Redacción/CAMBIO 22

El Papa facilitó personalmente el intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania, tal y como ha confirmado en un encuentro con jesuitas al final de su viaje a Kazajistán, cuyo contenido ha sido trascrito por el director de la revista ‘La Civiltà Cattolica’, el padre Antonio Spadaro, que estuvo presente en la reunión.

“Me trajeron una lista de más de 300 presos. Me pidieron que hiciera algo para hacer un intercambio. Llamé inmediatamente al embajador ruso para ver si se podía hacer algo, si se podía acelerar un intercambio de prisioneros”, explica el Pontífice.

Esa lista le fue entregada durante una reunión en el Vaticano con algunos ucranianos que fueron a verle. “Entre ellos estaba el vicerrector de la Universidad Católica de Ucrania, acompañado por el consejero del presidente para asuntos religiosos, un evangélico”, explicó Francisco en su encuentro en Kazajistán con 19 jesuitas que trabajan en la llamada ‘Región Rusa’ de la Compañía de Jesús.

“Hablamos, discutimos. También vino un jefe militar encargado del intercambio de prisioneros, de nuevo con el asesor religioso del presidente Zelensky”, detalla el Papa.

El Pontífice siempre ha querido mantener la puerta del diálogo abierta desde el primer momento del conflicto. “Quiero recordar que al día siguiente del comienzo de la guerra fui a la embajada rusa –dijo recordando su conversación con el embajador de Moscú ante la Santa Sede–. Fue un gesto inusual: el Papa nunca va a la Embajada. Sólo recibe personalmente a los embajadores cuando presentan sus credenciales, y al final de su misión en una visita de despedida. Le dije al embajador que me hubiera gustado hablar con el presidente Putin siempre que me dejara una pequeña ventana para el diálogo”.

Al mismo tiempo, según detalló, también recibió al embajador ucraniano y habló dos veces con el presidente Zelensky por teléfono. “Envié a Ucrania a los cardenales Czerny y Krajewski, que llevaron la solidaridad del Papa. El secretario para las Relaciones con los Estados, Monseñor Gallagher, ha visitado el país. La presencia de la Santa Sede en Ucrania tiene el valor de aportar ayuda y apoyo. Es una forma de expresar una presencia”, comentó.

De nuevo, el Pontífice no descartó un viaje a Kiev: “Tenía en mente ir. Me parece que la voluntad de Dios no es ir en este preciso momento; sin embargo, ya veremos más adelante”.

Además, volvió a calificar la invasión de Ucrania “como una agresión inaceptable, repugnante, insensata, bárbara y sacrílega….” y también reveló que cuando el ejército ruso invadió el pasado 24 de febrero Ucrania le entregó a un obispo católico ucraniano que vino a verle al Vaticano todas sus impresiones en un documento.

“Aquí la víctima de este conflicto es Ucrania. Me propongo reflexionar sobre por qué no se evitó esta guerra. Y la guerra es como un matrimonio, en cierto modo. Para entenderlo, hay que investigar la dinámica que desarrolló el conflicto. Hay factores internacionales que contribuyeron a provocar la guerra. Ya he recordado”, reiteró también el Papa.

Además, explicó que un jefe de Estado, del que no reveló la identidad, fue a visitarle en diciembre del año pasado al Vaticano y le comentó que “estaba muy preocupado porque la OTAN había ido a ladrar a las puertas de Rusia sin entender que los rusos son imperiales y temen la inseguridad en las fronteras”.

En este sentido, precisó que no se trata de una justificación errónea, sino de la preocupación por las consecuencias. “Expresó su temor de que esto provocara una guerra, que estalló dos meses después. Por lo tanto, no se puede ser simplista al razonar sobre las causas del conflicto. Veo imperialismos en conflicto. Y, cuando se sienten amenazados y en decadencia…”, observó el Papa, que concluyó que “los imperialismos reaccionan pensando que la solución es iniciar una guerra”.

 

Fuente Europa Press
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RHM

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