• Concesionarios redujeron hasta 50% de la flota por falta de pagos, mientras el gobierno ha destinado más de 1,300 millones de pesos al sistema en 2025.

 

  • Ante la escasez de unidades modernas, la ATY reintrodujo camiones antiguos y taxis en varias rutas, elevando costos y afectando la calidad del servicio.

 

 

Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22

La situación del sistema Va y Ven en Yucatán ha sido calificada de crisis, concesionarios del transporte han anunciado recortes drásticos en su flota debido a impagos por parte de la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY). Medios locales confirman que estas empresas retiraron gradualmente unidades llegando a operar con un 50% menos de camiones a partir del 21 de julio de 2025.

A su vez, informes oficiales revelan que el gobierno destinó más de 834 millones de pesos en 2025 para el sistema, y a la fecha ya lleva inyectados más de 1,300 millones, lo que subraya el alto costo operativo.

En contraste, la demanda del servicio es baja, apenas el 48.2% de ocupación en hora pico, según datos de la propia ATY. En general, diversos reportes coinciden en que la red cubre la mayoría de Mérida (73% del área metropolitana) pero adolece de insuficiencia financiera, lo cual ha llevado a muchos usuarios a optar por vehículo propio o motocicleta.

Medios y datos oficiales sobre la crisis

Los datos oficiales y periodísticos confirman la situación de crisis, en julio de 2025, las empresas concesionarias emitieron un comunicado anunciando reducciones de flota progresivas por “falta de pago”, iniciando con un retiro del 30% de unidades el jueves 17 de julio y llegando a 50% desde el 21 de julio.

Este reporte coincide con la denuncia de usuarios en redes sociales que alertan sobre paros y recortes en varias rutas. Por su parte, la ATY reconoció públicamente “problemas financieros” en el sistema y denominó la intervención como “Operativo Emergente de Transporte”.

Incluso el gobernador Joaquín Díaz Mena declaró en mayo de 2025 que el Va y Ven no desaparecerá, aunque revisará sus contratos por presuntas irregularidades. En suma, tanto medios independientes como fuentes oficiales respaldan que sí hay una crisis operativa y financiera, faltan pagos a concesionarios, se cambió el esquema de pago a “kilómetro recorrido” y se buscan ajustes fiscales.

Medidas de contingencia: camiones viejos y taxis

Por ejemplo, la ATY anunció que en seis rutas habilitaría “camiones y taxis” como apoyo ante la ausencia de unidades del Va y Ven.

Esto ya había sucedido días antes en la ruta metropolitana, donde se incorporaron taxis por falta de autobuses.

Estos vehículos cobran en efectivo y una tarifa mayor en lugar de los beneficios que brinda el Va y Ven con la tarjeta del sistema, lo que impacta directamente a los usuarios, ciudadanos refieren a estos hechos como el “renacimiento” del transporte viejo, pasajeros describen unidades desvencijadas, cobros sin tarjeta e incluso la impresión de que “ya no habrá Va y Ven” en breve.

En efecto, las autoridades han confirmado que varias rutas operan con corridas reducidas o con unidades convencionales.

Por ejemplo, una ruta a Cholul recortó viajes nocturnos, y usuarios han reportado esperas prolongadas por la falta de camiones modernos. Se han disminuido unidades en las rutas urbanas y se han reintroducido camiones viejos y taxis como contingencia, según confirman medios locales y la propia ATY.

Pros y contras de eliminar el sistema Va y Ven

Analizar la supresión del Va y Ven implica comparar beneficios potenciales contra efectos adversos:

  • Menor gasto público: El principal argumento a favor es el ahorro presupuestal. El Estado ha debido subvencionar continuamente el sistema (más de 1,300 millones de pesos en 2025). Eliminar el sistema reduciría esa carga fiscal, liberando recursos para otras necesidades. Además, sin el modelo “kilómetro garantizado” podría ahorrarse en sobrecostos estructurales (como pagar recorridos de buses casi vacíos).

  • Reforzar transporte existente: Con la supresión, las rutas tradicionales podrían recuperar mercado. Operadores convencionales eventualmente atenderían la demanda urbana en lugar de esperar subsidios estatales, lo que podría, en teoría, obligar a optimizar costos.

  • Pérdida de cobertura y calidad: En contra, Va y Ven ofrece cobertura amplia que sería difícil replicar. Cubre unas 95 rutas incluyendo Mérida y varios municipios (Kanasín, Umán, Valladolid, Tizimín, etc.), atendiendo zonas antes desatendidas. Su eliminación dejaría millones sin un transporte moderno accesible. Actualmente el 73% del área metropolitana dispone de Va y Ven; sin él, muchas zonas quedarían solo con líneas antiguas menos seguras.

  • Retroceso en confort y seguridad: Los autobuses del Va y Ven son modernos, con aire acondicionado, cámaras, cargadores USB y pago electrónico. Su fin implicaría volver a unidades obsoletas, más ruidosas y con peor servicio, como ya experimentan los usuarios. Las personas con tarjeta activa del sistema perderían beneficios: pasarían de pagar 8 pesos (tarjeta) a 10 pesos en efectivo por viaje.

  • Impacto social y ambiental: El Va y Ven incluye tarifas sociales (estudiantes, adultos mayores, discapacitados) y promueve menos uso de automóvil. Datos oficiales indican que ante la crisis muchos usuarios optaron por coche o moto, aumentando congestión y contaminación. Cancelar el sistema probablemente profundizaría esa migración al vehículo particular (ya casi la mitad de los viajes no usaba transporte público en hora pico), deteriorando la sustentabilidad urbana.

  • Incertidumbre en inversión: Finalmente, se perdería la inversión en infraestructura asociada (nuevos carriles preferenciales, paraderos, cetram). Además, como sugiere el análisis oficial, el problema no es solo el sistema moderno sino un modelo tarifario ineficiente, si se quita el Va y Ven sin rediseñar rutas, la movilidad urbana perdería soluciones integradas y se perdería la visión de transporte multimodal planeado.

 

📌 Dato curioso: ¿Sabías que el sistema de transporte Va y Ven moviliza a más de medio millón de usuarios al día en Yucatán?

Esto significa que cada 24 horas la población que se sube a estas unidades equivale a casi toda la población de Mérida, lo que convierte al Va y Ven en la columna vertebral de la movilidad en el estado.

En síntesis, aunque el alto costo fiscal del Va y Ven es una desventaja real, la eliminación completa podría complicar gravemente el servicio de transporte, la población valora positivamente el sistema moderno (muchos agradecen las unidades nuevas y cobertura urbana amplia).

Por tanto, los contras parecen superar a los pros, la suspensión provocaría falta de servicio masivo en varias zonas y empeoraría la calidad de viaje de los usuarios habituales.

Las rutas del Va y Ven ya operan con menos unidades y, en algunos casos, con transporte convencional, tal como denuncian usuarios y medios locales.

Sin embargo, las autoridades estatales han reiterado que no planean desaparecer el sistema; el gobernador Díaz Mena aseguró que “no desaparecerá el Va y Ven”, proponiendo en cambio revisar y ajustar su modelo financiero.

En conclusión, la crisis actual despierta dudas con los pros y contras del Va y Ven, sus ventajas (cobertura amplia, modernidad, tarifas sociales) justifican su continuidad, pero sus desventajas (alto subsidio estatal, baja ocupación) demandan una reforma, cualquier decisión de “quitar” el sistema tendría consecuencias graves para la movilidad urbana.

El consenso basado en las fuentes indica que la prioridad debe ser corregir los fallos financieros y operativos sin sacrificar el servicio público, pues su eliminación complicaría notablemente la vida diaria de miles de usuarios.

Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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