El Saqueo Fiscal de la Nación: La Cloaca del “Huachicol de Cuello Blanco”
9 Sep. 2025
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Despacho 14
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El Violento Oficio de Escribir
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La nueva realidad de la corrupción en México.
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Ante el escándalo FGR solicita 200 órdenes de aprensión, pero ninguna de políticos de primer nivel, se sospecha de protección a ellos.
Alfredo Griz/CAMBIO 22
En México el huachicol ya no huele a gasolina derramada ni a ducto reventado en los campos de Hidalgo o Puebla, ahora huele a papeles firmados, a facturas falsas, a oficinas climatizadas y a trajes con charreteras. Lo llaman “huachicol fiscal”: la otra cara del saqueo, un agujero negro de más de 9 mil millones de dólares al año que se esfuma entre aduanas, puertos y factureras fantasmas. No se trata de campesinos con bidones en la espalda, sino de vicealmirantes, jueces federales, empresarios y mandos de Marina metidos hasta el cuello en la red de contrabando y lavado más grande de los últimos tiempos.
El escándalo reventó en los primeros días de septiembre de 2025 y sacudió a la administración de Claudia Sheinbaum, la presidenta, rodeada de micrófonos, prometió “cero impunidad” tras las revelaciones de que altos mandos de la Secretaría de Marina, agentes aduanales y hasta un ex juez federal formaban parte de la maquinaria criminal. Palabras que suenan huecas en un país acostumbrado a las promesas sin cadáveres, pero en esta ocasión los muertos ya están sobre la mesa: funcionarios ejecutados, testigos desaparecidos, familias enteras silenciadas.
El vicealmirante Caído
El nombre que nadie quería decir en voz alta terminó por aparecer en tinta: Vicealmirante Carlos Farias Laguna. Hombre de carrera, condecorado en operaciones contra el narcotráfico, terminó señalado como el operador clave de una red que se extendía desde los puertos del Golfo hasta los patios fiscales de Manzanillo y Lázaro Cárdenas.
Según reveló El País, bajo su mando se amasó una fortuna con contrabando de combustibles, favores aduanales, protección a importadores ilegales y nepotismo descarado.
La red de Farías Laguna no era improvisada: estaba aceitada con agentes de aduanas, empresarios importadores, marinos en activo y retirados, y políticos locales que miraban hacia otro lado. Cada contenedor que pasaba sin revisión, cada factura inflada o alterada, representaba millones de pesos drenados de las arcas públicas.
Las Redadas: Casi 50 Detenidos
El golpe llegó con un operativo inédito: casi 50 detenciones, según reportó El Universal, entre ellos, marinos en activo, empresarios y mandos medios de la Marina.
Algunos cayeron en la Ciudad de México, otros en Veracruz, Tampico y Campeche, hubo decomisos históricos: miles de documentos, discos duros, propiedades y cuentas bancarias congeladas.
El caso no solo arrastró a uniformados: un nombre llamó la atención por encima de todos. El de Anuar González Hemadi, ex juez federal famoso por haber liberado a los llamados “Porkys de Costa de Oro” en Veracruz. Su captura por vínculos con huachicol fiscal encendió la indignación pública: la justicia mexicana, otra vez, embarrada en el fango de la corrupción.
Órdenes de Aprehensión a Granel
La Fiscalía General de la República (FGR) solicitó 200 órdenes de aprehensión más, enfocadas en agentes aduanales, militares y civiles que sirvieron de engranaje en la maquinaria, el mensaje es claro, la red es más amplia de lo que se reconoce oficialmente, Cada orden revela una ruta de complicidad, permisos falsificados, mercancía subvaluada, empresas fantasmas que operaban como lavanderías.
El costo del Saqueo
El llamado huachicol fiscal no se mide en litros ordeñados ni en pipas robadas, se mide en dólares que se esfuman, un cálculo de El País situó el boquete en más de 9,000 millones de dólares al año, dinero que podría financiar hospitales, escuelas, carreteras. Dinero que terminó en las manos de funcionarios corruptos y empresarios intocables.
El mecanismo era perverso y sencillo, se declaraban importaciones de combustibles a precios ridículos, se alteraban registros en aduanas, se reciclaban facturas falsas, y al final la gasolina terminaba en estaciones de servicio que operaban en la sombra o se revendía a empresas con complicidades políticas.
Los Muertos y los Fantasmas
El caso no solo dejó números y nombres. También dejó sangre. En las últimas semanas, dos empresarios vinculados a la red aparecieron ejecutados en carreteras de Veracruz. Un agente aduanal que había aceptado colaborar con la Fiscalía fue levantado y desaparecido antes de poder declarar. En Campeche, un marino retirado ligado a la operación fue encontrado muerto en circunstancias “accidentales” dentro de su propia casa.
Cada cadáver es un recordatorio de que el huachicol no es solo fraude: es crimen organizado, con pistolas y silencios impuestos a balazos.
El Costo Político
Para el gobierno de Sheinbaum, el escándalo es dinamita pura, La Marina había sido presentada durante años como la institución intocable, la “incorruptible” frente a la podredumbre de personal del Ejército, policías estatales y municipales. El descubrimiento de que un vicealmirante y decenas de marinos eran parte de la red destroza esa narrativa.
La presidenta prometió “cero impunidad”, pero la historia mexicana enseña que detrás de las promesas hay pactos, negociaciones y sacrificios controlados. Algunos caerán, otros serán protegidos.
El Eco del Pasado
México ha conocido muchas formas de saqueo: desde el robo directo de ductos hasta las grandes tramas de factureras ligadas a políticos. Pero el huachicol fiscal es distinto: no requiere picos ni mangueras, sino sellos oficiales, firmas de jueces y ganchos de marinos. Es la sofisticación del crimen en tiempos de burocracia podrida.
Los campesinos que murieron calcinados en Tlahuelilpan en 2019 fueron la carne barata del huachicol de la calle, los marinos, jueces y empresarios detenidos en 2025 son la cara elegante del saqueo, ambos forman parte de la misma cloaca: un país donde robar al Estado es casi una tradición.
Cierre: la Cloaca Abierta
El caso sigue abierto. Faltan capturas, faltan juicios, faltan nombres que nadie quiere decir en público. Lo cierto es que el huachicol fiscal ya no es un rumor ni una investigación aislada: es el espejo más brutal de cómo se construyen fortunas en México a costa de todos.
Mientras tanto, los ciudadanos pagan impuestos, hacen fila para cargar gasolina cara y miran cómo los intocables se reparten el botín. El huachicol ya no es solo gasolina robada: es el sistema entero ordeñado desde dentro.
Con Datos del Sistema de Notícias CAMBIO 22
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