Pascal Beltrán del Río / CAMBIO 22

La decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de no asistir a la X Cumbre de las Américas, que se celebrará en Punta Cana, República Dominicana, los próximos 4 y 5 de diciembre, es una equivocación que subraya una preocupante continuidad en la política exterior mexicana. La mandataria ha confirmado que no acudirá al encuentro y, en su lugar, se contempla el envío de un representante de la Secretaría de Relaciones Exteriores. La justificación es su rechazo a la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y la “necesidad de estar atendiendo al país”.

Si bien la postura de México de abogar por la inclusión de todos los países del hemisferio es un principio loable, la realidad es que el concepto de la Cumbre de las Américas, como se ha redefinido en los últimos años, se centra en la defensa de la democracia. La marginación de estos tres países, que ya ocurrió en la edición de 2022 en Los Ángeles, responde a un criterio multilateral que los señala como regímenes que han implementado políticas represivas y no democráticas, autoalejándose de la comunidad hemisférica. En este contexto, la protesta con una silla vacía no sólo carece de efectividad, sino que aísla a México de la mesa de diálogo.

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Sería una estrategia mucho más constructiva que la presidenta Sheinbaum acudiera a Punta Cana, donde se espera la asistencia de líderes clave como el anfitrión, el presidente Luis Abinader, y la posible presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney. En ese foro, rodeada de sus pares, podría manifestar con mucha más fuerza y convicción su opinión sobre las exclusiones y abogar por un debate democrático, en lugar de reducir el mensaje de México a una ausencia.

Este incidente en la Cumbre no es un hecho aislado. Se inscribe en una serie de gestos que, en su conjunto, son percibidos como una confrontación innecesaria con Washington, y que tienen un costo real a nivel de percepción internacional. En un momento crucial, en vísperas de la primera revisión conjunta del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), prevista para iniciarse el 1 de julio de 2026, adoptar una política que genera fricciones con nuestros principales socios comerciales es un error estratégico.

Entre estos gestos, destaca el presunto incremento en el envío de petróleo mexicano a Cuba, que Sheinbaum ha justificado como “ayuda humanitaria”, pero que se realiza en un contexto de sanciones estadunidenses. Un gesto que, independientemente de sus intenciones, es visto como un desafío directo. De igual manera, su respuesta de “sin comentarios” ante la pregunta sobre el Premio Nobel de la Paz 2025 otorgado a la líder opositora venezolana María Corina Machado, si bien se escudó en el principio constitucional de soberanía y autodeterminación de los pueblos, representa una calculada distancia que minimiza el reconocimiento internacional a una defensora de la democracia.

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Todo esto significa la continuación de una política de alejamiento de los foros internacionales, una tendencia marcada durante la administración del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se convirtió, por decisión propia, en el mandatario que menos viajó al extranjero desde Gustavo Díaz Ordaz. Esta política, que prioriza la agenda doméstica y usa la política exterior para consumo interno, resta protagonismo a México en la escena global.

El problema de este aislacionismo es que contraviene la necesidad de México de proyectarse como un actor internacional activo, algo fundamental para atraer la inversión extranjera directa, especialmente en el contexto del nearshoring. En un mundo que busca reconfigurar sus cadenas de suministro, un México que se confronta con su principal socio comercial o que se ausenta de los grandes debates hemisféricos es un México que genera incertidumbre jurídica y resta atractivo a los inversionistas. La política exterior no debe ser un arma ideológica, sino una herramienta pragmática para promover el desarrollo interno. La ausencia en Punta Cana es, sencillamente, un lujo que México no se debe permitir en estos momentos.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

KXL/RCM

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