• Las autoridades señalan que el avión partió de México y que apagó los dispositivos de localización 
  •  Le atribuyen que era utilizada para el transporte de cocaína y armas

Renán Castro Madera/CAMBIO 22 

El derribe de un avión bimotor con matrícula mexicana y que partiera del aeropuerto internacional de Cozumel, confirma que el cártel de Caborca se ha posicionado de esa importante terminal aérea de dónde están despegando sus aeronaves con destino al sur del continente, para el traslado de cargamentos de drogas y armas.

Autoridades federales han confirmado esta operatividad que desarrollan en esa importante terminal aérea para el avituallamiento de sus aeronaves

En ese importante aeropuerto internacional reabastecen sus aeronaves para proseguir su viaje a ciudades del Sur del continente en dónde recogen cargamentos de cocaína que trasladan al principal mercado de drogas en el mundo y que es el estadounidense.

Además de recargas de combustible para sus aeronaves según las primeras investigaciones arrojan que ahí mismo les autorizan su plan de vuelo que por lo general es una isla caribeña, misma que ni siquiera reconocen, pues al ingresar al espacio aéreo sudamericano, vuelan a baja altura para evitar ser detectado por los radares de los países del aérea.

Un reporte emitido el pasado martes por altos mandos del Ejército Bolivariano de Venezuela, dió cuenta sobre el derribe de una pequeña aeronave que había partido de Cozumel Quintana Roo con destino a Aruba.

Sin embargo, al sobrevolar territorio del mencionado país sudamericano, fue detectado por el Sistema de Defensa Aeroespacial Integral Venezolano.

En horas nocturnas, el Sistema de Defensa Aeroespacial Integral venezolano activó una alerta general por detección de «aeronave intrusa en violación flagrante del espacio aéreo». Así lo desvela Domingo Hernández, alto jefe de la cúpula militar del país sudamericano.

La avioneta se desplazaba en ruta desde Cozumel, México, en dirección a la Isla de Curazao, desapareciendo de radares de la traza del vector a 25 millas náuticas del punto de reporte obligatorio, habiendo apagado el transponder y la radio para su desvío a territorio venezolano.

La Guardia Nacional Bolivariana activó el plan de defensa «de acuerdo a los procedimientos vigentes de búsqueda y localización de todo el territorio nacional con énfasis en los límites fronterizos en Apure-Colombia, donde por la conformación geográfica prevalecen terrenos planos que pueden ser usados por su firmeza y soporte como pistas clandestinas por los grupos colombianos», añadió el comandante.

«Por tal motivo y en concordancia con los planes de seguridad y defensa nacionales, de acuerdo a las informaciones recabadas, se detectó la posición a la altura del municipio Pedro Camejo en el estado venezolano de Apure».

 Ante esta situación, los altos mandos castrenses venezolanos ordenaron la interceptación aérea con los medios de combate «en atención a la amenaza de intrusión en territorio nacional generada, logrando el avistamiento de una aeronave biturbina no autorizada».

Dicha aeronave fue declarada hostil por carecer de plan de vuelo para su espacio aéreo, no haber sido autorizada por las dependencias de los servicios de tránsito aéreo para operar en esa zona y presumirse que estaba siendo utilizada por grupos generadores de violencia para el delito transfronterizo del narcotráfico, traslado de elementos irregulares y armamento.

Por ello, los medios aéreos efectuaron la intervención legal e inmovilización efectiva de la aeronave. «Venezuela es territorio de paz y no permitiremos a grupos extranjeros invasores la alteración del orden interno de la patria ni la violación a la soberanía nacional», concluye Hernández.

 Aquí en México y de acuerdo a las primeras investigaciones de autoridades federales para identificar a los propietarios de la aeronave derribada en territorio venezolano, se pudo confirmar que había sido autorizado por la complicidad que priva en la dirección general de Aeronáutica Civil asentada en la terminal aérea de la isla de Cozumel.

Todo ello se detectó pues el plan de vuelo autorizado por las autoridades de aeronáutica civil asentadas en la isla más grande de nuestro país, presentaba una serie de anormalidades que fueron pasadas por alto, para permitirle el despegue de dicha aeronave con destino final la isla de Curacao.

 Según las primeras investigaciones todo apunta a que dicho bimotor es propiedad del cártel de Caborca de la familia Caro Quintero.

Y que desde hace aproximadamente seis meses que operan en esa terminal aérea con la complicidad de autoridades de aeronáutica asentadas en Quintana Roo y de las oficinas centrales en la ciudad de México.

Según las indagatorias presumen que estaban autorizando la salida de hasta cuatro Aeronaves a la semana, con planes de vuelo a diversos destinos turísticos caribeños, para no llamar la atención del Ejército y la Marina mexicanos.

Hasta el momento y para no seguir empañando más la mala imagen de los destinos turísticos quintanarroenses, autoridades del gobierno de México, no se han pronunciado sobre el derribe de dicha aeronave pese a que existe un protocolo que se debe seguir cuando ocurren ese tipo de incidentes y en dónde hasta donde se sabe fuentes cercanas a las autoridades venezolanas han manifestado de manera extraoficial que en el derribe del avión perdieron la vida al menos dos personas.

Con Datos de Corresponsales Peninsulares de CAMBIO 22 y Narco Diario

alazan1031@gmail.com

redaccionqroo@diariocambio22.mx

WhatsApp Telegram
Telegram