• Oaxaca, Chiapas y Guerrero tienen una cobertura de educación superior que va del 22 al 24 por ciento

 

Redacción/CAMBIO 22    

Según el último Censo de Población y Vivienda en México elaborado por el Inegi, en el país hay poco más de 10 millones de jóvenes de 19 a 24 años, edad promedio para ingresar a la universidad, sin embargo, la matrícula escolar en educación superior es de sólo 4 millones 032 mil 931 estudiantes.

Esto quiere decir que hace al menos 6 millones de jóvenes en este rango de edad no están en la universidad, esto sin contar a las personas que en edades más avanzadas quieran ingresar a este nivel educativo.

El pasado 28 de diciembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un decreto presidencial por el cual se crea el Programa Nacional de Educación Superior 2023-2024, el cual busca garantizar como un derecho la educación superior.

Los retos por enfrentar son varios. Uno de los más importantes es contar con los recursos necesarios para garantizar que cada persona tenga acceso a la universidad de forma gratuita.

Según las bases del Programa Nacional diseñado por la Cuarta Transformación, por tratarse de un programa que conlleva tanto acciones transversales como acciones de coordinación y colaboración de los tres órdenes de gobierno, los alcances y resultados que se espera lograr trascienden las posibilidades financieras y presupuestales del Gobierno federal.

La totalidad de los gastos para realizar las acciones específicas están sujetas al presupuesto autorizado de los ejecutores de gasto participantes en el Programa, mientras éste tenga vigencia.

Cobertura desigual

Según información del Inegi, a nivel nacional existen 4 mil 824 universidades públicas y privadas, pero el número de instituciones no es el mismo en cada entidad federativa.

El Estado de México cuenta con 554 escuelas, aunque es una de las entidades más pobladas después de la Ciudad de México. En contraste, hay estados como Colima que sólo cuentan con 50 universidades públicas y privadas.

Uno de los mayores retos para hacer efectivo el derecho a la educación superior para todos es revertir el creciente rezago que muestran los estados con menor cobertura: Oaxaca, Chiapas y Guerrero, los cuales tienen una cobertura que va del 22 al 24 por ciento.

Otra muestra de las desigualdades que existen en la educación superior es que, según el Inegi, en 2018 y 2020 la tasa bruta de cobertura de educación superior para  los estudiantes que provienen de familias con ingresos dentro del rango de los primeros cuatro deciles aumentó de 26.5 por ciento a 32.1 por ciento, el mayor incremento observado con esta encuesta.

No obstante, entre los primeros deciles de ingreso existen diferencias considerables: la población del primer decil alcanzó una tasa de cobertura de 19.7 por ciento, mientras que para el cuarto decil fue de 42.1 por ciento, es decir, existe una diferencia de más de 20 puntos porcentuales entre estos grupos de población. En contraste, para los últimos cuatro deciles de ingreso (deciles 7 a 10, los de mayor ingreso), la tasa bruta de cobertura es superior a 50 por ciento e incluso de 100 por ciento para el último decil (el más rico).

Terminan la prepa, pero no logran entrar a la universidad

Otro de los retos que enfrenta México para garantizar la educación superior es la brecha entre alumnos que concluyen su bachillerato, pero no logran ingresar a un programa de licenciatura. En la última década, la tasa de absorción, considerando las modalidades escolarizada y no escolarizada, fue, en promedio, de 84 por ciento.

En el ciclo escolar 2020-2021, por el impacto de la pandemia de Covid-19, disminuyó a 76 por ciento. Sin embargo, en el ciclo 2021-2022 recuperó los valores previamente observados, aunque sigue siendo insuficiente para garantizar el derecho al acceso a la educación superior en todo el país.

En este contexto, la Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que se requiere, además de ampliar la cobertura, fortalecer los programas y acciones para mejorar la retención de los estudiantes y para la conclusión exitosa de sus estudios.

Además se requiere fortalecer los programas de tutorías que les brinden acompañamiento académico, así como atención socioemocional. Para lograr la reducción significativa del abandono escolar, también plantea impulsar estrategias digitales y la reingeniería de procesos en el ámbito de los trámites y servicios escolares.

Según información de la UNESCO, el acceso universal a la enseñanza superior está en consonancia con la meta 4.3 del Obsejtivo de Desarrollo Sostenible número 4, que prevé que para 2030 debemos “garantizar la igualdad de acceso de todas las mujeres y los hombres a una enseñanza técnica, profesional y terciaria asequible y de calidad, incluida la universidad”.

 

 

 

Fuente: La Verdad Noticias

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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