Los Cabarets de México que Hicieron Historia
31 Ago. 2025
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En una época en la que el cine mexicano vivió su auge más audaz y emocionante, los cabarets eran mucho más que escenarios de ficción. Eran templos de glamour, música, drama y tragedia, lugares donde la realidad y la imaginación se mezclaban para dar vida a historias inolvidables. Desde el Salón México hasta «La máquina loca» bajo el puente de Nonoalco, estas locaciones definieron un México vibrante, con noches interminables y personajes que trascendieron la pantalla grande
Redacción/CAMBIO 22
El Cabaret: Escenario de historias y pasiones
Rodolfo Acosta, uno de los villanos más recordados del cine mexicano, dejó su marca en películas como Salón México y Víctimas del Pecado. Estas producciones llevaron al público a mundos llenos de música de danzón y rumbas, pero también de violencia, traición y redención.
El famoso cabaret Changoo, creado para la ficción, ejemplificó el ambiente de control y decadencia. Acosta, con su andar dominante y sus frases intimidantes, reflejaba la dureza de los bajos mundos, un universo donde las mujeres luchaban por sobrevivir y a veces hasta por soñar.
Los santuarios de la noche en la vida real
Más allá de la pantalla, los cabarets del México real se convirtieron en iconos culturales. Desde los glamurosos escenarios del Ciro’s, en Reforma, hasta los humildes pero icónicos rincones como El Barba Azul y El Molino Rojo, cada lugar tenía su propia magia.
Estos espacios ofrecían un lugar de refugio y desahogo para quienes buscaban perderse en los ritmos del mambo y el danzón. La lista incluye también a El Tivoli y el Follis Bergere, donde la exótica Tongolele marcaba tendencia con sus bailes hipnóticos.
Bajo el Puente de Nonoalco: Realidades urbanas
Los barrios bajos de la Ciudad de México, como los que rodeaban al Puente de Nonoalco, representaban otro rostro de esta narrativa. En estas zonas, personajes como Antonio Badú personificaban al típico padrote mexicano, protector y villano a partes iguales, en historias de vecindades llenas de lucha y sueños rotos.
El Cine Cabareteril y las encueratrices de la Época de Oro
La transición al llamado cine de «destape» trajo una nueva generación de historias y protagonistas. Rossy Mendoza, Lyn May y Sasha Montenegro, entre otras, encarnaron un México de sensualidad y provocación. Películas como Bellas de Noche no sólo rompieron moldes, sino que también inmortalizaron a estos cabarets como símbolos de la resistencia cultural frente a los cambios sociales.
¿Por qué recordamos estos tiempos?
Hoy, el legado de los cabarets y su representación en el cine mexicano se mantiene vivo gracias a documentales, reposiciones en cineclubes y plataformas digitales. Estos lugares no eran solo escenarios; eran el corazón latente de una sociedad en constante transformación.
La nostalgia nos lleva a preguntarnos si hemos perdido algo de esa magia y autenticidad. Aunque los cabarets ya no son parte del panorama nocturno, su impacto sigue vigente en la memoria colectiva de México.
Fuente: Msn
AFC/RCM




















