Abandonan a Hombre Golpeado y Atado Frente al Panteón Campos del Recuerdo en Chetumal

• Se encontraba consciente, aunque desorientado.

Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22

CHETUMAL, 31 de octubre. – La violencia volvió a sacudir las calles de la capital del estado la tarde de este viernes, cuando ciudadanos reportaron al número de emergencias 911 el hallazgo de un hombre tirado, amarrado de pies y manos y con visibles signos de golpes, frente al panteón Campos del Recuerdo, sobre la avenida Maxuxac con Camino al Cielo. El reporte fue recibido a las 17:30 horas, generando una rápida movilización de cuerpos de emergencia y unidades de la Policía Municipal y Estatal, quienes confirmaron el hallazgo.

De acuerdo con los primeros informes, el hombre, identificado como Pablo G. P., vestía short azul y camisa negra, y se encontraba consciente, aunque desorientado. Refirió a las autoridades que hace unos 20 minutos había sido abandonado en el lugar por un vehículo, del cual no logró identificar características, y que había sido golpeado por varios sujetos. La escena generó consternación entre los vecinos, quienes alertaron sobre la falta de vigilancia en una zona que, pese a su cercanía con áreas habitacionales y el panteón, suele permanecer poco transitada.

Al sitio arribaron elementos de la Unidad K9 y paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), quienes estabilizaron al lesionado y procedieron a su traslado al Hospital General de Chetumal para recibir atención médica. Aunque no se confirmó su estado de salud, las autoridades indicaron que la víctima presentaba contusiones múltiples y posibles fracturas derivadas de la agresión. Hasta el momento, no se han identificado a los responsables ni el motivo del ataque, por lo que el caso quedó a disposición de la Fiscalía General del Estado para su investigación.

La falta de cámaras, patrullaje y atención social efectiva refuerza la percepción de abandono institucional en ciertos sectores de Chetumal. Lo ocurrido frente al Campos del Recuerdo refleja un acto de brutalidad individual y el deterioro de la seguridad, así como de la empatía colectiva en una ciudad que, poco a poco, parece acostumbrarse al silencio frente a la violencia cotidiana.

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