Ubican a la Marina Colombiana Entre las 10 Mas Poderosas del Mundo
11 Oct. 2025
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Un ranking internacional cambió las reglas del juego: Colombia ya no es solo una fuerza regional, sino un jugador global. Con 233 embarcaciones, submarinos de última generación y alianzas con potencias extranjeras, su Armada se convirtió en una de las más avanzadas del planeta
Redacción / CAMBIO 22
Durante décadas, América Latina no había figurado entre los protagonistas de la competencia naval mundial. Pero algo está cambiando. Colombia, hasta hace poco considerada una potencia regional, ha logrado colarse entre los diez países con mayor poder marítimo del planeta, superando incluso a Brasil. Su modernización militar es tan ambiciosa que ya está reescribiendo el equilibrio geoestratégico de la región.

La nueva era militar de Colombia
El salto colombiano no ocurrió de la noche a la mañana. Es el resultado de una estrategia de largo plazo centrada en tecnología, entrenamiento y cooperación internacional. Durante años, la Armada Nacional ha invertido en modernizar su flota, incorporando patrulleras oceánicas de última generación, fragatas multipropósito y submarinos con sistemas de detección avanzada.
El ranking de Global Firepower confirmó lo que muchos observadores ya intuían: la transformación naval de Colombia la coloca junto a potencias históricas como Rusia, India o Suecia. En la clasificación global de 2025, el país figura en el décimo puesto, con 233 embarcaciones, muy por encima de gigantes regionales como Brasil, México o Chile.
Para un país cuya costa abarca tanto el Caribe como el Pacífico, dominar el mar se ha convertido en una prioridad estratégica. Las nuevas rutas comerciales, los recursos marítimos y la vigilancia de fronteras energéticas forman parte de un tablero geopolítico donde Colombia empieza a mover piezas de peso.

Tecnología y entrenamiento: los pilares del salto
El éxito colombiano no radica solo en el número de buques, sino en su nivel tecnológico y capacidad operativa. Según el informe, la Armada dispone de 217 patrulleros, 4 submarinos, 2 corbetas y 4 fragatas, todas actualizadas con sistemas de radar, comunicación y defensa electrónica de última generación.
En paralelo, el país ha invertido en formación militar de élite, con programas conjuntos junto a potencias como Estados Unidos, Reino Unido y Corea del Sur. Estas alianzas le han permitido adoptar tácticas modernas, realizar ejercicios internacionales y mejorar la interoperabilidad con otras fuerza
Pero quizá el mayor avance está en su infraestructura naval. Los nuevos astilleros y centros de mando integrados le otorgan autonomía tecnológica: la capacidad de construir y mantener su propio arsenal sin depender completamente de proveedores extranjeros. Un paso que pocos países de la región han logrado dar.

El peso de la cooperación internacional
El ascenso de Colombia también está vinculado a su papel en misiones internacionales de seguridad marítima y operaciones de paz. La participación en ejercicios combinados ha fortalecido su reputación y le ha permitido probar sus capacidades frente a desafíos reales, desde la lucha contra el narcotráfico hasta la protección de rutas estratégicas.
Además, la colaboración con la OTAN en materia de inteligencia y vigilancia marítima ha consolidado su posición como socio confiable en el Atlántico. Para los analistas militares, Colombia ha entendido que la defensa moderna no depende solo del armamento, sino de la integración global y el intercambio tecnológico.
Lo que comenzó como una política de defensa costera terminó convirtiéndose en un proyecto de presencia internacional.

Un nuevo tablero geoestratégico
El ranking de Global Firepower lo deja claro: las diez flotas navales más poderosas del mundo son China (754 buques), Estados Unidos (440), Rusia (419), Indonesia (331), Suecia (308), India (293), Tailandia (293), Sri Lanka (270), Finlandia (264) y Colombia (233). Ver a un país latinoamericano en esa lista no solo sorprende; redefine el panorama militar global.
La modernización de Colombia demuestra que las potencias emergentes pueden desafiar el orden establecido con planificación, innovación y constancia. En un continente donde el mar suele ser territorio olvidado, Bogotá ha hecho del océano una extensión de su influencia política y económica.
Colombia ha dejado de ser una espectadora en el tablero militar. Con su flota expandida, su entrenamiento internacional y su visión estratégica, se ha convertido en una nueva voz dentro del equilibrio global.
Y aunque todavía no rivaliza con los gigantes, su mensaje es claro: América Latina también puede escribir su propia historia de poder.
Fuente: Gizmodo
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