Caso Wallace ¿Un Invento?: Las Dudas y Controversias que Aún Rodean a Uno de los Presuntos Secuestros Más Mediáticos de la Historia de México
28 Sep. 2025
Una de las personas que más tiempo ha dedicado a estudiar el caso es el periodista y escritor mexicano Ricardo Raphael, que en su último libro, “Fabricación”, desgrana sus hallazgos producto de seis años de investigación.
Redacción/CAMBIO 22
El caso del supuesto secuestro y asesinato del empresario Hugo Alberto Wallace en 2005 en México acaparó titulares, pero, sobre todo, catapultó a su madre, Isabel Miranda de Wallace, que se convirtió en la voz más potente contra los secuestros que en ese tiempo azotaban al país.
Dos décadas después, el caso sigue de actualidad tras la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México el pasado junio de dejar en libertad a Juana Hilda, una de las principales acusadas del presunto crimen.

En paralelo, en este tiempo han surgido investigaciones que ponen en duda que el secuestro y el asesinato ocurrieran y que sugieren que Hugo Alberto Wallace los simuló “para huir de un peligroso narcotraficante al que le debía dinero”.
Una de las personas que más tiempo ha dedicado a estudiar el caso es el periodista y escritor mexicano Ricardo Raphael, que en su último libro, “Fabricación”, desgrana sus hallazgos producto de seis años de investigación.
“El caso Wallace desnuda una disputa feroz de nuestra época donde la justicia importa menos que el poder a la hora de descifrar la verdad”, le dice Raphael a BBC Mundo.
A lo largo de más de 500 páginas, la obra analiza los mecanismos que, según el autor, hicieron posible que la historia elaborada por Isabel Miranda se impusiera a pesar del gran número de evidencias que la desmentían y que se encuentran, dice Raphael, en las más de 130.000 páginas del expediente judicial al que tuvo acceso.

“Me tomó más de un lustro concluir una investigación cuyas fuentes son las 130.000 hojas del expediente judicial, más de 140 entrevistas y varios miles de artículos y notas periodísticas publicadas a lo largo de casi 20 años”, explica Raphael.
Para el escritor mexicano, el caso Wallace es uno de los “más sorprendentes en la historia judicial mexicana” ya que exhibe “la injusticia y la crueldad sufrida por sus víctimas y también el abuso del poder ejercido desde las más altas esferas de la política”.
Para el periodista, el mayor obstáculo para escribir el libro no fue el poder político o las amenazas que sufrió, sino enfrentarse a ese expediente judicial al que tuvo acceso gracias a uno de los acusados, Albert Castillo, y que está escrito “con un lenguaje duro, impenetrable, diseñado para ocultar lo que contiene”.`
La familia Wallace niega categóricamente los señalamientos de Raphael.
En una carta póstuma difundida en los medios por su hermano Roberto, Isabel Miranda, que murió el pasado 8 de marzo, subrayó que la justicia “acreditó el secuestro y asesinato de mi hijo”.

Una desaparición en la noche
Para entender lo ocurrido hay que remontarse al principio, a la noche del 11 al 12 de julio de 2005, cuando desaparece Hugo Alberto Wallace, un hombre de 35 años, divorciado y con una hija, en la Ciudad de México.
Inmediatamente la familia denunció su desaparición y, a diferencia de lo que suele ser habitual, la investigación comenzó apenas nueve horas después por la presión de la madre, Isabel Miranda, que ya entonces era una reconocida empresaria gracias a su negocio de espectaculares (vallas publicitarias).
Según consta en el expediente judicial, la familia encontró enseguida la camioneta de Hugo en la colonia Insurgentes Mixcoac y señaló un departamento cercano como el lugar donde estaría supuestamente secuestrado.

En un primer momento, la madre denunció que había un testigo que vio cómo bajaban a Hugo Alberto de una camioneta, lo introducían a un edificio y lo subían al departamento 4.
“Hay un niño, que supuestamente escuchó los balazos y luego vio cómo bajó las escaleras sangrando. Esa hipótesis se derrumbó, porque el testigo que supuestamente vio cómo lo bajaban del auto no apareció, porque el niño que supuestamente escuchó los balazos, no durmió en ese edificio esa noche y porque había otros vecinos que jamás escucharon nada”, detalla Raphael.
Fuente: BBC
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