Federico Arreola / CAMBIO 22

Ricardo Salinas Pliego primero se burló de la presidenta Claudia Sheinbaum y del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Después recurrió al clásico, entre la gente como él, casi respeto para dirigirse a la presidenta —no llegaron sus palabras al respeto sin reservas, pero ya fue sorprendente y hasta digno de admiración que el dueño de Elektra y TV Azteca le bajara un par de rayitas a los insultos—.

El hecho es que, casi respetuosamente don Ricardo, después de haber ofendido a la presidenta y al expresidente, se comprometió a pagar menos de la cuarta parte de los impuestos que se le exigen en distintos juicios que han llegado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

¿Cómo se llama ese estilo de negociación? Respuesta dada por la inteligencia artificial de Google: “Te escupo y te pido”. Enseguida lo describo, sin comillas, tal como lo presenta esa fuente —al final viene la fórmula para contrarrestar semejante táctica negociadora—.

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El estilo de negociación que se describe como ‘te escupo y te pido’ no es una técnica formalmente reconocida, sino una metáfora que alude a una táctica agresiva y manipuladora en la que un negociador primero ataca, descalifica o humilla a la otra parte para después pedirle un favor o una concesión.

Características de esta táctica

Este comportamiento combina dos acciones muy diferentes para desequilibrar al oponente:

1.- La agresión (“te escupo”): Se utiliza una fase inicial de ataque o desprecio para debilitar la posición emocional y psicológica del otro. Esto puede manifestarse como un insulto directo, un comentario despectivo o un desplante público.

2.- La súplica (“te pido”): Tras el golpe, se cambia de actitud de forma repentina, pasando a una postura de ruego o necesidad. Este cambio brusco busca generar confusión, culpa o lástima en la otra persona.

Motivación y objetivos

Quien utiliza esta táctica busca los siguientes resultados:

1.- Desestabilizar emocionalmente: Provocar una reacción de sorpresa, ofensa o incomodidad en la contraparte para que baje la guardia y no piense con claridad.

2.- Reducir las expectativas del oponente: Al descalificarlo, el negociador espera que la otra parte acepte un trato menos favorable por la baja autoestima que le ha generado.

3.- Aprovechar la culpa: La súplica posterior explota la incomodidad de la otra persona, que puede sentirse presionada a conceder algo para aliviar la tensión o el malestar provocado por el ataque previo.

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¿Cómo contrarrestar la estrategia del “te escupo y te pido”?

1.- Mantener la calma: Evita reaccionar de forma impulsiva a las provocaciones. El atacante busca una respuesta emocional, por lo que no ceder a ella le quita poder a la agresión.

2.- Identificar la táctica: Reconocer que se está ante una manipulación es el primer paso para no caer en la trampa.

3.- Separar a la persona del problema: Concéntrate en los hechos y el objetivo de la negociación, no en los ataques personales.

4.- No conceder por lástima: No aceptes una oferta desfavorable solo para salir de la situación incómoda. Si la otra parte no puede negociar con respeto, es mejor detener el proceso.

5.- Exigir respeto: Puedes señalar que el comportamiento es inaceptable y que no continuarás hasta que se establezca una comunicación respetuosa.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

KXL/RCM

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