UNESCO Llama en MONDIACULT 2025 a Reconocer la Cultura como Motor de Desarrollo y Derecho Humano

Michelle Gamuchirai Gwaku es una música de Zimbabue. Para ella, la música no es solo una profesión: es también una manera de rendir homenaje a su patrimonio cultural. Al tocar la mbira, un instrumento tradicional de su país, mantiene viva una tradición transmitida por sus ancestros y, a su vez, la adapta a los tiempos actuales.

Esta dedicación a preservar el patrimonio cultural está presente en numerosos países. En México, por ejemplo, el bordado tradicional no se reduce a un ornamento ni a una fuente de ingresos. Es un lenguaje vivo que transmite historias, símbolos e identidades regionales. Cada motivo bordado refleja una memoria colectiva, a veces vinculada a rituales, a la naturaleza o a la lucha social.

Sin embargo, a pesar del papel fundamental de la cultura en la transmisión de significados y en el apoyo al desarrollo sostenible, una encuesta de la UNESCO realizada en 2024 reveló que se requieren mayores esfuerzos. Solo el 9% de los artistas y profesionales de la cultura encuestados indicó contar con una protección adecuada de sus derechos económicos y sociales. Un 62% adicional declaró contar con una protección deficiente o nula, lo que pone de manifiesto los desafíos persistentes para proteger a quienes impulsan la economía creativa.