Persisten Negativas en Clínica del IMSS de Javier Rojo Gómez
16 Dic. 2025
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Pese a indicación médica y presión social, la dirección de la unidad médica mantiene su negativa a cubrir el viático de 80 pesos para un acompañante, solicitado por un derechohabiente
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El paciente padece una neuropatía incapacitante, diagnóstico por el cual médicos del propio IMSS —incluidos especialistas— indicaron por escrito que debe acudir acompañado
Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22
CHETUMAL, 16 de diciembre. – La controversia en la clínica del IMSS del poblado de Javier Rojo Gómez, en el municipio de Othón P. Blanco, continúa sin resolverse. A pesar de la intercesión de líderes de agrupaciones nacionales, la dirección de la unidad médica mantiene su negativa a cubrir el viático de 80 pesos para un acompañante, solicitado por un derechohabiente que debe trasladarse fuera de la comunidad para la realización de estudios médicos especializados. La postura administrativa se sostiene incluso cuando existe prescripción médica expresa, lo que ha profundizado el malestar entre familiares y sectores sociales que han dado seguimiento al caso.
Como se informó previamente, el paciente padece una neuropatía incapacitante, diagnóstico por el cual médicos del propio IMSS —incluidos especialistas— indicaron por escrito que debe acudir acompañado, no por edad, sino por condición clínica. Esta instrucción quedó asentada en receta oficial con firma del médico tratante, documento que, sin embargo, no ha sido reconocido por la administración de la clínica. Tanto el director de la unidad, José Luna Morales, como el responsable de la Oficina de Traslado de Enfermos, identificado como Fabio, han autorizado únicamente el viático sencillo, dejando fuera al acompañante.
La persistencia de la negativa resulta aún más llamativa por tratarse de un monto mínimo, insuficiente incluso para cubrir el traslado del propio paciente a Chetumal, pero que se vuelve determinante para garantizar su seguridad durante el viaje. De acuerdo con el seguimiento del caso, ni la presión social ni la mediación de organizaciones externas han logrado modificar la decisión, lo que evidencia una ruptura entre el criterio médico y el criterio administrativo dentro de la institución.
Lo anterior representa una problemática estructural del sistema de salud, cuando la burocracia se impone sobre la valoración clínica, el derechohabiente queda en una zona de desprotección. En comunidades rurales como Javier Rojo Gómez, donde el acceso a estudios especializados ya implica largos traslados, negar un acompañante autorizado médicamente vulnera el derecho a la salud y refleja una insensibilidad institucional que reduce la atención médica a trámites y no a personas.
AFC




















