Jorge Gonzalez Durán, acudió a la escuela Antonio Mediz Bolio, para inaugurar la biblioteca de aula deñ 3 A, a la cual le pusieron su nombre.

Jorge González Durán/CAMBIO 22

Hay días que vienen con una luminosidad especial. Que son como un regalo inesperado. Hoy fue uno de esos días.

Mi amigo el escritor y maestro Daniel Cabrera Padilla me invitó a la escuela Antonio Mediz Bolio, donde es docente, a conversar de poesía con sus alumnos del tercer grado de primaria. El motivo es que le pusieron mi nombre a la biblioteca de aula.

Asistí con la emoción de la gratitud por ese invaluable regalo en este último tramo existencial.

Conversar con las niñas y niños sobre los Aluxes, sobre la Salva y sobre las piedras sagradas de los mayas, fue una experiencia que deja una marca indeleble en el alma.

Con la vivacidad y el fulgor de la niñez cancunense con la que hoy conviví, me querda una certeza: la patria estará en buenas manos en el futuro.

Las semillas que hoy está sembrando la escuela pública mexicana serán mañana la arboleda del futuro.

Sólo puedo decir Gracias.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM/RCM

 

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