Violencia Armada en Estados Unidos Deja 200 Mil Muertos en Once Años y Más de 37 Mil Tiroteos Anuales sin Freno
25 Sep. 2025
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El país registra un promedio de 102 balaceras diarias mientras aumenta el número de menores asesinados
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La Segunda Enmienda y los intereses políticos bloquean cualquier intento de control de armas en la nación
Redacción / CAMBIO 22
La violencia en Estados Unidos está fuera de control por los ríos de armas de todo tipo que fluyen en todas las ciudades. Con base en el Atlas de la violencia armada en Estados Unidos del Gun Violence Archive, en los últimos 11 años se han registrado al menos 410,000 tiroteos con casi 200,000 asesinados, sólo por armas de fuego.
De acuerdo a esos datos y la cifra promediada en 11 años, resulta que al año hay 37,270 tiroteos, o sea 102 diarios. El Atlas registra todo tipo de tiroteos de uno o más participantes y víctimas, mientras que el Archivo se refiere a Tiroteos Masivos de cuatro personas o más. Las estadísticas marcan una grave tendencia al alza y el gobierno de Donald Trump defiende la compraventa libre de armas.
Por otra parte, de acuerdo con la gráfica inicial del Archivo del Gun Violence Archive, en la última década aumentaron los decesos de menores de edad. La magnitud del problema refleja no solo un drama social, sino también político y cultural, donde los intereses económicos y la polarización ideológica han bloqueado cualquier posibilidad de modificar la Segunda Enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho a portar armas.

Desde el año 2020, cuando la pandemia profundizó tensiones sociales y económicas, el número de balaceras se disparó. Las estadísticas muestran un incremento sostenido tanto en tiroteos masivos como en incidentes callejeros que no siempre trascienden a los medios internacionales, pero que en las comunidades locales representan pérdidas humanas diarias. La violencia armada se ha normalizado hasta convertirse en parte del paisaje urbano en ciudades grandes y pequeñas, donde cualquier disputa puede terminar en una tragedia a balazos.
Los datos más recientes del archivo Gun Violence Archive (GVA) confirman lo que diversos estudios y hechos cotidianos ya habían mostrado: la violencia armada en Estados Unidos se ha consolidado como una de las principales crisis sociales y de seguridad del país. El recuento de la última década (2015-2024) muestra un aumento sostenido en muertes, heridos y tiroteos masivos, con picos alarmantes en los años de pandemia y una ligera reducción en los últimos dos años, sin que esto represente una solución estructural.
NÚMERO DE VÍCTIMAS EN ASCENSO
Con base en dicho archivo GVA: en 2015, las muertes por arma de fuego –ya fueran intencionales, maliciosas o accidentales– sumaron 13,777. Una década después, en 2024, la cifra ascendió a 16,725, aunque el nivel más alto se registró en 2021 con 21,383 fallecimientos. El número de heridos refleja la misma tendencia: de 26,907 en 2015 hasta un récord de 40,626 en 2021, cerrando 2024 con 31,646 personas lesionadas.

GVA diferencia dos tipos de tiroteos, los generales, que son de una a más personas y los Masivos, que involucran a 4 personas o más. Al respecto, los Tiroteos Masivos son una de las expresiones más mediáticas y dolorosas de la violencia, también crecieron en la última década. Mientras en 2015 el GVA documentó 332 masivos, en 2021 llegaron a 689, el número más alto en los registros. Si bien en 2024 hubo una reducción a 508, las cifras siguen muy por encima de los niveles de hace diez años. Los asesinatos múltiples (mass murder) se mantienen constantes.
AUMENTO EN LAS MUERTES DE JÓVENES DE 12 A 17 AÑOS
El costo humano golpea de manera particular a los más jóvenes. Entre los niños de 0 a 11 años, las muertes por armas de fuego pasaron de 202 en 2015 a 314 en 2022, con 250 casos en 2024. Los heridos en este rango crecieron de 477 a más de 700 en 2020, y en 2024 sumaron 547. La tragedia se multiplica en la adolescencia: las muertes de jóvenes de 12 a 17 años aumentaron de 626 en 2015 a un máximo de 1,407 en 2023, con un cierre de 1,171 en 2024. Los heridos adolescentes llegaron a su punto más alto en 2022 con 3,821, terminando en 3,239 en 2024.
CADA AÑO MUEREN ENTRE 40 Y 75 OFICIALES EN ENFRENTAMIENTOS
La relación entre policías y violencia armada refleja otra cara del problema. Cada año mueren entre 40 y 75 oficiales en enfrentamientos, mientras que entre 268 y 370 resultan heridos. Los sospechosos abatidos rondan entre 1,000 y 1,444 anuales, y los lesionados entre 742 y 927. Estas cifras ilustran el alto grado de letalidad en los operativos de seguridad.

El uso defensivo de armas de fuego, uno de los argumentos más recurrentes en la defensa de la Segunda Enmienda, aparece en los registros con entre 1,200 y 2,100 casos por año, aunque con una tendencia a la baja después de 2017. Por su parte, los disparos no intencionales mantienen cifras elevadas, con un pico en 2020 (2,328) y 1,436 incidentes en 2024. Los homicidios-suicidios también se mantienen como una constante anual, oscilando entre 532 y 682.
SUICIDIOS CON ARMA DE FUEGO
A lo anterior se suma la tragedia silenciosa del suicidio con arma de fuego. Los datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que cada año entre 22 mil y 27 mil personas se quitan la vida utilizando un arma de fuego. En 2022 la cifra fue de 27,038, en 2023 de 27,310, y los números de 2024 aún están pendientes de consolidar.
El balance de la última década evidencia que la violencia armada en Estados Unidos no es un fenómeno coyuntural, sino estructural. Aunque hubo una ligera disminución entre 2023 y 2024 respecto a los picos de 2020-2022, las cifras permanecen en niveles muy superiores a los de 2015. Los intentos por modificar la legislación, en particular la Segunda Enmienda, se han enfrentado a resistencias políticas, económicas y culturales que bloquean cualquier cambio de fondo.

LA VIOLENCIA ARMADA, UN RASGO PERMANENTE EN EU
Mientras no haya un consenso nacional que enfrente el problema de raíz, Estados Unidos seguirá contando sus muertos y heridos por decenas de miles cada año. La violencia armada, lejos de disminuir, se ha convertido en un rasgo dolorosamente permanente de la vida estadounidense.
A pesar de los llamados de víctimas, familiares y organizaciones civiles que claman por un mayor control en la venta de armas, el Congreso estadounidense sigue incapaz de alcanzar consensos. El Partido Republicano, con fuertes vínculos con la Asociación Nacional del Rifle (NRA), se opone férreamente a cualquier iniciativa que implique limitar la posesión de armas. Por su parte, los demócratas han intentado impulsar reformas, pero incluso en los momentos de mayor presión social, los proyectos terminan estancados en medio de intereses cruzados.
La Segunda Enmienda, redactada en el siglo XVIII en un contexto completamente distinto, se ha convertido en el principal escudo de los defensores del derecho a portar armas. Para ellos, representa un símbolo de libertad individual frente al poder del Estado. Sin embargo, para millones de ciudadanos que han perdido a sus seres queridos en tiroteos, esta defensa se traduce en un callejón sin salida jurídico y político que perpetúa la violencia.
Fuente: El Independiente
GPC/GCH




















