Redacción/CAMBIO 22 

La comida a la tierra es un ritual tradicional en los practicantes de la regla de Osha e Ifa que goza de gran popularidad y aceptación por parte de sus seguidores. En este ceremonial se acostumbra a ofrecer a la tierra todo tipo de elementos para rendirle tributo y así contar con la bendición de las espiritualidades que viven en ella. Dice el Odu de Ifa Irete Kutan que: «la tierra todo lo da y así mismo, todo lo puede quitar».

Este ceremonial significa que estamos alimentando a la madre tierra. Lo hacemos con todos los elementos que ella nos ofrece y que nos sirven para la supervivencia. Mediante este ritual, los participantes tienen la convicción de que la tierra les devolverá su sacrificio a través de frutos transfigurados en diferentes formas. Lo más importante es que otorgue bendiciones de salud, aun cuando sabemos que nuestro destino inevitable es la muerte, este ritual representa la apertura de ese hoyo donde algún día seremos enterrados que se cierra en señal de que no moriremos antes de tiempo. Además, gracias a la intervención de las espiritualidades agasajadas, disfrutaremos de buena salud, ya que, estamos enterrando en ese hueco las enfermedades, las tragedias y las desgracias.

¿Cuándo se le debe dar de comer a la tierra?

Usualmente, las casas religiosas suelen organizar los ceremoniales de la comida a la tierra a principio de año. Esto se hace con la intención de comenzar este nuevo ciclo contando con la energía apropiada para propiciar un año lleno de vida, salud y desenvolvimiento. También, es una manera de agradecer el hecho de haber vivido un año más y estar presentes en el que se inicia.

Sin embargo, realizar este ceremonial no es de carácter obligatorio para los primeros días de enero. Puede ser ejecutado en el momento que sea necesario o que sea indicado por los Orishas a través de adivinación, convirtiéndose en el ebbo que podría hasta salvar la vida del oficiante.

¿Qué es darle de comer a la tierra?

Básicamente, darle de comer a la tierra consiste en colocar en un hueco que se abre en la tierra, al aire libre, una cantidad de alimentos y animales, con los que se limpia el astral de los presentes y luego se entierran. Darle de comer a la tierra se fundamenta en la premisa que dice: que todo aquel que siembra, también cosecha. Es decir, que lo que nosotros sacrifiquemos será recompensado en la misma proporción.

La muerte se quejaba porque no sabía qué hacer con los cuerpos luego que les quitaba la vida a las personas; y por su parte la tierra también se quejaba, porque todos, tanto seres humanos como animales, caminaban sobre ella. Además, tenía que repartir todo lo que producía.

Un día la muerte se encontró con la tierra y le propuso hacer un pacto. Entonces la tierra dijo: “yo aceptaré el pacto, pero desde hoy todo el mundo tiene que pagarme un tributo, que consistirá en que tienen que ofrendarme de todo lo que comen, y el que no cumpla, tú te encargaras de cobrarle mis deudas”.

“Lo que la tierra da lo tierra se lo come”, hay que tributar a la tierra con todo lo que nos da durante el transcurso de nuestra vida.

Dice Ifá, que en la corteza terrestre vive “ile Oguere”, quien es hija de Oloddumare (Dios). Esta Deidad no hizo Ebbó antes de venir a establecerse de este planeta, razón por la cual Ifá le dejo a sus hijos (los seres humanos) tenderán a destruirla. Lamentablemente podemos ver a diario que esto se cumple, ya que cada día el medio ambiente se contamina, y por la negligencia de unos pocos, nos acercamos cada vez más a una destrucción global, posiblemente generada por guerras, calentamiento global, tala indiscriminada, uso excesivo de los recursos materiales, etc.

Cuando le damos de comer a la tierra (hacer ofrendas a Ile Oguere), directamente estamos homenajeando a esta importante deidad, demostrándole respeto y honrándola por todo lo que hace por nosotros a diario, porque todas las cosas que usamos en su totalidad provienen de la tierra: comida, plásticos, petróleo, agua, madera, papel, computadoras, metales, el cemento y el acero de nuestras viviendas, vehículos, ropa, enseres generales, herramientas, etc.

Al participar en este ritual, lograremos conectarnos con la Madre Tierra y nos ayudará a fortalecer nuestra salud, nos limpiará de energías negativas, nos protegerá y fortalecerá antes ataque de brujerías y espíritus negativos, nos hará mas prósperos y evitaremos la muerte antes de tiempo. Todo esto es necesario para estar en armonía con la vida, y nos facilitará el camino para cumplir con nuestro destino.

En esta ceremonia le hacemos ofrenda también a Orisha Oko, quien es el Orisha dueño de la tierra, la agricultura y las cosechas, patrono de los labradores.

 

Fuente: cubadebate

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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