• El día que la sociedad civil organizada venció a las legislaturas fifís, vestidas de falsa izquierda, impuestas a lastimar la memoria colectiva, la identidad y el patrimonio histórico de los sureños.

 

Ángel Ramírez Hernández/Cambio 22

Una pretensión fifi de convertir el Congreso del Estado en cafetería comercial por parte de MORENA, la Cuarta Transformación, la denominada izquierda mexicana, 11 amparos, dos legislaturas voraces (XVII y XVIII), tres nombres con apellidos, Luis Humberto Aldana Navarro, Jissel Castro Marcial, los perpetradores y Jorge Arturo Sanen Cervantes, la resistencia que continuo hasta el final pero sin éxito, quedaran marcadas en los anales de la historia de nuestro Estado, como el agravio más extremado contra los habitantes del Sur de Quintana Roo.

Una ofensa pretendida es despojar del recinto legislativo de Quintana Roo, de buena porción de su predio, ilegalmente poseído; pues lo que se sabe, pertenece aún a la federación, para convertirlo en una cafetería más de la zona, destruyendo el monumento de don Andrés Quintana Roo, erigido en la plazoleta del recinto legislativo, para sus intereses particulares.

Fue la sociedad civil organizada el impedimento del despojo, de la destrucción final de la asta bandera, del olvido permanente de don Andrés Quintana Roo, ilustre personaje que da nombre a nuestro estado; los que evitaron el descredito total, aplicando la derrota a los osados aventureros en ofender nuestras raíces e historia.

Hoy viernes, un mandato judicial obligó a la XVIII Legislatura del Estado, restituir el daño infringido al monumento y a la asta bandera; pero con alteraciones que repercuten en su origen y natura, particularmente en su línea de tiempo, que quedó marcada con la fecha de hoy 28 de agosto del 2025, cuando era distinta.

Sin duda no será una fecha a celebrar por lo que representa, fue un viernes como tantos que se querremos olvidar por lo que en el fondo representó aquel 2024; cuando el Congreso local lanzó la puntilla que hizo reflexionar, levantarse a un pueblo unido, valorar la herida sentida, dirigida a lastimar la memoria colectiva, la identidad y el patrimonio histórico.

La restitución no fue original, antes, la mirada de don Andrés, marcaba hacia el recinto, ahora lo hace hacia la bahía, lo hicieron como quisieron y la autoridad judicial lo acepto; pero aun así no se salieron con la suya, aunque el costo de todo, al final se pagó con nuestros impuestos, no salió de la bolsa de los legisladores autoritarios, mansalvos.

Lo de hoy fue un evento único que marca un hito, una reflexión, sustentada en la defensa de lo que nos pertenece como pueblo, lo que nos define como sociedad, la defensa de nuestros ideales enmarcados en nuestra cultura y patrimonio.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

AFC/RCM

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