• Una de las acusaciones más graves es el robo de 200 mil pesos al interior de las oficinas administrativas, en el que, según fuentes, personal del propio parque estaría implicado

 

Redacción / CAMBIO 22

TULUM a 27 de agosto.– Lo que en su momento se anunció como un proyecto estratégico para la conservación y el desarrollo económico de Tulum, hoy enfrenta fuertes señalamientos por corrupción, malos manejos y prácticas irregulares. El Parque del Jaguar, bajo administración militar, ha acumulado denuncias que van desde robos internos hasta nepotismo y cobros indebidos, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre entre ciudadanos y empresarios de la zona.

Una de las acusaciones más graves es el robo de 200 mil pesos al interior de las oficinas administrativas, en el que, según fuentes, personal del propio parque estaría implicado. Los señalamientos, de acuerdo a testimonios de trabajadores que pidieron el anonimato, apuntan a empleados identificados como Raquel, Christian y Monse, sin que hasta el momento se hayan aplicado sanciones o iniciado procesos claros de responsabilidad. Peor aún, trabajadores externos habrían sido inicialmente culpados en un intento de encubrir el hecho.

Otro de los casos documentados es la manipulación con la aceptación de dólares a 15 pesos por unidad, cifra muy por debajo del tipo de cambio real. El dinero, lejos de ingresar a las cajas oficiales, sería cambiado por el propio personal en casas de empeño a una tasa mayor, quedándose con las ganancias de manera ilícita.

Las denuncias también alcanzan al interior de la administración con casos de nepotismo, donde familiares de funcionarios han sido contratados sin cumplir con los requisitos ni contar con experiencia en el área, pero sí gozando de beneficios laborales y económicos. Uno de los señalados es un ingeniero de nombre Raquel “N”, que habría incorporado a varios parientes al personal.

A la par de estos señalamientos, se denuncia que las instrucciones del área administrativa han sido no respetar los acuerdos establecidos con el Ayuntamiento de Tulum, pese a reuniones y convenios formales previamente firmados. Esta postura ha generado fricciones con las autoridades locales y comerciantes que confiaban en el proyecto para impulsar la economía de la región.

A lo anterior se suman reportes de personal en estado de ebriedad, accidentes con vehículos oficiales, cobros indebidos a mexicanos y extranjeros, además de una larga lista de incidentes que evidencian desorden y falta de control en la operación del parque.

El Parque del Jaguar, concebido como una apuesta para la prosperidad y la conservación, enfrenta hoy un descrédito creciente. Para comerciantes y ciudadanos, la militarización del área no trajo los beneficios prometidos, sino un esquema que ha profundizado la desconfianza y ha debilitado el desarrollo económico de Tulum.

La ausencia de sanciones claras y la opacidad en la gestión alimentan la percepción de que el proyecto se ha convertido en un espacio de corrupción y privilegios, en lugar de un motor de desarrollo para la sociedad tulumnense.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

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