• La fiesta que por siglos simbolizó unión, fe y convivencia familiar, enfrenta hoy el deterioro de valores y el auge de la violencia en sus celebraciones.

 

  • El consumo desmedido de alcohol y drogas, junto con la falta de control, pone en riesgo el sentido cultural y espiritual de la Feria de los Reyes Magos

 

 

Renán Gabriel Castro Hernández/ CAMBIO 22

El Convite de Tizimín es el acto que abre cada año la Feria de los Reyes, una de las festividades más antiguas y emblemáticas del oriente de Yucatán.

Su origen se remonta a la época colonial, los primeros registros indican que en el siglo XVIII las imágenes de los Santos Reyes Magos de Oriente fueron encontradas en el ex convento franciscano de Tizimín; en 1745 se construyó el templo que los alberga y hacia 1760 se consagró la iglesia.

La fiesta se consolidó como una celebración de la Epifanía y para 1750 ya se tenía noticia de una feria en honor a Gaspar, Melchor y Baltazar.

La celebración se remonta a la época de la colonia española, la devoción a los Reyes Magos se estableció con la fundación del Convento de Tizimín por los franciscanos en 1563, sustituyendo deidades mayas por los santos cristianos.

Se documenta que la fiesta adquirió una identidad propia y una organización oficial a partir del año 1847.

Es desde entonces que la estructura de la fiesta, incluyendo el papel de los “diputados”, comenzó a consolidarse.

  • Si consideramos el arraigo histórico y religioso total, la tradición de los Reyes de Tizimín tiene más de 462 años de existencia (de 1563 a 2025).

 

  • Sin embargo, si hablamos específicamente del Convite como el ritual de petición de permiso y anuncio oficial de la feria, su formato tradicional y documentado data de mediados del siglo XIX, dándole aproximadamente 178 años de historia continua.

 

La Feria de los Reyes dura quince días en promedio (Pero suele variar según la administración municipal que lo encabece) y arranca el 28 de diciembre, cuando las imágenes de los Reyes son bajadas de sus nichos y procesionadas.

Además de las corridas de toros y la venta de ganado, la fiesta incluye la vaquería, la alborada (madrugada musical y de sincretismo religioso) y el convite, acto que anuncia la llegada de la feria.

La tradición también supone la plantación de una ceiba en la plaza para alejar a los malos espíritus.

Los diputados de feria: Custodios heredados de la fiesta

En el centro de la organización están los llamados diputados de feria, una decena de familias que heredan el honor de organizar cada una de las corridas y novenas.

La procesión durante el convite es un acto ritual donde la autoridad municipal (el alcalde) visita la casa de los Diputados de la Feria, los diputados son las personas o familias responsables de organizar las corridas de toros (las nonas) y otras actividades tradicionales, y el Convite es el acto en el que piden y reciben su permiso (o refrendan su compromiso) para llevar a cabo la fiesta.

Es una muestra de unión y coordinación entre la autoridad civil, la religiosa y la población.

Según historiadores y cronistas de la ciudad, la Feria de Tizimín tiene nueve diputados custodios de las imágenes, que se encargan de preparar las novenas (rezos vespertinos) y las nonas, rezos que empiezan a las tres de la madrugada y que se acompañan con música de jarana para “espantar a los espíritus”.

Roles en la Plaza de Toros de Tizimín

Los Diputados de Feria  Son los patrocinadores y organizadores de las nueve corridas de toros (nonas) que se realizan durante la Feria de Reyes (28 de diciembre al 20 de enero).

  • Rol en la Plaza: Cada Diputado es responsable de organizar y costear un día específico de corrida, incluyendo la contratación de toreros, el ganado y el espectáculo del día. Es un rol más de patrocinio y promoción de la fiesta brava.

Cada diputado también dirige una corrida de toros y abre su casa durante el convite para recibir a las autoridades, músicos, jaraneros y público en general.

El cargo es hereditario y conlleva la responsabilidad de conservar la tradición.

¿En qué consiste el convite?

El Convite se realiza el primer domingo de noviembre y tiene como principal objetivo anunciar oficialmente el inicio de las festividades de la Feria de Reyes de Tizimín, que se celebra del 28 de diciembre al 20 de enero.

El convite es una romería que recorre el municipio para invitar a los diputados a la feria.

Desde primeras horas de la mañana, grupos de jaraneros bailan frente al Palacio Municipal mientras la charanga marca el ritmo.

El derrotero empieza alrededor de las 11 de la mañana y se extiende por más de 10 kilómetros, por lo que dura de cinco a siete horas dependiendo de la cantidad de gente que se congregue.

Participan autoridades municipales, diputados, la reina de la feria y su corte, músicos y cientos de vecinos que se suman caminando, en carreta o a caballo.

El itinerario incluye la visita a las casas de los nueve diputados de feria, donde se ofrecen botanas, comida y bebidas, en cada parada se baila jarana y se escuchan discursos; al final, la comitiva llega a la Placita de Toros, donde se ofrecen espectáculos folclóricos y los cabalgantes descansan.

Estos detalles son corroborados por crónicas recientes, el convite de 2025 duró casi ocho horas y recorrió unos 10 kilómetros, mientras que las notas de preparativos calculaban más de 10 kilómetros y unas cinco horas de caminata.

A la par del cortejo a pie, en años más recientes se ha incorporado una cabalgata (caballos y jinetes) estos custodios de la fe escoltan la procesión, fortaleciendo el vínculo entre la feria y la vocación ganadera de la región.

Entre tradición y el exceso, la otra cara del convite

El tradicional Convite de Tizimín, celebrado el día de ayer, ha suscitado una profunda preocupación al transformarse de un acto de unidad y devoción en un evento masivo marcado por una escalada de violencia y descontrol.

La jornada se convirtió en un “ring de pelea” y un foco de excesos que amenaza la esencia familiar del festejo.

Aunque el Convite nació como una fiesta comunitaria para celebrar la unidad y la devoción, en los últimos años se ha transformado en un evento masivo marcado por excesos de alcohol, drogas y violencia.

El derrotero fue calificado por familias fundadoras de Tizimín como “una gran cantina”.

A lo largo del recorrido, la venta indiscriminada y el consumo excesivo de alcohol, sumado a la presencia de estupefacientes, generaron un ambiente caótico.

Los hombres se aglomeraban para rellenar sus vasos, y la música de la charanga se mezclaba constantemente con gritos, empujones y la gente en estados sumamente inconvenientes, esta situación hizo que la parte familiar se perdiera y lo que predominó fue la fiesta sin control.

El punto de mayor conflicto se registró después de las 3 y media de la tarde, cuando la comitiva comenzaba a llegar a la Placita de Toros, en este sitio, se desataron varias grescas que sobrepasaron la capacidad de la policía presente.


Se registraron más de 20 riñas menores, un número que muestra un aumento exponencial en la violencia atribuible al alto consumo de alcohol y drogas por parte de visitantes, en su mayoría provenientes de Cancún.

Pese a la intensidad de las confrontaciones, la jornada terminó con saldo blanco en términos de lesionados graves.

No obstante, las autoridades intervinieron rápidamente en la Placita de Toros para evitar que las peleas se agravaran.

El reporte de la Policía Municipal de Tizimín registró 17 detenciones por faltas administrativas relacionadas directamente con el desorden generado por la cerveza repartida y el alto consumo.

Estas escenas contrastan con ediciones anteriores, y advierten que la tolerancia a la ingesta de alcohol y estupefacientes amenaza con convertir el tradicional festejo en un foco rojo de inseguridad y desorden social.

El desorden observado en el Convite es un síntoma de un problema social más profundo que afecta a las generaciones actuales.

El aumento en el índice de inseguridad entre los jóvenes se conjuga con factores como el consumo desmedido de sustancias y la exposición a música de género “bélico” que exalta la violencia y el desafío a la autoridad.

Esta tendencia se agrava por la falta de valores sólidos y la escasa convivencia familiar, elementos que están siendo sustituidos por el exceso en el uso de dispositivos electrónicos, fomentando el aislamiento y la desregulación emocional.

Esta mezcla caótica es la que hoy palpa el desorden de una tradición de tantos años, valor cultural y civismo, mismos que, en apariencia, han desaparecido para estas nuevas generaciones que convierten el festejo en una vía de escape sin control ni respeto por el patrimonio histórico.

El reto de rescatar una tradición milenaria

El Convite de Tizimín nació como un acto religioso y comunitario, donde las familias agradecían a los Reyes Magos por las cosechas y pedían protección, hoy sigue siendo el anuncio oficial de la Feria de Reyes y un espacio en el que jaraneros, cabalgantes y diputados honran a sus antepasados.

Las crónicas de 2025 en la mayoría de medios muestran que miles de personas participaron bailando jarana, luciendo trajes regionales y visitando las casas de los diputados.

Muchos vecinos señalan que aún es una fiesta de convivencia familiar y de orgullo tizimileño.

Sin embargo, la efervescencia contemporánea amenaza con empañar ese legado, la venta de alcohol a granel, la distribución de cerveza desde camiones, la presencia de drogas y las riñas recurrentes han convertido el convite en un riesgo.

Para rescatar la tradición, especialistas y habitantes proponen regular la venta y consumo de bebidas alcohólicas, reforzar la seguridad en la Placita de Toros y convocar a la sociedad a recuperar el sentido original de la fiesta, un encuentro de fe, música y familia.

La historia del Convite de Tizimín enseña que las tradiciones son vivas y se adaptan, pero también que requieren cuidado.

Frente al aumento de la violencia, las autoridades y la comunidad deben decidir si priorizan el negocio y la diversión desmedida o si protegen un patrimonio cultural que pertenece a todos.

Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22

cambio22digitalcun@gmail.com

GCH

WhatsApp Telegram
Telegram


WhatsApp Image 2025 11 30 at 12.28.27 AM
WhatsApp Image 2025 11 30 at 12.28.27 AM