Redacción / CAMBIO 22

El amor de una madre da alegría, fe, unidad, paz, porque sabemos que no somos huérfanos, que somos hijos de una madre que se llama Virgen Santa María de Guadalupe.

Del 1° al 12 de diciembre es el período del docenario en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, en el que cada año aumenta la devoción a la Morenita del Tepeyac, en las diversas manifestaciones de fe que profesan peregrinos, ciclistas, antorchistas, en Cancún.

Los peregrinos son personas que llevan fe y un hermoso cariño que con amor crece todos los días, hasta decir “mamá”, a quien ama profundamente, porque saben que nunca los abandonará.

Los hijos vamos a encontrarnos con nuestra madre de Guadalupe para su amor cálido en situaciones de tristeza, soledad, desilusiones, enfermedad, etc. Es una oportunidad para sanar al encuentro con María y recibir de ella, bienes espirituales que confortan nuestra vida.

Hermanos nunca olviden su mensaje: —”¿no estoy yo aquí, que soy tu madre?—, —¿qué acaso no estás bajo mi manto?—, déjate envolver por su manto de amor, que llegue a su corazón, al grito de ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

Reliquias de la casa San Juan Diego y Juan Bernardino en Cuautitlán, México

Tierra de la casa y fragmentos de cerámica “tepalcates” encontrados, en el lugar de la 5ª aparición de la Virgen de Guadalupe, dónde el 12 de diciembre de 1531, intervino en la curación de una mortal enfermedad a Juan Bernardino y dónde le reveló el nombre de “Guadalupe”, con el cual quiso ser nombrada.

Certificado de autenticidad de la Diócesis de Cuautitlán a 31 de julio de 2023 en el XXI aniversario de canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin.

 

 

 

 

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KXL/RCM

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