Más de Un Millón de Familias en México Han Pedido Limosna para Poder Comer, Revela Encuesta del INEGI
2 Ago. 2023
- 56 millones de pobres, reto de la movilidad social en México
- Al 40% de la población en México ya no le alcanza ni para la canasta básica y en zonas rurales el porcentaje alcanza hasta 53%, según datos de la pobreza laboral del tercer trimestre de 2022
- “La pobreza debe eliminarse porque genera un círculo vicioso en el que por falta de recursos los individuos no pueden acceder a alimentos, educación, transporte y por tanto, no pueden generar recursos para salir de esta situación”.
Redacción/CAMBIO 22
Cerca de un millón de hogares en México tuvo que hacer algo que “hubieran preferido no hacer” con tal de conseguir comida.
De las más de 15.4 millones de familias en el país que tuvieron dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias el año pasado, 959,608 pidieron limosna, mandaron a trabajar a los niños o recurrieron a prácticas socialmente no aceptadas con tal de comer, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Inegi.

Estados donde las personas hicieron algo que no querían para comer

En valores absolutos, el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Guanajuato y Puebla son las cinco entidades donde más mexicanos tuvieron que recurrir a estas prácticas para subsistir.
A pesar de ser entidades con mayor aportación al PIB, este problema no estuvo exento en la Ciudad de México y Nuevo León, que ocuparon el octavo y noveno lugar, respectivamente.

El número de personas que hizo cosas que no quería con tal de comer se redujo en comparación con 2020 y 2018. En este último, la cifra fue de 1.04 millones de hogares y en 2020 fueron1.23 millones de hogares.
Hogares que experimentaron dificultades para comer

En la comparativa con años previos, Guanajuato es el estado donde este tipo de prácticas se ha incrementado.
Más de 7.6 millones de mexicanos sintieron hambre
El año pasado, 4.42 millones de mexicanos sintió hambre y no comió, mientras que 3.19 millones de adultos comió sólo una vez al día o dejó de comer todo un día, de acuerdo con los datos de la ENIGH.

Fue en el Estado de México, Veracruz y Puebla donde más mexicanos sintieron hambre y no comieron, de acuerdo con la Encuesta del INEGI.
Hay 56 millones de mexicanos pobres, 11 millones en pobreza extrema. Hablamos con cifras y perdemos de vista que cada uno de estos millones de personas tienen un nombre, un rostro y que son parte de una familia, que muchas veces nos los encontramos en la calle y los ignoramos.

Las condiciones que circundan a la pobreza en nuestro país son: la malnutrición que eleva los índices de mortalidad infantil y las enfermedades; un sistema educativo deficiente con un gran rezago; malos servicios de salud, carentes de medicamentos, tratamientos, estudios de laboratorio e imagen, entre otras muchas carencias. Además de la lamentable criminalidad, drogadicción, carencia o insuficiencia de servicios públicos como agua, luz, drenaje, calles pavimentadas, etc., sin olvidarnos de algo que existe y que se promueve desde Palacio Nacional: la división social.
La desigualdad económica constituye otro desafío significativo para la movilidad social en México. La concentración de la riqueza en nuestro país es insultante, el 10% de la población posee el 65% de la riqueza, lo que dificulta el progreso del otro 90% y hay que sumarle la falta de igualdad donde las mujeres obtienen 30% menos ingresos que los hombres.

El acceso a servicios públicos de calidad, como salud, vivienda, transporte y seguridad, juega un papel fundamental en la movilidad social. Según datos del INEGI, en 2020, el 17.9% de la población no tenía acceso a servicios de salud, y ahora con el fracaso del INSABI se verán agravados. Asimismo, la falta de viviendas adecuadas y el transporte deficiente dificultan la movilidad geográfica y laboral de las personas.
Y finalmente está el mercado laboral, donde 32 millones de mexicanos, que representan el 55% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad con ingresos equivalentes al 50% de lo que percibe un trabajador en la formalidad laboral.
Todos debemos asumir nuestra responsabilidad social y moral para ayudar a quienes viven en la pobreza. Es fundamental que dejemos de verlos como estadísticas y reconocer que cada uno de ellos es una mexicana, un mexicano que vive en condiciones que nadie merece.
Fuente: Expansión y Agencias
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