La Crisis Cárnica en EEUU, Provoca el Cierre de Otra Planta Empacadora de Carne de la JBS
19 Dic. 2025
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JBS anunció que cerrará de manera definitiva su planta de Swift Beef Company ubicada en Riverside, en las afueras de Los Ángeles
Redacción / CAMBIO 22
La crisis de la carne vacuna en Estados Unidos sigue ampliándose y ya no se limita a una sola empresa. A la reestructuración anunciada semanas atrás por Tyson Foods se suma ahora JBS, líder global del sector, que confirmó el cierre permanente de una de sus plantas en California.
El movimiento refuerza la señal de que la industria atraviesa un momento crítico, condicionado por la falta de ganado, el aumento de los costos y la caída de los márgenes.

JBS se suma a los cierres
JBS anunció que cerrará de manera definitiva su planta de Swift Beef Company ubicada en Riverside, en las afueras de Los Ángeles. Las instalaciones dejarán de operar el próximo 2 de febrero, una decisión que implica la eliminación de 374 puestos de trabajo, de acuerdo con información del Departamento de Desarrollo del Empleo del estado de California.
Si bien en esta planta no se realizaba el sacrificio de ganado, su rol dentro de la cadena era estratégico. Allí se procesaba carne vacuna destinada a las góndolas de supermercados en todo el país, lo que la convertía en un eslabón clave entre los frigoríficos y el consumidor final. Su cierre obliga a reorganizar la logística y redistribuir volúmenes en un mercado que ya opera con tensión creciente.
La compañía explicó que la medida forma parte de una iniciativa para optimizar su negocio de valor añadido y simplificar las operaciones dentro de su red industrial. La producción será trasladada a otras instalaciones y los trabajadores afectados podrán postularse a vacantes en diferentes plantas del grupo.
El anuncio llega en un contexto en el que los ejecutivos de JBS ya habían anticipado una reducción de los márgenes del negocio de carne vacuna en Estados Unidos, precisamente por la escasez de ganado y el aumento del costo de la hacienda.
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Mercado cada vez más ajustado
El trasfondo de estas decisiones es común a toda la industria. Los ganaderos estadounidenses redujeron el tamaño del rodeo hasta niveles mínimos de las últimas décadas, luego de varios años de sequía que afectaron la disponibilidad de pasturas. A este escenario se sumó la interrupción de las importaciones de ganado desde México, lo que restringió aún más la oferta de animales disponibles para la industria.
La menor disponibilidad de hacienda obligó a los empacadores a pagar precios más altos por el ganado, una situación que presiona los costos y erosiona la rentabilidad. En paralelo, los precios de la carne vacuna alcanzaron máximos históricos en el mercado interno, un factor que incrementa la presión política y social sobre el sector y deja a la industria bajo fuerte escrutinio.
El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refirió al tema y aseguró que trabaja para reducir el precio de la carne para los consumidores, al tiempo que cuestionó el accionar de las empresas empacadoras en la formación de valores.

Tyson, antecedente clave
El cierre anunciado por JBS no es un hecho aislado. Semanas atrás, Tyson Foods informó que cerrará en enero de 2026 su planta de carne vacuna en Lexington, Nebraska, una de las más grandes del país. Esa instalación emplea a cerca de 3.200 trabajadores y cuenta con capacidad para procesar alrededor de 5.000 cabezas por día, lo que equivale a cerca del 5 % del sacrificio total de Estados Unidos.
La relevancia de esa planta dentro del sistema productivo explica el impacto que generó el anuncio. Además, Tyson también decidió reducir a un solo turno las operaciones de su planta en Amarillo, Texas, afectando a otras 1.700 personas.
Ambas medidas se dan en un contexto en el que el negocio de carne vacuna de la compañía acumula pérdidas significativas y proyecta resultados negativos para los próximos ejercicios, reflejo de costos elevados y menor disponibilidad de animales.
Fuente: Contexto Ganadero
GPC/RCM




















