Redacción / CAMBIO 22

Felipe Carrillo Puerto, 3 de octubre .– La lluvia volvió a exhibir lo que muchos llaman “fraude disfrazado de infraestructura”: las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, Zona Centro, quedaron al descubierto en deplorables condiciones, pese a que el edificio fue inaugurado hace menos de siete años, durante la administración de Carlos Joaquín González.

En redes sociales circulan imágenes y videos que muestran cómo el agua cae a raudales del techo, convirtiendo oficinas en auténticas cascadas, lo que no solo refleja el pésimo estado de la construcción, sino que además pone en riesgo a trabajadores y ciudadanos que acuden al lugar.

Los usuarios no tardaron en reaccionar: cientos de comentarios señalan la “corrupción evidente” detrás de estas obras públicas que, a pesar de haber costado millones de pesos, se encuentran hoy prácticamente en ruinas. En los señalamientos también aparece el nombre del exfiscal Óscar Montes de Oca, bajo cuya gestión se ejecutaron y supervisaron proyectos similares.

Lo alarmante es que no existe hasta el momento un comunicado oficial que explique por qué una construcción de tan reciente fecha presenta un deterioro de este nivel. Ni la Fiscalía ni autoridades estatales han dado la cara para aclarar el uso de los recursos públicos o deslindar responsabilidades.

El caso revive una vieja herida en Quintana Roo: la constante denuncia ciudadana sobre obras públicas mal planeadas, sobrevaluadas y entregadas al vapor, que terminan abandonadas o inservibles en pocos años. Mientras tanto, la ciudadanía sigue pagando las consecuencias de una corrupción que no se esconde ni con los techos más costosos.

El edificio que debía garantizar justicia ahora es ejemplo del abandono y la desvergüenza con que se administran los recursos públicos. Una obra joven, pero ya podrida por dentro.

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

GPC/RCM

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