Entre Tortas del Chavo y Cenas en Hunan: el Doble Rostro Político de Jorge Carlos Ramírez Marín
22 Ago. 2025
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Mientras en Mérida presume cercanía con las colonias a través de su campaña anticipada “Cenando con tu senador”, en la Ciudad de México Jorge Carlos Ramírez Marín frecuenta restaurantes de lujo.
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Su trayectoria política, marcada por cambios de partido y aspiraciones frustradas, refleja cómo se lucran las necesidades de los más pobres en Yucatán.
Redacción/CAMBIO 22
MÉRIDA.- El senador Jorge Carlos Ramírez Marín, hoy militante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y expriista de cepa, vuelve a estar en el centro de la crítica. Con una campaña anticipada disfrazada de “ejercicio ciudadano”, recorre colonias de Mérida bajo la bandera de su programa “Cenando con tu senador”, en el que reparte sonrisas y platillos sencillos, como tortas y refrescos, mientras asegura escuchar las problemáticas de los vecinos.
Sin embargo, al mismo tiempo que promete cercanía y austeridad, fotografías recientes lo exhiben cenando en Hunan, uno de los restaurantes más exclusivos de la Ciudad de México, donde el menú se mide en dólares y no en pesos. Allí, entre copas de vino reserva y platillos gourmet, se codea con círculos de poder económico y político, en el mismo lugar donde en su momento desfiló Emilio Lozoya Austin, símbolo del sexenio de la corrupción peñista.

Un político de carrera con múltiples saltos
Ramírez Marín no es un improvisado. Ha sido tres veces diputado federal, dos veces diputado local en Yucatán, presidente de la Cámara de Diputados y secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) durante la administración de Enrique Peña Nieto.
Además, ha intentado en repetidas ocasiones convertirse en candidato a gobernador de Yucatán por el PRI, sin lograrlo. Tras fracturas internas y su desgaste político, buscó acercarse a Morena, pero fue rechazado. Finalmente, recaló en el PVEM, un partido conocido por recoger figuras recicladas del priismo y panismo, lo que ha alimentado críticas sobre su oportunismo.
Su salario y estilo de vida
Como senador, percibe un ingreso mensual de alrededor de 120 mil pesos netos, además de prestaciones, pasajes de avión (los que necesite), “ayuda” para pagar salarios de un ejército de “asistentes, vehículos (por lo regular camionetas Suburban del año) seguros médicos y apoyos legislativos que elevan su ingreso real.

Un sueldo que contrasta con la realidad de miles de yucatecos que sobreviven en comunidades sin acceso a servicios básicos y con niveles de pobreza que superan el 40%.
Ese contraste es lo que más resalta: mientras a sus votantes les reparte tortas modestas en colonias populares bajo el lema de austeridad y “cercanía ciudadana”, él disfruta de cenas que superan fácilmente los 5 mil pesos por comensal en restaurantes de lujo.
El cálculo político detrás de la “cena con el senador”

De acuerdo con analistas, la gira de “Cenando con tu senador” no es otra cosa que una campaña anticipada con fines electorales, disfrazada de encuentros ciudadanos. Su objetivo es mantener presencia mediática y construir capital político rumbo a la sucesión en Yucatán.

Pero los críticos advierten que, más allá de los discursos, lo que queda en evidencia es el doble rostro de una clase política que se aprovecha de las carencias de la población para lucrar electoralmente, mientras sostiene un estilo de vida de élite financiado por sus cargos públicos.

Entre tortas y trufas
En el contraste entre la torta de jamón entregada en una colonia yucateca y el risotto de trufa degustado en Hunan, se resume el perfil político de Ramírez Marín: un legislador que se viste de pueblo en campaña, pero que en la práctica pertenece al mismo círculo de poder y privilegios que dice cuestionar.
El silencio del senador sobre las imágenes en Hunan y la falta de transparencia sobre el origen de esos gastos sólo alimenta la percepción de que su discurso ciudadano es, en realidad, un montaje electoral más.
En Yucatán, donde miles de familias enfrentan rezagos en salud, educación e infraestructura, las sonrisas y las tortas de su gira contrastan con una pregunta inevitable: ¿con qué rostro cenará mañana Jorge Carlos Ramírez Marín, con el del político austero o con el del comensal de élite?
AFC/DSF




















