Erosión Costera en Yucatán Acelera la Pérdida de Playas por Obras Mal Planeadas y Desarrollo Inmobiliario
27 Oct. 2025
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Investigadores de la UNAM y del Cinvestav advierten que los espolones, geotubos y escolleras alteran el flujo natural del sedimento y agravan la erosión en Progreso, Telchac y Chelem
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Proponen dragados más frecuentes, sistemas de bypass y retiro de estructuras ilegales para recuperar el equilibrio natural de la costa yucateca
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El flujo natural de la arena va de este a oeste y las obras lo interrumpen
Renán Gabriel Castro Hernández/ CAMBIO 22
La costa norte de Yucatán siempre ha vivido en movimiento, investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indican que el sedimento se desplaza de este a oeste impulsado por las brisas y corrientes, esta dinámica mantiene el equilibrio natural, mientras en un tramo la playa pierde arena, en otro la gana.
Sin embargo, ese balance se rompe cuando particulares y autoridades colocan espolones, muros, geotubos y otros “remedios”, el oceanógrafo Christian Appendini, ex coordinador de la Unidad Académica Sisal del Instituto de Ingeniería de la UNAM, señala que estas obras interrumpen el tránsito del sedimento y generan acumulación de un lado y erosión del otro.
El mismo especialista recuerda que tras monitorear obras entre Progreso y Telchac se comprobó que estructuras hechas para retener arena en una zona acabaron arrasando playas adyacentes.
Un “bypass” como alternativa
En un estudio de 2018, la UNAM propuso instalar sistemas de trasvase de arena (bypass) para restablecer el flujo natural sin detenerlo.
La idea es pasar sedimento de manera continua desde el lado donde se acumula hacia el oeste y evitar que el mar tome arena de las playas existentes, Appendini insiste en que dragar canales cada dos o tres años no basta; los dragados deberían realizarse con mayor frecuencia o implementarse sistemas fijos para transportar el material.
Además, advierte que cualquier obra necesita estudios previos, pues muchas intervenciones improvisadas multiplican los daños.
Estructuras improvisadas: espolones y geotubos que “curan” un tramo y destruyen otro
Las bolsas de arena y espigones que aparecen en el malecón de Progreso no son una solución sostenible, el ingeniero Appendini advierte que los costales instalados en algunas viviendas y negocios “no resuelven mucho e incluso pueden empeorar la situación”, porque el efecto del oleaje se desplaza a la playa contigua.
Su valoración se basa en una dinámica simple: si cada vecino coloca un espolón, el problema se traslada al siguiente y termina replicándose en cadena. El investigador Eduardo Batllori, del Cinvestav Mérida, describe esta dinámica como un ciclo en el que cada propietario instala su estructura tras una tormenta y, en lugar de retirarla, el vecino pone otra; así, “el daño se multiplica”.
Para combatir la erosión, el Ayuntamiento de Progreso comenzó en octubre de 2025 la instalación de geotubos grandes cilindros de geotextil de seis a diez metros de largo y hasta 1.5 metros de diámetro en el malecón tradicional. Estas estructuras reducen la energía de las olas y permiten que la arena se deposite frente a ellas.
El proyecto abarca desde la Playa Incluyente (calle 66) hasta las letras turísticas del malecón y es el segundo intento en esa zona. Sin embargo, su efectividad está en discusión, especialistas señalan que los geotubos tienen resultados dispares, pueden romperse en menos de un año y alterar las corrientes, aumentando la erosión en otros puntos.
Otro reporte subraya que, aunque los geotubos pueden disminuir la erosión temporalmente, su durabilidad es limitada y algunos científicos consideran que pueden agravar la erosión y dañar la fauna marina.
Costos ambientales y sociales de las “soluciones” rápidas
Los remedios improvisados no solo trasladan el problema sino que también interrumpen el flujo de sedimentos. La Tarjeta de Reporte para la Costa Yucateca del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera (Lanresc) documentó que las escolleras construidas para mantener abiertas las entradas de los puertos de abrigo causan acumulación de arena en el lado este y erosionan las playas al oeste.
Asimismo, el fenómeno se acelera con los espolones y geotubos; los académicos señalan que estas estructuras tuvieron su “boom” en los años 80, cuando propietarios alarmados comenzaron a instalar obras sin estudios, agravando el problema.
El impacto se observa en cifras. Estudios regionales indican que en toda la península se perdieron 19 metros de playa en promedio entre 1980 y 2019, y que en 2007 el 27 % de la franja costera tenía viviendas a menos de 10 metros del mar.
Imágenes satelitales muestran retrocesos de hasta 100 metros tierra adentro en algunos puntos de Telchac.
El investigador Jorge Euán ha detectado pérdidas de hasta seis metros al año y considera a Chelem, Chuburná y Chicxulub comisarías de Progreso como focos rojos.
La erosión no solo borra paisajes, afecta al turismo, daña viviendas y obliga a pescadores a arriesgar sus lanchas en costas mermadas.
Erosión, desarrollo desordenado y cambio climático: un problema complejo
Además de las obras mal planificadas, la costa yucateca enfrenta presiones globales. El calentamiento global incrementa la frecuencia e intensidad de huracanes y aumenta el nivel medio del mar. Batllori advierte que estos factores provocarán mayor pérdida de arena en las próximas décadas, estimando que hacia 2050 podrían perderse tramos significativos de costa y ponerse en riesgo la primera línea de viviendas.
A ello se suma la expansión inmobiliaria, reportes de Diario Cambio 22 denuncian que el boom turístico y residencial ha invadido zonas de duna y manglar, donde la ley prohíbe construir a menos de 20 metros de un manglar o 40 metros de un cuerpo de agua.
Se Incrementa el Fenómeno de Desaparición de Playas Yucatecas por la Erosión en la Costa
Pese a estas normas, existe un número alarmante de espolones y escolleras sin autorización.
La falta de planeación urbana y la corrupción en la obtención de permisos han permitido levantar condominios y casas de veraneo donde las playas están más desgastadas.
El puerto de Yucalpetén, construido en 1968, es señalado como detonador de la erosión en la zona poniente al modificar el flujo natural de las corrientes.
La ampliación del muelle de Progreso a finales de los años 80 y la construcción de puertos de abrigo excavados en humedales han agravado el problema; para mantener los canales abiertos se levantaron escolleras que bloquean el transporte de arena.
¿Qué hacer ahora?
Expertos coinciden en que no existe una solución universal, pero sí medidas básicas:
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Restablecer el flujo natural de sedimentos mediante sistemas de bypass y dragados más frecuentes.
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Retirar espolones y estructuras ilegales y prohibir nuevas obras sin estudios ambientales.
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Prohibir la construcción en dunas y zonas de manglar y hacer cumplir los programas de ordenamiento ecológico.
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Integrar planes de adaptación al cambio climático que incluyan la recuperación de dunas y manglares, vegetación que actúa como barrera natural.
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Educar a los propietarios y al sector turístico sobre la dinámica de las playas para evitar medidas improvisadas.
La erosión en Yucatán no es un fenómeno aislado sino el resultado de decisiones humanas combinadas con procesos naturales, como resume Appendini, el problema de la costa yucateca “es la mala gestión en la zona costera y un desarrollo desordenado”.
Para evitar que el mar siga devorando las playas, la ciencia propone soluciones basadas en el entendimiento de esos procesos y en la recuperación del equilibrio natural, la pelota está en la cancha de las autoridades y de la sociedad; de su capacidad para coordinarse dependerá que Yucatán no pierda su línea de costa.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
GCH

























