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• Áine Rose Hurst, de 19 años, murió por una trombosis cerebral tras retomar la píldora pese a presentar hipertensión documentada

 

• Familia acusa fallas médicas y especialistas exigen revisar de inmediato los protocolos de prescripción de anticonceptivos combinados

 

Redacción / CAMBIO 22

La muerte de Áine Rose Hurst, una joven de 19 años que perdió la vida a causa de un coágulo cerebral asociado al uso de una píldora anticonceptiva combinada, ha conmocionado a la comunidad de Halliwell y reabierto el debate sobre los riesgos, diagnósticos y criterios médicos que rodean a los anticonceptivos orales en Europa. El caso, investigado formalmente el 27 de noviembre en el Juzgado de Instrucción de Bolton, apunta a una rara complicación que se manifestó con un dolor de cabeza inicialmente confundido con una resaca.

Dolor de cabeza ocultaba una gravedad inesperada

Todo comenzó el 8 de marzo, cuando Áine —después de salir de fiesta con amigos— amaneció con un fuerte dolor de cabeza. Su madre, Kerry Hurst, de 52 años, relató ante las autoridades que en un primer momento pensó que se trataba de una molestia pasajera por una noche de celebración. Le recomendó reposo, hidratación y paracetamol. Sin embargo, el malestar no solo no cedió, sino que empeoró drásticamente.

Tres días después, el martes 11 de marzo, la joven se desplomó en su casa de Somerville Square en Halliwell, Bolton, por lo que fue trasladada de urgencia al Hospital Royal Bolton. Allí, los médicos detectaron una inflamación cerebral severa provocada por una trombosis de los senos venosos cerebrales, una afección infrecuente pero potencialmente mortal.

Áine falleció dos días más tarde, pese a los esfuerzos del equipo médico.

Anticonceptivo combinado

El informe forense concluyó que la trombosis estuvo asociada a una rara complicación del anticonceptivo combinado Femodette, que la joven había tomado desde 2020. La familia cuestiona por qué Áine fue instruida a retomar la píldora pese a que en diciembre de 2024 se le detectó presión arterial elevada, un factor de riesgo que suele obligar a suspender este tipo de medicamentos.

Antecedente ignorado

El 18 de diciembre de 2024, durante una revisión de rutina, la enfermera especializada Emma Walker registró una presión arterial de 140/93, considerada elevada para una joven de su edad. La medición se repitió tres veces, todas con el mismo resultado. Walker le recomendó suspender la píldora y acudir a su médico de cabecera.

Hasta ese momento, Áine no había presentado lecturas anormales ni efectos secundarios durante sus evaluaciones médicas anuales.

Sin embargo, el 6 de enero, durante una consulta en Spring House Surgery, el Dr. Moyinoluwa Oluwaseyi Onayade consideró adecuado permitirle retomar la misma píldora que había usado por años. Explicó que le sugirió cambiarla a una de solo progesterona, pero que la joven se negó por temor a efectos secundarios. Según su testimonio, también expresó inquietud sobre el posible riesgo de accidente cerebrovascular por permanecer más de cuatro semanas sin anticonceptivos.

La familia exige claridad y responsabilidad

El dolor de la familia Hurst ha sido acompañado por un profundo cuestionamiento hacia el manejo médico del caso. Consideran que el antecedente de hipertensión, recién detectado, debió haber sido suficiente para evitar que su hija retomara Femodette. En una emotiva declaración leída por el forense del área, Peter Sigee, la familia subrayó que buscan garantías de que ningún paciente vuelva a ser expuesto a un riesgo similar por falta de seguimiento integral.

“La niña más hermosa, cariñosa y divertida”

En un comunicado que conmovió a los asistentes a la audiencia, la familia describió a Áine como…

La niña más hermosa, cariñosa, divertida y sensible. Era el alma de cada reunión; insistía en karaoke, concursos y juegos familiares, incluso cuando le costaba pronunciar varias palabras. Daríamos cualquier cosa por volver a escuchar una pregunta suya. La vida nunca será igual sin nuestra niña”.

Matices al caso

Aunque el forense señaló la píldora anticonceptiva como factor contribuyente, el Dr. Zeeshan Malik, especialista en cuidados intensivos del Hospital Royal Bolton, advirtió que no puede considerarse la causa única. Explicó que habría sido necesario realizar más pruebas para descartar otras condiciones o factores fisiológicos.

Los expertos coinciden en que los casos de trombosis de los senos venosos cerebrales asociados a anticonceptivos son muy raros, pero requieren atención inmediata y protocolos estrictos cuando se detecta hipertensión, migrañas severas o antecedentes familiares.

Llamado a reforzar seguridad en la prescripción de anticonceptivos

Este caso ha reavivado el debate sobre el seguimiento médico de mujeres jóvenes que utilizan métodos anticonceptivos combinados. Organizaciones de salud en Reino Unido han reiterado la importancia.

• Revisiones periódicas de la presión arterial.

• Información completa sobre riesgos y alternativas.

• Atención médica inmediata ante dolores de cabeza persistentes o severos.

• Evaluaciones personalizadas antes de reanudar cualquier tratamiento hormonal.

Para la familia Hurst, la tragedia de Áine debe servir como alerta para mejorar los protocolos y evitar que otras jóvenes enfrenten riesgos similares sin información suficiente. Aunque el forense concluyó que la muerte fue consecuencia de una rara complicación vinculada al anticonceptivo combinado, la familia continúa buscando respuestas sobre el manejo clínico previo. El caso podría impulsar revisiones internas en centros de salud de Bolton y nuevas directrices en la prescripción de anticonceptivos para mujeres con lecturas recientes de hipertensión.

Áine Rose Hurst dejó una marca imborrable en su comunidad. Su historia, llena de luz y alegría, ahora impulsa un clamor por mayor seguridad, prevención y sensibilidad médica para proteger a jóvenes en situaciones similares.

 

 

Fuente: Excelsior

redaccion@diariocambio22.mx

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