Redacción/CAMBIO 22

Santoral :

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San Eulogio

San Eulogio es en el siglo IX el más fuerte confesor de la fe en Córdoba y Andalucía. Su familia es profundamente cristiana en un medio absolutamente sometido al Islam. En medio de una apostasía bastante generalizada, Eulogio, como su familia, mantiene una fidelidad total a la Iglesia Católica, defendiendo su doctrina, su vida y su liturgia, y sosteniendo con riesgo de su vida la fidelidad de muchos cristianos. Por la gran inteligencia que mostraba en el estudio de las sagradas Escrituras y de los libros de los santos, fue incorporado como presbítero a la comunidad de sacerdotes de la iglesia de San Zoilo. Gran ayuda halló para su formación doctrinal en el sabio abad Esperaindeo, que presidía un  monasterio próximo a Córdoba. Allí conoció a otro alumno, Álvaro, que fue hasta su muerte su más íntimo amigo, y después su biógrafo.

Hoy, en la memoria litúrgica de San Eulogio, la Liturgia de las Horas trae en el Oficio de lectura el texto que sigue:

San Eulogio de Córdoba, presbítero y mártir

De los escritos de san Eulogio, presbítero

«El malestar en que vivía la Iglesia cordobesa por causa de su situación religiosa y social hizo crisis en el año 851. Aunque tolerada, se sentía amenazada de extinción, si no reaccionaba contra el ambiente musulmán que la envolvía. La represión fue violenta, y llevó a la jerarquía y a muchos cristianos a la cárcel y, a no pocos, al martirio.

«San Eulogio fue siempre alivio y estímulo, luz y esperanza para la comunidad cristiana. Como testimonio de su honda espiritualidad, he aquí la bellísima oración que él mismo compuso para las santas vírgenes Flora y María, de la que son estos párrafos:

«Señor, Dios omnipotente, verdadero consuelo de los que en ti esperan, remedio seguro de los que te temen y alegría perpetua de los que te aman: inflama, con el fuego de tu amor, nuestro corazón y, con la llama de tu caridad, abrasa hasta el fondo de nuestro pecho, para que podamos consumar el comenzado martirio; y así, vivo en nosotras el incendio de tu amor, desaparezca la atracción del pecado y se destruyan los falaces halagos de los vicios; para que, iluminadas por tu gracia, tengamos el valor de despreciar los deleites del mundo; y amarte, temerte, desearte y buscarte en todo momento, con pureza de intención y con deseo sincero.

«Danos, Señor, tu ayuda en la tribulación, porque el auxilio humano es ineficaz. Danos fortaleza para luchar en los combates, y míranos propicio desde Sión, de modo que, siguiendo las huellas de tu pasión, podamos beber alegres el cáliz del martirio. Porque tú, Señor, libraste con mano poderosa a tu pueblo, cuando gemía bajo el pesado yugo de Egipto, y deshiciste al Faraón y a su ejército en el mar Rojo, para gloria de tu nombre.

«Ayuda, pues, eficazmente a nuestra fragilidad en esta hora de la prueba. Sé nuestro auxilio poderoso contra las huestes del demonio y de nuestros enemigos. Para nuestra defensa, embraza el escudo de tu divinidad y manténnos en la resolución de seguir luchando valientemente por ti hasta la muerte.

«Así, con nuestra sangre, podremos pagarte la deuda que contrajimos con tu pasión, para que, como tú te dignaste morir por nosotras, también a nosotras nos hagas dignas del martirio. Y, a través de la espada terrena, consigamos evitar los tormentos eternos; y, aligeradas del fardo de la carne, merezcamos llegar felices hasta ti.

«No le falte tampoco, Señor, al pueblo católico, tu piadoso vigor en las dificultades. Defiende a tu Iglesia de la hostigación del perseguidor. Y haz que esa corona, tejida de santidad y castidad, que forman todos tus sacerdotes, tras haber ejercitado limpiamente su ministerio, llegue a la patria celestial. Y, entre ellos, te pedimos especialmente por tu siervo Eulogio, a quien, después de ti, debemos nuestra instrucción. Es nuestro maestro; nos conforta y nos anima.

«Concédele que, borrado todo pecado y limpio de toda iniquidad, llegue a ser tu siervo fiel, siempre a tu servicio; y que, mostrándose siempre en esta vida tu voluntario servidor, se haga merecedor de los premios de tu gracia en la otra, de modo que consiga un lugar de descanso, aunque sea el último, en la región de los vivos. Por Cristo Señor nuestro, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén».

San Eulogio dedicó su ministerio a reanimar en la fe y en el amor de Cristo a la comunidad cristiana. Haciendo un paréntesis en sus labores pastorales, quiso peregrinar a Roma, pero no le fue posible por las condiciones políticas del tiempo. Pudo en cambio en el 845 alcanzar el norte de España en peregrinación, visitando Zaragoza, Pamplona y los monasterios próximos, como Leyre, Siresa, San Zacarías… Siendo Eulogio el maestro espiritual más importante entre los presbíteros de Córdoba, trajo de estos viajes importantes manuscritos para su escuela y biblioteca.

A fines del reinado del sultán Abd al-Rahman II, en el 851, se hizo extremadamente violenta la persecución de los cristianos, hasta entonces precariamente tolerados. Los cristianos más fuertes confesaban su fe en Cristo y la falsedad de Mahoma, y eran inmediatamente torturados y decapitados. Otros cristianos hasta entonces ocultos, más débiles, cuando le ley obligó a profesar el Islam, eran denunciados ante los tribunales por sus propios parientes, temerosos de su propia vida y fortuna. Pero fueron muchos los que confesaron su fe cristiana, pagando en la cárcel o en el martirio el precio que Jesucristo pagó con su sangre para salvarlos. San Eulogio hizo crónica de 48 mártires en su libro Memorial de los mártires, destinado a hacer historia de sus victoriosos combates, a confortar a confesores y mártires, y a elogiar la gloria suprema del martirio.

Sabiendo que dos jóvenes cristianas encarceladas, Flora y María, estaban en peligro de desfallecer, escribe también la obra Documento martirial  para comunicarles la luz y la fuerza de Cristo crucificado, vencedor de la muerte por su resurrección. Después de un tiempo que él mismo pasa en la cárcel, anda huido por la ciudad o escondido en rincones de la sierra. En esos años escribe el Apologético, una defensa apasionada de la fe en Cristo y en la Iglesia. Las tres obras ya citadas, y algunas cartas, están recogidas en la Patrología latina de Migne (vol. CXV).

En el año 858, habiendo muerto el arzobispo de Toledo, el clero y los fieles de la sede hispana primada pidieron que fuera Eulogio quien le sucediera. Pero estaba de Dios que su vida se encaminara rápidamente hacia su propio martirio. La ocasión fue su empeño en catequizar a Lucrecia, una joven cristiana. Álvaro narra al detalle cómo es apresado y llevado al tribunal, donde trata de convertir a quienes le juzgan. Conscientes del inmenso prestigio que Eulogio tenía entre los cristianos, los magistrados le ruegan que deponga su actitud. Uno de ellos le exhorta: «Cede un solo momento a la necesidad irremediable, pronuncia una sola palabra de retractación, y después piensa lo que más te convenga: te prometemos no volver a molestarte». Él contesta:

«No puedo ni quiero hacer lo que me propones. ¡Si supieseis lo que nos espera a los adoradores de Cristo! No me hablarías entonces como me hablas y te apresurarías a dejar alegremente esos honores mundanos». Y dirigiéndose al tribunal: «Príncipes, despreciad los placeres de una vida impía, creed en Cristo, verdadero rey del cielo y de la tierra. Rechazad al profeta…»

Bastan estas palabras para condenarlo a muerte. Llevado al cadalso, se arrodilla, hace una breve oración, y después de signarse trazando la cruz sobre el pecho, ofrece su cabeza al verdugo. «Éste fue, escribe Álvaro, el combate hermosísimo del doctor Eulogio. Éste fué su glorioso fin, éste su tránsito admirable. Eran las tres de la tarde del 11 de marzo» de 859. El día 15 fue también decapitada Lucrecia.

No hay modo de evangelizar sin refutar al mismo tiempo las religiones que predominan en donde se predica. Evangelizar es suscitar en los hombres la fe en Jesucristo como Dios y como Salvador único del mundo. Él es «la verdad», y siendo la verdad una y los errores innumerables, no es posible afirmar la verdad en forma inteligible y persuasiva sin refutar al menos los errores más vigentes en el medio circunstante. Ése fue el ejemplo dado por Cristo en su campaña evangelizadora, y que dio como norma: «Yo os he dado el ejemplo para vosotros hagáis también como yo he hecho» (Jn 13,15). Y así obraron Esteban y los Apóstoles.

No es posible evangelizar a los judíos sin afirmar que Jesús es el el Emmanuel, el Dios con nosotros, y sin reprocharles que al negarlo resisten las Escrituras sagradas, pues todas ellas están señalando a Cristo (Lc 24,27). No es posible predicar la verdad natural y cristiana del Dios único o del matrimonio monógamo sin reprobar el politeísmo y la poligamia allí donde están vigentes. Et sic de caeteris.

Por el contrario, silenciando el Evangelio, y sobre todo callando la falsedad de las otras religiones, cesa completamente el peligro del martirio. E incluso puede gozarse de la amistad, del favor y del respeto del mundo no cristiano, sea agnóstico o ateo, o sea seguidor de otras religiones…

Pero «¡ay de mí si no evangelizara!» (1Cor 9,16). «Adúlteros, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? (Sant 4,4).

De la exhortación apostólica de Pablo VI Evangelii nuntiandi (8-XII-1975)

Algunos pastores estiman conveniente en tierras de misión no predicar con claridad y fuerza (parresia) el Evangelio para proteger a sus sacerdotes y laicos –y de paso su propia vida y prosperidad personal–, limitando cerradamente la presencia de la Iglesia en países no cristianos al testimonio de vida, a la acción de beneficencia material, y en algunos casos al diálogo interreligioso.

Pero eso, siendo muy bueno, no es bastante. La Iglesia recibe de Cristo desde hace veinte siglos un mismo mandato glorioso y martirial: «Id y hace discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos»  (Mt 28,1920). Esta confesión de fe en Jesucristo es urgida gravemente por Pablo VI para que la evangelización sea real y avance entre los pueblos con la fuerza del Espíritu Santo.

«La Buena Nueva proclamada por el testimonio de vida deberá ser pues, tarde o temprano, proclamada por la palabra de vidaNo hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios» (22).

«La evangelización debe contener siempre –como base, centro y a la vez culmen de su dinamismo– una clara proclamación de que en Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios (cf. Ef 2,8; Rm. 1,16)». (27)

«A lo largo de veinte siglos de historia, las generaciones cristianas han afrontado periódicamente diversos obstáculos a esta misión de universalidad. Por una parte, la tentación de los mismos evangelizadores de estrechar bajo distintos pretextos su campo de acción misionera. Por otra, las resistencias, muchas veces humanamente insuperables de aquellos a quienes el evangelizador se dirige. Además, debemos constatar con tristeza que la obra evangelizadora de la Iglesia es gravemente dificultada, si no impedida, por los poderes públicos. Sucede, incluso en nuestros días, que a los anunciadores de la palabra de Dios se les priva de sus derechos, son perseguidos, amenazados, eliminados sólo por el hecho de predicar a Jesucristo y su Evangelio. Pero abrigamos la confianza de que finalmente, a pesar de estas pruebas dolorosas, la obra de estos apóstoles no faltará en ninguna región del mundo. No obstante estas adversidades, la Iglesia reaviva siempre su inspiración más profunda, la que le viene directamente del Maestro: ¡A todo el mundo! ¡A toda criatura! ¡Hasta los confines de la tierra! (50).

¿Qué se Conmemora cada 9 de Enero?

-9 de enero de 1521Cuauhtémoc es proclamado emperador de los aztecas

-9 de enero de 2007, Steve Jobs anunció el primer Iphone

Así fue el lanzamiento del primer iPhone hace 12 años

¿Qué sucedió un Día como Hoy?

Cuāuhtémōc, hijo de Ahuizotl y primo de Moctezuma Xocoyotzin y, Tecuichpo después de alcanzar la nubilidad. En el momento en que se esperaba el poder, el éxito y la expulsión de Tenochtitlan, sin embargo, la ciudad fue aplastada por el deseo, la viruela y la ausencia de agua consumible.

Cuauhtémoc apareció después de haber sido enviado a la calidad de la protección de los héroes, ya que la desaparición de Moctezuma había sido reconocida como el pionero militar de los mexicanos.

Cuauhtémoc intentó la tarea de renovar la fuerza armada de los mexicas, modificando la ciudad y vigorizándola para la guerra contra los españoles, ya que supuso que volverían a la batalla contra los mexicas.

Envió diplomáticos a cada una de las ciudades solicitando socios, disminuyendo sus compromisos y no obstante prescindir de ellos por unos pocos.

Los españoles restauraron un año después de ser expulsados y con ellos llegó un inesperado de más de cien mil compañeros indígenas, la mayor parte de ellos tlaxcaltecas, verificables enemigos de los mexicas.

Posteriormente al bloqueo de Tenochtitlán durante 90 días, 5 el 13 de agosto de 1521, los españoles, dirigidos por Hernán Cortés, lo capturaron en Tlatelolco.

 

Derrota, huida y captura

La canoa en la que él, su familia y sus guerreros más cercanos huyeron de Tenochtitlan, fue alcanzado por un bergantín español dirigido por García Holguín. Cuauhtémoc demandó ser llevado ante “Malinche” (ese es el medio por el cual los mexicas fueron llamados Cortés, siendo este un término patronímico de Malintzin o Dona Marina, su intérprete indígena).

Una vez en su calidad, indicando la espada que el vencedor llevaba en su cinturón, solicitó asesinarlo con él, ya que no había tenido la capacidad de proteger a su ciudad y sus vasallos, quería dejarlo pasar por el intruso. (ver: organización política de los aztecas)

Entre los guerreros mexicas, como el propio Cuauhtemoc, se esperaba que los aplastados y atrapados por el enemigo tuvieran que reconocer patear el balde de los seres divinos con el objetivo final de lograr el último objetivo de ir con el sol en su día.

Un día de aventura, para el cual la demanda de Cuauhtémoc a Cortés podría no haber sido esencialmente una demanda de ejecución, sino más bien el esclarecimiento de la realidad por parte de escritores europeos que no consideraron los estándares de respeto de las fuerzas armadas indígenas.

Del significado que los españoles concedieron a la captura de Cuauhtémoc, Tlatoani mexica, da una idea del debate entre García Holguín y Gonzalo de Sandoval por acreditar el valor de la captura, que observaron previamente reflejada en sus banderas, similar a la cabeza de Cuauhtémoc, como lo indica Madariaga, en el escudo del propio Cortés.

Tortura

Cortés no estaba interesado en la desaparición de Cuauhtémoc en esa época. Quiero utilizar a los mexicas por su nobleza como Tlatoani, ahora una copia de seguridad del emperador Carlos V y el propio Cortés. (ver: cultura mixteca)

Esto se hizo de manera efectiva, explotando la actividad e intensidad de Cuauhtémoc para garantizar el esfuerzo conjunto de los mexicas en la limpieza y reconstrucción de la ciudad. En los cuatro años que siguieron, la organización codificada por los españoles, la duda de los dignos y las detenciones del propio escudero, se relacionaban con el tormento y el paso del último tlatoani azteca.

Primero fue el tormento, surgido de la voracidad del oro: Bernal Díaz del Castillo, en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España describe detalladamente la pregunta que se extendió entre los españoles y negó con determinación la realidad de su riqueza imaginada.

El oro que había adquirido en total era insuficiente para dispersarse de manera atractiva en toda la tropa española, por lo que iniciará suposiciones con respecto a las autoridades para obtener más oro.

Algunos españoles tomaron una decisión al respecto después de la Batalla del Canal Tolteca, los aztecas que recuperaron el botín y lo que fue arrojado al estanque de marea o lo que robaron los tlaxcaltecas o los propios combatientes españoles.

En consecuencia, ustedes, los oficiales del Tesoro Real, y particularmente el tesorero Julián de Alderete, y no Cortés, quien se limitó a su consentimiento, la persona que lo solicitó, Bernal Díaz y López de Gómara, sostuvieron el tormento de Cuauhtémoc y Tetlepanquetzaltzin.  Según indican los libros de Díaz del Castillo, López de Gómara y las denuncias formuladas.

Señalaban que ocurrieron calamidades, que fueron interrogados,  atormentados,  mojados, cortados, abofeteados, golpeados en las manos y pies, sumergidos en aceites y quemados.

Después de la escena del tormento, Cuauhtémoc resultó herido y cojeado, las lesiones de Tetlepanquetzaltzin fueron peores. El Dr. Cristóbal de Ojeda fue la persona que recuperó las lesiones del tlatoani.

Mucho tiempo después, el especialista pronunció en medio de los arreglos preliminares de la vivienda de Cortés que un Cuauhtémoc era “ignorado por el consumo de nuestros pies y manos”.

La sombra del tejido regresa sorprendentemente a su trabajo como un aristócrata considerado y muy tratado en México. Sin embargo, el rehén, cuya eminencia y especialista Cortés utiliza para la administración de los vencidos.

Como todos los sujetos recientemente vencidos, se han movido hacia el cristianismo, pero solo se ha logrado hasta el día en que ocurrió el fallecimiento.

Si perseguimos a Héctor Pérez Martínez, su nombre católico había sido el de Hernando de Alvarado Cuauhtémoc; Otras fuentes se refieren solo a la de Hernando o Fernando.

Los creyentes recibieron el nombre de los padrinos y Pérez Martínez aceptó que los de Cuauhtémoc eran Hernán Cortés y Pedro de Alvarado.

Muerte

En 1524, Cortés abraza una excursión a las Hibueras (Honduras), en busca de uno de sus patrones, Cristóbal de Olid. Es algo más que un viaje de salvación, pero uno de abuso: Cortés tiene pruebas de que Cristóbal de Oleaje puede ser ideado con su viejo enemigo, el líder legislativo de Cuba, Diego Velázquez, para poblar, vencer o más, todo adquiere oro o diferentes riquezas en el sur, haciendo caso omiso de él. Cortés se da cuenta de que Cristóbal de Olid lo cruza dos veces, al igual que dobló a Diego Velázquez seis años antes.

La campaña, inmensa y afable, incorpora a los clérigos (artistas del giro de la época) al especialista y al especialista, experimentando la cerámica y los cubiertos, y una multitud que cierra la escolta, para garantizar el aprovisionamiento.

El inesperado militar es, como ocurrió durante todo el éxito, más indígena que el español, y en esta empresa hay más aztecas que tlaxcaltecas o grupos de personas diferentes.

No es sorprendente de esta manera que en la empresa viajen algunos destacados aztecas, como autoridades militares de esa tropa, y quizás al mismo tiempo como representantes y facilitadores de las relaciones con los pueblos del curso: Cuauhtémoc y Tetlepanquetzal fueron dos de ellos.

Tras un momento de movimiento, Cortés tomó una decisión discutible, censurada por sus guerreros según Díaz del Castillo: llegaron rumores de que Cuauhtémoc estaba conspirando contra los españoles, decidido a atacarlos.

Como lo indica Cortés, un Mexicalcingo específico (“Ciudadano, respetado de esta ciudad de Temixtitlan”, Cortés se mantiene en contacto con Carlos V, al tiempo que aclara cómo se transmite, se llama Cristóbal) es el equivalente para el español de retratar una larga Y una historia caprichosa, la intriga de Cuauhtémoc, que comenzará con el homicidio de Cortés, continuará con la desobediencia de los españoles en toda la nación y terminará con la barricada de México.

No hay seguridad tanto en el sitio como en la fecha correcta cuando Cuauhtémoc falleció. Los dos observadores a las ocasiones en que salieron las declaraciones compuestas, Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo, no indicaron ambos datos.

Habían transcurrido cuatro años desde el final del ataque de Tenochtitlan, y desde el primer punto de partida hasta el momento en que fue atormentado por el consumo de pasteles a los caciques y luego fueron ejecutados.

Tanto las fuentes españolas (Bernal Díaz) como los individuos indígenas cuestionan los procesos de pensamiento mostrados por Cortés. Según lo indicado por Prescott, el propio Mexicalcingo se negó entonces fue descrito como una intriga, como el reflejo de Cortés en su quinta carta al gobernante.

¿Qué pasó con sus restos?

En septiembre de 1949 una arqueóloga dio testimonio de haber encontrado los restos de un cadáver debajo de la iglesia Ixcateopan de Cuauhtémoc  en el estado de Guerrero, los cuales fueron atribuidos a Cuauhtémoc de manera errónea. Esto se hizo utilizando inadecuadas técnicas arqueológicas y falsificando algunos elementos.

Luego de una minuciosa investigación por parte de arqueólogos y criminólogos, se determinó que los restos encontrados eran partes de varios cadáveres que habían sido juntadas. Hasta el día de hoy no se sabe dónde se encuentran los restos de Cuauhtémoc.

Efemérides:

1799: en Inglaterra, el primer ministro William Pitt impuso el primer impuesto a la renta para colectar fondos para la guerra contra Napoleón.

1822: en Brasil, el príncipe portugués Pedro I de Brasil decidió quedarse, contra las órdenes del rey portugués João VI, iniciando el proceso de independencia de Brasil.

1894: Lexington (Massachusetts) la empresa New England Telephone and Telegraph instaló el primer teléfono operado con batería.

1951: en Nueva York, la Organización de las Naciones Unidas inauguró oficialmente su sede.

efemérides 9 de enero

1954: en Nueva York IBM presentó la primera calculadora de circuitos integrados o cerebro electrónico.

1988: en Boston, científicos del Instituto Whitehead lograron aislar el TDF (gen responsable del sexo humano), localizado en el cromosoma Y, que está presente solo en los hombres.

1999: en los Estados Unidos se patenta el PageRank, una familia de algoritmos que es la base fundamental del software de Google.

2009: en Internet, Satoshi Nakamoto minó el primer bloque de la cadena de bloques de Bitcoin, también conocido como el “bloque génesis” generando los primeros 50 bitcoins (BTC) de un total máximo de 21 millones.

2012: en Zúrich (Suiza), Lionel Messi ganó su tercer Balón de Oro por sobre Cristiano Ronaldo y Xavi Hernández. Igualó a Johan Cruyff, Marco van Basten y Michel Platini en el número de trofeos

2020: Primera persona fallecida por COVID-19.

1900. Murió el general Felipe Berriozábal, liberal que luchó en la Guerra de Reforma y contra la Intervención Francesa.

1937. Llegó como refugiado a México León Trotsky uno de los principales líderes revolucionarios soviéticos.

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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