Denuncian Nueva Red de Corrupción en el Imoveqroo

•  Licencias “exprés” por mil 800 pesos y ninguna aparece en el sistema

Redacción / CAMBIO 22

CHETUMAL,19 de noviembre. – Una nueva trama de corrupción sacude al Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo), donde al menos tres trabajadores habrían montado un esquema clandestino para expedir licencias de conducir falsas a ciudadanos que buscaban evitar filas, exámenes y trámites formales.

Los testimonios coinciden: fotos contra una pared blanca, una firma en hoja lisa y mil 800 pesos bastaron para recibir un documento en la puerta de tu casa aparentemente válido, hasta que las autoridades notaron que no existía en el sistema.

Los afectados podrían ser decenas, quizá más, según fuentes cercanas al instituto, pues el mismo modus operandi fue ofrecido a distintos ciudadanos en durante meses.

Las licencias entregadas —que a simple vista parecen auténticas—, no están registradas en la base de datos oficial, no generan licencia digital y mucho menos cuentan con respaldo administrativo.

Es decir, se trata de documentos ilegales emitidos desde el interior de la institución encargada de regular precisamente la movilidad y la legalidad en el estado.

Lo más grave, señalan trabajadores inconformes, es el hermetismo con el que el gobierno de Quintana Roo ha manejado el caso.

La instrucción interna es evitar que el escándalo trascienda y exhiba nuevamente al Imoveqroo como una de las dependencias con mayores antecedentes de corrupción.

Mientras tanto, los ciudadanos estafados quedan en indefensión, ya que, pagaron por un documento que no existe y, para efectos legales, hoy conducen sin licencia.

Este hecho estalla justamente cuando el Imoveqroo sostiene un pulso público con la Dirección de Tránsito Estatal y los municipios por el control de los ingresos derivados de las próximas fotomultas, otra idea que trajo para ejecutar el yucateco Rafael Hernández Kotasek al frente del organismo.

En medio de ese debate por poder y recaudación, la dependencia suma otro golpe a su credibilidad.

Los afectados esperan respuestas, pero hasta ahora, la única constante ha sido el silencio oficial.

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