¡Adiós Chetumal!

• Cancún gana poder, Chetumal pierde presencia: el traslado administrativo del Poder Judicial reaviva el debate sobre el abandono de la capital.

Miguel Ángel Mauss/CAMBIO 22

Chetumal, Q. Roo, 7 de septiembre.- Con la reciente entrada en vigor de la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Quintana Roo, publicada tras la abrogación de la Ley anterior el pasado 12 de agosto, se ha concretado un cambio estructural de gran calado: el Consejo de la Judicatura ha sido transformado en el Órgano de Administración Judicial, figura que no solo concentra facultades administrativas, de vigilancia y disciplina, sino que, mediante acuerdo general emitido el pasado viernes, ha decidido establecer su residencia oficial en la ciudad de Cancún, dejando atrás a Chetumal, la capital del Estado.

Chetumal: Capital política sin poder efectivo

Este movimiento no es solo simbólico. Jurídicamente, el Poder Judicial sigue teniendo su sede en Chetumal; sin embargo, con la administración, vigilancia y control del mismo ahora centralizados en Cancún, la capital política del Estado se ve relegada, una vez más, en términos de operatividad y toma de decisiones.

Históricamente, Chetumal ha sido el núcleo de identidad, historia y gobernabilidad en Quintana Roo. Su papel como capital estatal no solo obedece a un título legal, sino a una tradición de representación institucional que hoy parece desdibujarse frente al creciente centralismo operativo que Cancún impone, amparado por su peso económico, turístico y demográfico.

¿Un cambio técnico o una decisión política?

Aunque el cambio fue planteado como una decisión técnica bajo el artículo 116 de la nueva Ley Orgánica —que permite al Órgano de Administración Judicial determinar su residencia oficial mediante acuerdos generales—, el impacto es profundamente político: se reconfigura la dinámica del poder estatal, profundizando una tendencia que ha venido marginando a Chetumal del ejercicio real de las instituciones que supuestamente residen en ella.

Este movimiento ha generado inquietud entre sectores académicos, juristas y ciudadanos que observan con preocupación cómo la capital pierde funciones esenciales mientras se fortalecen otros polos del estado, sin que medien mecanismos de compensación o fortalecimiento institucional local.

Cancún, ¿nueva capital de facto?

Con este traslado, Cancún no solo concentra la actividad económica del estado, sino también cada vez más funciones estratégicas de los poderes públicos. La pregunta que muchos se hacen es si el estado se encamina hacia una “capital de facto” en el norte, mientras Chetumal permanece como capital de jure, pero sin influencia ni protagonismo real.

Este nuevo capítulo en la descentralización de Chetumal se suma a una larga lista de decisiones que han desplazado funciones, presupuestos y dependencias hacia el norte del estado, lo cual contraviene los principios de equidad territorial y equilibrio institucional consagrados en la propia Constitución del estado.

Conclusión: una capital en riesgo de volverse simbólica

El traslado administrativo del Poder Judicial hacia Cancún representa mucho más que una reubicación técnica: refleja una visión centralista que privilegia la eficiencia por encima del equilibrio territorial. Sin una política clara para fortalecer a Chetumal y dotarla de funciones efectivas, la capital corre el riesgo de convertirse en una figura decorativa dentro del sistema estatal.

La pregunta ya no es solo si Cancún debe ser la sede administrativa del Poder Judicial, sino qué papel real quiere jugar el Estado en su capital legal.

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