Guía Completa para Detectar Enfermedades en Becerras
12 Ago. 2025
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Aprende a identificar los signos tempranos de enfermedades en becerras para garantizar su salud y bienestar
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Recomendaciones y métodos eficaces para una revisión preventiva que ayude a evitar complicaciones en el ganado joven
Redacción / CAMBIO 22
La diarrea y la neumonía son de las principales causas de enfermedad en las becerras de las granjas lecheras. Provocan la muerte de muchas de ellas y las que sobreviven a la enfermedad presentan retraso en el crecimiento y bajo desempeño productivo.
Este padecimiento puede afectar a las becerras desde la primera semana de vida. Se caracteriza por la descarga anormal y frecuente de heces. Afecta la digestión y la absorción de nutrientes, agua y electrolitos. Además de esto, las becerras que enferman de diarrea pierden grandes cantidades de inmunoglobulinas y quedan susceptibles a las infecciones respiratorias.

Las enfermedades respiratorias son consecuencia de la combinación de una variedad de factores como la susceptibilidad del animal, el medio ambiente, el estrés y la presencia de microorganismos patógenos.
Estas son más frecuentes y severas en los bovinos jóvenes, debido a que la madurez funcional del sistema respiratorio se logra hasta los 12 meses de edad.
Cuando son expuestas a desafíos que sobrepasan sus mecanismos de defensa, los microorganismos oportunistas causan bronconeumonías graves.
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), el 60% de la mortalidad en las becerras antes del destete son causadas por enfermedades diarreicas y el 25 % por problemas respiratorios.
Debido a que las medidas de prevención no siempre son bien llevadas, la terapéutica juega un papel esencial en la reducción del impacto económico de las enfermedades, de manera que, los tratamientos deben ser aplicados de manera oportuna para evitar la muerte de las becerras o el desarrollo de lesiones irreversibles que inutilizan al animal para desarrollar sus funciones productivas.
Es muy frecuente que los animales que sobreviven a las enfermedades tengan que ser sacrificados debido a su baja rentabilidad.

Para poder dar un tratamiento oportuno y eficaz, se requiere de la temprana identificación de los animales afectados. Esta es una tarea que requiere de talento, conocimiento y experiencia. Las investigaciones descubrieron que los primeros signos de estas enfermedades pasan desapercibidos para los trabajadores de las crianzas de becerras. Es frecuente que las becerras pasen mucho tiempo enfermas antes de ser detectadas.
Conceptos para tomar en cuenta para el manejo sanitario de las becerras:
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Asegurarse de que las becerras tengan fácil acceso al alimento y al agua.
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El mantenimiento correcto de las instalaciones es esencial para proteger a las becerras y a las personas.
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La seguridad del manejador y de los animales es muy importante.
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Moverse despacio para evitar accidentes y estrés en las becerras.
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Observar minuciosamente para detectar anormalidades.
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Cuando se requiere la Inmovilización, hacerla sin violencia.
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La limpieza y la desinfección de las instalaciones es muy importante.
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Mantener las jaulas limpias y lo suficientemente separadas para que las becerras no puedan entrar en contacto entre sí.
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Asegurar un buen drenaje del agua y la orina, para que los terneros permanezcan secos.
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Reducir los efectos del frío en el invierno y el calor y la radiación solar en los meses de verano.
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Permitir el calor del sol en los meses de invierno.
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Procurar el máximo flujo de aire que proporcione una buena ventilación.
Para identificar mejor los signos de las enfermedades, se recomienda establecer un protocolo para la evaluación completa de la becerra desde la cabeza hasta la cola, así como de su entorno.
El objetivo es identificar a los animales enfermos antes que se desarrollen lesiones severas irreversibles.
“Las becerras que no se levantan cuando se camina al lado de ellas, son las más fáciles de reconocer.
Se debe poner especial atención en su actitud y en su apariencia ya que una becerra saludable mantiene la cabeza en alto y las dos orejas elevadas.
Hacer una observación preliminar cuando se camina por el área de crianza
Fuente: INAH
KXL/MER




















