Javier May y Adán Augusto López en el Radar de la DEA
19 Nov. 2025
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Aunque no hay una acusación formal y frontal la Drugs Enforcement Administration los investiga desde hace tiempo.
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Hernán Bermúdez Requena, el talon de Aquiles de ambos políticos.
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Tierra en llamas — la trama oculta entre poder, crimen y megaproyectos en Tabasco.
Alfredo Griz/CAMBIO 22
Tabasco no es solo tierra fértil para palmeras y manglares: en los últimos años se ha convertido en un tablero donde convergen el poder político, la corrupción institucional, y una organización criminal que ha logrado infiltrarse en la seguridad estatal. Lo que se ha visto hasta ahora no es casualidad: es una crisis sistémica.
El ascenso del gobernador Javier May
Javier May Rodríguez, un operador cercano al poder federal, fue colocado al frente del estado con una trayectoria destacada: su paso por Fonatur y Bienestar lo posicionó en el centro de decisiones clave, especialmente durante la construcción del Tren Maya. Desde el inicio de su mandato como gobernador, May ha utilizado un discurso firme contra La Barredora: ha dicho que no habrá “intocables”, que su administración no encubrirá a nadie, y ha prometido que “la verdad, por muy dura que sea, se sabrá”.
Pero este discurso choca con una pregunta incómoda: ¿cómo no se detectaron antes estas redes criminales vinculadas a exfuncionarios clave? May insiste en que fue su gobierno el que puso en marcha las investigaciones contra Bermúdez Requena, y que no descansará hasta que se haga justicia.

El Comandante H”: protector con uniforme, capitán en la sombra
Hernán Bermúdez Requena es la figura más explosiva del escándalo. Oficial de policía convertido en jefe de seguridad estatal, su transformación en pieza central del crimen organizado ha sido documentada con evidencia que sugiere que él lideró La Barredora, una red que no actúa en la periferia: operaba desde adentro.
Su poder creció bajo la administración de Adán Augusto López —cuando Bermúdez fue secretario de Seguridad— y su grupo logró algo extraordinario: aprovechar proyectos públicos emblemáticos para sus propósitos criminales. Investigaciones apuntan que La Barredora negoció la renta de terrenos para el Tren Maya, vendió combustible robado (huachicol) extraído en parte desde EE.UU., y estableció relaciones empresariales que tocaban a sectores oficiales. En una conversación interceptada, uno de sus operadores habló de acceso a decenas de ferrotanques con diésel ultra bajo en azufre, alegando conexiones con instancias fiscales para legitimarlo.

El vórtice político: Adán Augusto bajo fuego cruzado
Adán Augusto López, figura clave de Morena y exgobernador de Tabasco, ha quedado señalado por la cercanía de Bermúdez. Muchos analistas interpretan que Bermúdez no habría alcanzado su posición sin el visto bueno de la cúpula política local. Javier May no ha dudado en atribuir parte de la responsabilidad a su antecesor, sugiriendo que el ascenso de La Barredora tiene raíces en la permisividad política de administraciones anteriores.
En su momento, Bermúdez fue nombrado por Adán Augusto, y para muchos el vínculo se lee como un pacto tácito: el poder político ofrecía cobertura, y la estructura criminal convertía su fuerza policial en brazo armado. El choque entre May y Adán Augusto no es solo ideológico, es estructural: pone en evidencia una retícula peligrosa donde la violencia y el poder se confunden.

Los negocios ocultos: huachicol, megaproyectos y contratos turbios
El entramado de corrupción se vuelve más oscuro cuando miramos las obras públicas. La Barredora, según reportes, no solo traficaba combustible robado, sino que usaba su acceso para introducir ese combustible a bajo costo en un proyecto emblemático. El Tren Maya, ese símbolo de desarrollo, habría servido también como vía para negocios criminales: terrenos alquilados, contratos de suministro, empresas fachada, operadores con conexiones.
En paralelo, familiares de Bermúdez —como su sobrino— habrían ocupado puestos claves en las obras, lo que sugiere un sistema de nepotismo criminal: altos cargos, recursos públicos, violencia y redes criminales caminando por los mismos corredores.

La caída y la resistencia: detenciones, órdenes y capturas
El golpe más fuerte vino cuando Bermúdez fue acusado formalmente. Se emitió una orden de aprehensión por asociación criminal, extorsión y secuestro. Su captura ocurrió en Paraguay, en una operación internacional. Fue extraditado a México, rompiendo el reino de impunidad que muchos pensaban impenetrable.
La reacción no ha sido pacífica. May reconoció que la detención desató un repunte violento: habló de un “reacomodo” en las plazas delictivas, con células dispuestas a disputar el poder dejado por Bermúdez. No es solo una cuestión policial: es un pulso político-criminal.

El examen de conciencia del poder
Lo más inquietante no es solo que un policía se vuelva capo: es que ese policía estuviera en el gobierno, protegido por redes políticas. Lo más complejo es que, para desenredar esa madeja, no bastan las operativos policiales: hace falta limpieza institucional, auditoría financiera, cargos penales para todos los implicados, y una reconstrucción del Estado que no se deje devorar por quienes han hecho del crimen su negocio.
May ha prometido que nadie se salvará. Pero el camino es largo y peligroso: los corredores de poder en Tabasco han sido durante años territorio fértil para la corrupción. Desmantelar La Barredora no solo implica derribar a sus cabecillas, sino desenmascarar a aquellos que les dieron origen y sustento.
¿Y los gringos? La DEA y la sospecha internacional
En medio de todo esto se ha preguntado si agencias extranjeras como la DEA estarían investigando a May o a la red de Bermúdez. Pues si, y es tan real como evidencia pública sólida que todos conocemos, pero si le abonamos que Adán Agusto López y Javier May son investigados por la DEA, de forma abierta y con sigilo, esto debido a las declaraciones de mandos del CJNG que han sido procesados en los Estados Unidos de América y por los datos que arroja la indagatoria que esa agencia norte americana realiza desde hace tiempo sobre el Yucateco Hernán Bermúdez Requena y familia, pues todo eso ya es una investigación formal contra Javier May.

Sí hay rastros de cooperación internacional: Bermúdez fue localizado en Paraguay, su captura involucró inteligencia transnacional, y su estructura criminal ha sido monitoreada por agencias de inteligencia. Pero la escasa cooperación internacional y aunque muy escueta ha permitido apuntar directamente a un expediente DEA contra el gobernador Javier May y el propio primo de Andrés Manuel López Obrador, el ya tristemente célebre Adán Agusto López.
Información que obra en poder de este medio de comunicación permite trepar un filo de pruebas concluyentes que señalan que ambos son investigados por autoridades de los Estados Unidos y aunque no hay una acusación formal aun, hay las evidencias que prueban que sus nexos con el crimen organizado están en el radar de la Drugs Enforcement Administration DEA por sus siglas en ingles.
La purga: detenciones, extradición y blindaje financiero
• Captura y extradición: Bermúdez fue capturado en Paraguay, en una operación internacional. Él rechazó la extradición simplificada, lo que alarga el proceso legal, pero no evita su regreso a México. Su traslado al penal de máxima seguridad fue confirmado.
• Vinculado a proceso: Un juez dictó que Bermúdez enfrente cargos por asociación delictuosa, extorsión y secuestro, y lo mantiene en prisión preventiva.
• Activos protegidos: Las autoridades estatales han decidido reservar la declaración patrimonial (sus activos) durante varios años para “no poner en riesgo” las investigaciones.
• Investigaciones financieras: En paralelo, se ha hablado de bloqueos a cuentas bancarias suyas y de sus redes (empresas, familiares).
La red criminal no se desmorona fácilmente
Aunque Bermúdez está detenido, La Barredora no ha sido erradicada de inmediato. En Tabasco se han reportado nuevas capturas de integrantes del grupo, lo que sugiere que la estructura criminal tiene múltiples cabezas, no solo la del exjefe policiaco.

El poder observa: ¿quién responde por los protectores?
Lo más peligroso no es solo que haya criminales al mando, sino que su ascenso estuvo permitido. May ha tratado de desmarcarse, pero el impacto político de la caída de Bermúdez toca a figuras mayores, especialmente a Adán Augusto. El escándalo sobrepasa lo local: es una advertencia sobre las grietas del Estado cuando lo público se fusiona con lo criminal.

Más allá de las fronteras: cooperación internacional y consecuencias
La captura de Bermúdez en Paraguay no fue un golpe aislado: involucró cooperación internacional, intercambio de inteligencia y una red de apoyo que va más allá de Tabasco. El Estado mexicano mostró músculo diplomático para repatriar al exfuncionario.
Hay señales claras de que al menos algunas autoridades mexicanas han cerrado filas en torno a la investigación para que no solo quede como un escándalo mediático, sino un proceso judicial real. Pero queda la pregunta: ¿será suficiente para reconstruir la confianza institucional?

La herida abierta de Tabasco
Tabasco hoy es un dolor de Estado. Lo que se ha revelado del poder local no es mera delincuencia: es criminalidad con conexiones institucionales, es un proyecto de poder infectado por el narco, y es un experimento de impunidad que puede cambiar con la fuerza de la ley o reafirmarse con el silencio cómplice.
La historia de Javier May, Hernán Bermúdez y Adán Augusto no es solo un escándalo político: es una advertencia sobre lo cerca que está el Estado de caer en manos de quienes lo usan como fachada.
redaccionqroo@diariocambio22.mx
RHM




















