Taruk Eléctrico y el Desafío de la Movilidad en Quintana Roo: Modernización con Costos Millonarios y Lecciones del Va-y-Ven
10 Oct. 2025
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El nuevo autobús 100 % mexicano presentado por la gobernadora Mara Lezama simboliza la transición hacia un transporte más limpio, pero enfrenta una realidad de cobertura insuficiente y altos costos operativos en Cancún y Chetumal.
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Mientras el modelo yucateco del Va-y-Ven acumula subsidios por más de mil millones de pesos, el reto para Quintana Roo será evitar que la modernización del transporte público se convierta en una carga financiera insostenible.
Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22
La gobernadora Mara Lezama presentó hace unos días el autobús eléctrico Taruk, un vehículo de 9.5 metros, 100 % fabricado en México y con autonomía hasta de 350 km por carga, como parte de la modernización del transporte público de Chetumal.
En su mensaje oficial se insistió en que este camión brindará un “transporte público digno” y sustentable, prueba piloto de un proyecto de movilidad urbana eficiente.
Sin embargo, ese anuncio ocurre en un contexto de fuertes deficiencias en la movilidad de Quintana Roo, más allá de los planes futuristas, la realidad diaria es que miles de habitantes de Cancún y otras ciudades enfrentan un servicio fragmentado e insuficiente; cubrir las necesidades de transporte masivo implica costos muy elevados.
Dato interesante 👉El nombre Taruk proviene del idioma yaqui y significa “correcaminos”, una elección simbólica que busca representar la velocidad, resistencia y adaptabilidad de este nuevo modelo. De acuerdo con la empresa mexicana DINA Camiones, encargada de su fabricación, el Taruk fue completamente diseñado y ensamblado en México, con componentes desarrollados por Megaflux, el Conacyt y la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Su motor se produce en Iztapalapa y el proceso de ensamblaje se realiza en Ciudad Sahagún, Hidalgo, lo que refuerza el carácter nacional de este proyecto que busca posicionarse como un referente de electromovilidad sustentable en el país.
Características del autobús:
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Tipo: Midibús de 9.5 metros de longitud.
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Capacidad: 60 a 65 pasajeros, la mitad sentados.
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Autonomía: 385 km en pruebas de rendimiento.
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Carga: 2 horas de carga para una autonomía de 200 km.
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Accesibilidad: Cuenta con acceso para personas con capacidades diferentes
Desafíos del transporte público en Quintana Roo: cobertura insuficiente y costos ocultos
En Cancún, la principal ciudad del estado, el sistema de transporte público padece graves carencias, en total operan unas 600 unidades de autobús público regular, además de más de 2,000 “combis” y alrededor de 1,700 mototaxis, pero ninguno de estos vehículos está adaptado para personas con discapacidad. Como concluye un reportaje local, el sistema “no solo es deficiente, sino insuficiente” para la demanda actual.
Además, gran parte de la cobertura recae en operadores informales (como combis y mototaxis) que trabajan en condiciones precarias.
En muchos casos, los usuarios no tienen más opción que recurrir a taxis pagos o a largas esperas, un entrevistado en Cancún narró que debe pagar 700–800 pesos por cada viaje en taxi para acceder a servicios médicos en la ciudad, lo que significa unos 1,500–1,600 pesos por ida y vuelta, desde una ubicación retirada de los centros médicos.
En la ciudad, un viaje en taxi cuesta entre $100 y $150 pesos, es decir, más de ocho veces lo que se paga en promedio por el transporte público en los principales corredores urbanos.
La situación ha generado reclamos ciudadanos y presión política, en la reciente consulta estatal de movilidad, el 82 % de los usuarios quintanarroenses apoyó subir la tarifa del transporte público, siempre y cuando el servicio “mejore” y sea más eficiente.
El gobierno estatal afirma que escuchará a la población para avanzar hacia un sistema “más eficiente, seguro e inclusivo”, sin embargo, la pregunta crucial es cuánto costaría efectivamente ofrecer esa movilidad digna que se demanda, cualquier mejora (flota nueva, tecnología, subsidios) requeriría recursos millonarios por el alto costo de cubrir tantas rutas y usuarios.
¡#Chetumal avanza con un nuevo transporte público y moderno!
Bajo el liderazgo de la gobernadora @MaraLezama, presentamos #Taruk, el camión 🚍 100% eléctrico y hecho en México que se integra al nuevo sistema de transporte público de la capital. pic.twitter.com/FVR3rOljgg
— Gobierno Quintana Roo (@GobQuintanaRoo) October 8, 2025
Taruk eléctrico y las lecciones de Yucatán: modernización entre costos millonarios
Para la gobernadora Lezama, el Taruk simboliza la visión de una movilidad más limpia y eficiente: 60 pasajeros (28 sentados) por unidad, motor de 100 kW y cero emisiones locales.
En la fase actual de pruebas, él realiza recorridos piloto en Chetumal para evaluar su desempeño técnico, la eficiencia energética, costos operativos y la experiencia de los usuarios.
“El transporte público digno será una realidad en Quintana Roo”, afirmó la mandataria, señalando que a inicios del año próximo el autobús comenzará a operar formalmente.
El director del IMOVEQROO, Rafael Hernández Kotasek exfuncionario de Yucatán también participó en el lanzamiento, asegurando que el proyecto busca combinar innovación tecnológica y visión urbana para avanzar en electromovilidad.
No obstante, el modelo yucateco del Va-y-Ven ofrece una advertencia para este tipo de iniciativas, ese sistema integrado de transporte en Mérida arrancó en 2021 con flota nueva, rutas ordenadas y tarjeta única, moviendo al principio medio millón de pasajeros diarios.
Sin embargo, el sistema jamás logró equilibrar sus finanzas, el subsidio estatal para mantenerlo superó los 1,000 millones de pesos en 2025, y los ingresos por pasajes (12 pesos la tarifa general) cubrían menos de la cuarta parte del costo real de operación.
Mientras el usuario paga 12 pesos, el costo real por pasajero rondaba los 40–45 pesos, financiado por el gobierno.
Las rutas sufrieron recortes, reportes recientes indican esperas de 40–60 minutos y el regreso de los antiguos camiones “convencionales” para sustituir a las unidades modernas en huelga.
En resumen, el Va-y-Ven está en crisis: sus operadores exigen pagos atrasados, los usuarios protestan por demoras y las autoridades admiten que el modelo heredado es “costoso e inviable” sin grandes ajustes. El dilema es económico, eliminar el sistema sería aún más caro.
Cálculos técnicos estiman que reemplazar los 500,000 viajes diarios del Va-y-Ven por taxis o autos particulares costaría 38 pesos adicionales por viaje, equivalentes a 19 millones diarios (casi 7 mil millones al año), siete veces más que el subsidio actual, es decir, aunque el Va-y-Ven tenga problemas, su desmantelamiento implicaría un gasto social altísimo.
Por ello, al introducir un autobús eléctrico es clave considerar estos costos, El Taruk puede reducir emisiones, pero no resuelve por sí solo la carencia de flota ni la logística urbana. Al contrario, requerirá sostenerse financieramente con subsidios o tarifas más altas.
En ese sentido, proyectos en otras latitudes ofrecen ejemplo de cómo escalar la electrificación, por ejemplo, Chile lidera en Latinoamérica el uso de autobuses eléctricos.
Santiago incorporó más de 3,200 unidades de este tipo y planea llegar a 4,400 para 2026, de modo que el 70 % de su flota sea eléctrica.
Las autoridades chilenas presumen que es la ciudad con más buses eléctricos fuera de China, pero el esfuerzo se acompaña de renovaciones masivas de infraestructura y balances presupuestales que den sustento al cambio tecnológico.
En conclusión, el Taruk representa una apuesta por la modernidad y la sustentabilidad que la ciudadanía demanda, pero la experiencia muestra que instalar nuevos vehículos es solo una parte del rompecabezas.
Se necesitará una planificación integral (revisión de concesiones, políticas tarifarias y subsidios) para que el costo de brindar un transporte público de calidad no recaiga exclusivamente sobre los usuarios ni sea impagable para el erario, como advierte el caso del Va-y-Ven, un modelo ambicioso sin base financiera sólida puede convertirse en “una carga difícil de sostener”.
La gran pregunta que queda abierta es si Quintana Roo aprenderá de esas lecciones, o repetirá los pasos del pasado mientras trata de cubrir con recursos millonarios la necesidad ineludible de movilidad urbana.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
GCH

































