• Lejos de atender los problemas urgentes que golpean a Carrillo Puerto, la alcaldesa enfoca su tiempo en reuniones partidistas que presumiblemente buscan fortalecer su posicionamiento dentro de Morena.

 

Redacción/ CAMBIO 22

FELIPE CARRILLO PUERTO a 16 de noviembre .— Mientras la presidenta municipal Maricarmen “Mary” Hernández recorre otros municipios como Playa del Carmen en plena promoción política, su propio territorio enfrenta una escalada alarmante de violencia, desapariciones y hechos delictivos que han dejado a la población en un clima de descontrol y abandono institucional.

Lejos de atender los problemas urgentes que golpean a Carrillo Puerto, la alcaldesa enfoca su tiempo en reuniones partidistas que presumiblemente buscan fortalecer su posicionamiento dentro de Morena. Sin embargo, la percepción ciudadana es otra: un municipio que cada día luce más desatendido, con colonias inseguras y comunidades que denuncian la ausencia de autoridad.

En redes sociales, la presidenta difundió su “larga plática” con la consejera morenista Mirella Díaz, destacando un diálogo de construcción política acompañado de una comida. Pero mientras este encuentro se presume como un ejercicio de unidad partidista, en Carrillo Puerto los ciudadanos exigen algo más urgente: presencia, gobernabilidad y resultados.

A diferencia del discurso que intenta enaltecer a Mary como una figura clave dentro del movimiento, los hechos en el municipio cuentan una historia opuesta. En las últimas semanas se han registrado agresiones armadas, robos a mano armada, desapariciones y ataques que mantienen a la población en constante alerta. Comunidades rurales reportan la entrada de grupos delictivos, mientras que en la cabecera municipal se multiplican denuncias de violencia sin que exista una respuesta clara por parte de la autoridad local.

Vecinos señalan que, mientras la presidenta viaja y sostiene reuniones políticas en otros municipios, la inseguridad avanza sin freno, y las víctimas quedan relegadas a comunicados tardíos o a investigaciones que nunca se esclarecen. “Aquí la gente tiene miedo. Pero ella anda tomándose fotos con dirigentes”, criticó un residente de la colonia Jesús Martínez Ross.

Pese al intento de mostrar cercanía con la militancia fundadora de Morena, la realidad municipal evidencia una brecha creciente entre la agenda política de Mary Hernández y las necesidades inmediatas de la población. Los habitantes piden servicios básicos, seguridad, vigilancia y acciones concretas, no discursos de unidad partidista mientras la violencia se normaliza en las calles.

El contraste es claro: mientras la alcaldesa se proyecta como referente del morenismo, Felipe Carrillo Puerto enfrenta uno de sus momentos más críticos, sin estrategias visibles para frenar la ola delictiva ni garantizar la tranquilidad de sus habitantes. En un municipio donde la gente exige atención, la ausencia de la autoridad principal se siente más que nunca.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

 

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