comisión Arquidiocesana para Investigar el Abuso Sexual por Clérigos creada en 1989 con Winter a la cabeza investigó a las diócesis de Penney y Lahey, y publicó un reporte en 1990, cuyo texto completo se puede consultar, con algunos problemas, en el sitio de Internet de la Universidad de Nueva Foundland y Labrador.

 

La Comisión Winter es, desde que fue creada a finales de los ochenta, el modelo contra el que todas las comisiones subsecuentes se miden porque Penney, a pesar del encubrimiento, puso al frente a Winter, quien no era católico sino anglicano. Ello permitió una investigación más a fondo de los hechos.

En otro de los textos de la serie sobre la crisis se estimó que Canadá estaba subrepresentada en la lista de los 100 obispos obligados a renunciar como resultado de la crisis hasta mediados del año pasado, como se puede ver en el texto que aparece referido inmediatamente después de este párrafo, que se publicó el 22 de julio de 2023.

Años después, se acusó a otra figura clave de la jerarquía católica canadiense y de las curias de los papas Benedicto XVI y Francisco, el arzobispo y cardenal Marc Ouellet, quien—durante más de ocho años—fue también arzobispo de Quebec, luego de lo cual, en 2010, fue nombrado prefecto de la Congregación de los Obispos y como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.

En esos dos cargos, por cierto, Ouellet tuvo influencia en la designación de los obispos en todo el mundo pero de manera más marcada en América Latina, en el mundo francófono y, desde luego, en Canadá.

Cuando Jorge Mario Bergoglio fue electo papa en 2013, le ratificó en ambos cargos, por lo que su influencia continuó vigente hasta que, justo hace un año, en 2023, el papa le aceptó la renuncia cuando ya tenía poco más de 78 años.

Medio año antes, en agosto de 2022, la prensa mundial de habla francesa daba cuenta de acusaciones en contra de Ouellet que, a final de cuentas, fueron desestimadas por la justicia canadiense, pero que no fueron aceptadas por quienes le acusaban que insisten en la culpabilidad de quien ahora se ostenta como prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos, que fue el último cargo oficial que desempeñó antes de su retiro.

Que tanto Ouellet como Lacroix hayan sido acusados por hechos similares aunque distintos y separados entre sí forma parte de los patrones que se repiten con regularidad en los casos de abuso sexual a manos de clérigos y que llevan a que figuras clave en la investigación y denuncia de esos casos, como Richard Sipe, hablen de la existencia de un “vínculo escarlata” que liga a los clérigos involucrados en ese tipo de prácticas y que ha sido presentado en uno de los textos de la serie sobre los abusos en las diócesis de Chihuahua, México, que se puede consultar inmediatamente después de este párrafo.

El abuso del que se acusa a Lacroix habría ocurrido entre 1987 y 1988 en la Ciudad de Quebec, cuando la mujer que le acusa tenía 17 años. Entre los cargos está el de tocarla sin el consentimiento de ella, cuya identidad—dadas las prácticas del derecho canadiense—se mantiene en reserva judicial.

En total, según se informó, habrían ocurrido dos instancias de abuso en condiciones similares. En ambos casos, la denunciante había acudido con sus padres a participar de un curso bíblico. En esas dos ocasiones, Lacroix habría aprovechado el desarrollo de la actividad para llevar a la víctima a un espacio privado.

La víctima dijo haber callado hasta la muerte de la mamá, por miedo al efecto que tendría la acusación en su madre. Una vez que la señora murió, la denunciante se sumó al grupo de presuntas víctimas que acusan a los 15 clérigos señalados en la demanda.

Lacroix fue ordenado diácono en marzo de 1988 y unos meses después, en octubre de ese mismo año, fue ordenado como presbítero.

Aunque todavía no estaba ordenado, era miembro ya desde 1975 del Instituto Secular Pío X y había hecho sus votos perpetuos en 1982, por lo que entre ese año y 1987 se desempeñaba como secretario general de ese instituto, que es algo parecido en la estructura de la Iglesia Católica a una orden religiosa.

De manera simultánea, entre 1985 y 1987, fue también director de una de las obras de esa orden, la llamada Maison du Renouveau du Québec, o Casa de la Renovación de Quebec, que según la prensa canadiense es un punto de encuentro de personas de distintas clases sociales y orientaciones, aunque otros medios canadienses describen esa casa como una institución de capacitación y renovación espiritual de la Iglesia Católica en el Canadá francófono.

¿De tal palo?

Lacroix nació en 1957, en Saint Hilaire de Dorset, provincia de Quebec. En 2001, fue designado por los miembros de la orden como director general del Instituto Secular Pío X. Desde ese cargó llamó la atención de Marc Ouellet, quien lo propuso como obispo auxiliar de su diócesis, por lo que dependía directamente de él.

 

 

En 2009, Benedicto XVI dio el visto bueno para ese nombramiento, por lo que el mismo Ouellet le consagró como obispo. Dos años después, en 2011, Benedicto XVI le nombró sucesor de Ouellet.

Luego de que Francisco ratificara a Ouellet en los cargos para los que Benedicto XVI le había nombrado, Bergoglio nombró a Lacroix como cardenal en 2014. Seis años después se incorporó al poderoso Consejo de Economía de la Santa Sede, donde prestó sus servicios el australiano, que también fue acusado y exculpado de abuso sexual, George Pell. En marzo del año pasado Francisco incorporó a Lacroix al todavía más influyente Consejo de los Cardenales, el más cercano grupo de consejeros del papa Francisco.

 

Fuente:  los angeles press

redaccionqroo@cambio22.mx

AFC

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